Archivo de la etiqueta: amor

Desde lo íntimo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 6, 30-35

EVANGELIO
No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 30-35

En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:
– «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: «Pan del cielo les dio a comer»».
Jesús les replicó:
– «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».
Entonces le dijeron:
– «Señor, danos siempre de este pan».
Jesús les contestó:
– «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed».

Palabra del Señor.

Desde lo íntimo.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Jesús se presenta como el Pan de Vida. Y para desear el pan, es necesario sentir hambre en el interior. Por eso es tan peligroso tener muchas actividades y entretenimientos superfluos, porque puede que no nos dejen sentir hambre de algo verdadero y profundo. San Agustín experimentó este hambre. Descubrió que el verdadero ser no está en lo exterior, sino en lo íntimo. Lo que yo soy, no depende de lo que ven los de fuera, sino de lo que hay en lo más profundo de mí, porque ahí está la verdad de mí, la que conozco y la que no. Entonces descubrió su mundo interior, pero no como un espacio vacío, sino como morada de la verdad, más íntima a nosotros que nuestra propia intimidad. Era un manjar interior que podía transformarle. Esa verdad es Cristo, que se viste de pan.

¿Quieres dejarme ya en paz? -Le decía Rafa a su esposa Ana-. ¿Por qué tienes que estar todo el día corrigiéndome y diciéndome lo que tengo que hacer?. Y es que Ana, no soportaba que su marido siguiese viendo ese tipo de películas de violencia con los niños. Tampoco le parecía bien que se pusiese a bromear con ellos justo a la hora de acostarse, ni que les diese chucherías a la hora de comer… Alguien que intentaba ayudar a Ana le preguntaba ¿Por qué no dejas de atosigarle? ¿No ves que le estás machacando con tanta corrección? Ella contestaba ¿Y si no se lo digo yo, quién se lo va a decir? No puedo dejar que siga maleducando a los niños de esa manera. Hacía falta poner orden en casa, y siempre le tocaba a ella tirar de todo y de todos. Estaba harta y no podía seguir así. Entonces su consejera le dijo: Pero ¿No te das cuenta que no sirve de nada todo lo que le dices? Te enfadas, le enervas y no sirve de nada. ¿Por qué no cambias tú de táctica?. Ana se mostró dispuesta a acoger sus consejos. ¿Es que no te has enterado aún de que el único que cambia a las personas es aquel que nos ha creado? Solamente Cristo, cambia a las personas desde su interior. Así que trazaron un plan.

Una semana más tarde, Ana quedó con su esposo para hablar. Rafa, perdona -le dijo- por no aceptarte tal como eres, y por haber estado machacándote todo este tiempo. Te propongo un trato -continuó diciendo-. Me comprometo a no corregirte ni una vez durante el próximo mes, si vas a un retiro de Emaús. Rafa era creyente, pero muy superficial. Creía en Dios, y en eso se resumía toda su fe. Rafa fue al retiro de Emaús y allí tuvo un encuentro con el Señor, y ya juntos, Ana y Rafa, emprendieron un nuevo camino de construcción de su Proyecto de Amor. Ahora Rafa, sigue al Señor, y quiere que sus hijos también le descubran.

El Señor, que es pan de vida, transformó ese matrimonio y lo hizo nuevo, como siempre hace. Gloria a ti, Señor.

Madre,
Conocemos a gente que se ofrece a ayudar, gente que se implica mucho, pero lo del Señor, hacerse Pan para ser comido por nosotros, es de una sobreabundancia enorme. Dios, siendo Dios, siendo infinitamente superior a mí, es el que más se entrega a mí, y reside en mí, y me transforma, y me eleva, y me llena. Alabado sea el Señor Eucaristía. Amén.

Brotes verdes. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 6, 22-29

EVANGELIO
Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura para la vida eterna
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 22-29

Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar.
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».
Respondió Jesús:
«La obra de Dios es Esta: que creáis en el que él ha enviado».

Palabra del Señor.

Brotes verdes.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Como decía Pascal, «El hombre supera infinitamente al hombre». Estamos o deberíamos estar en constante construcción, día a día. Por eso es importante preguntarnos qué cosas de las que he hecho hoy me construyen y cuáles no, porque ningún día nos deja indiferentes. Lo que no me construye, me destruye. Repaso mi día.

Hay que recordar que no nos pertenecemos. Construirme a mí mismo es hacer crecer un don que Dios me ha dado, y que quiere dar a través de mí especialmente a mi esposo, pues es al que más valor aporto. El ocio no es un tiempo de descanso, sino que es un tiempo para construir a la persona. Si consideramos el trabajo meramente como un tiempo para producir, consideraremos el ocio como un tiempo exclusivamente para descansar, pero en ambos ámbitos, deberíamos construirnos como personas. Los griegos y los romanos daban más importancia al ocio que al neg-ocio o negación del ocio. ¿Qué construyo en mí en mi tiempo de ocio? ¿Dónde queda en mí ese afán de superación por el que el hombre supera infinitamente al hombre?

Una historia. Juana se sentó junto a Pedro y le dijo: Necesito hablar contigo. Nuestro matrimonio hace tiempo que no avanza y ya no hay novedades entre nosotros. A Pedro le sonó aquello a “llamada filas”. Pero accedió a hablar de aquella preocupación de su esposa. Era verdad. Su matrimonio se estaba estancando y eso significa retroceder. Hacía tiempo que no descubrían nada nuevo, ilusionante, sobre su relación. No había un itinerario en su matrimonio, nada más que trabajo, trabajo y luego, sofá, tele, internet y planes con amigos para pasárselo bien. Si la caridad conyugal es tan difícil de alcanzar, era imposible que no les faltase nada por aprender y practicar. Pedro reconoció que su esposa tenía razón. Su trabajo no le ayudaba a ser mejor esposo, así que algo tendrían que hacer en los ratos de ocio por esta misión de esposos, que es la más importante de sus vidas. Así que retomaron las catequesis de San Juan Pablo II. Hoy han aprendido sobre la sumisión recíproca en el temor de Cristo. Un tema increíblemente importante para su matrimonio con un montón de implicaciones en sus actitudes del día a día. Pedro y Juana, siguen haciendo su matrimonio nuevo todos los días con su esfuerzo y la ayuda del Espíritu Santo.

Madre,
Es cierto que tenemos algo mucho más importante que ser productivos en nuestro trabajo. Tenemos que dar frutos para Dios. Eso es disfrutar, dar fruto. Para ello tiene que haber nuevas primaveras entre nosotros, en las que surgirán nuevos brotes verdes que Cristo siembra en nuestro amor. Que no nos conformemos con un horizonte terrenal, Madre. Dios tiene una promesa para nuestro matrimonio y la va a realizar, si le dejamos construir en nosotros. Bendito y alabado sea nuestro Señor Jesucristo, que nos ha redimido. Amén.

La verdad no es de los más listos. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 11, 25-30

EVANGELIO
Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a los pequeños
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

La verdad no es de los más listos.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Hablaba ayer Mons. Munilla, en Radio María sobre un teólogo que discutía en un medio de comunicación escrita, la redención de Cristo en cuerpo y alma. ¿Cómo habrá leído este señor el Evangelio para llegar a la conclusión de que el cuerpo de Cristo se descompuso?. No queremos ser malos, pero lo que no se le olvidó al susodicho teólogo fue citar en el artículo el nombre de su polémico libro.

Decía San Juan Pablo II que la verdad se ve afectada por las tendencias, modas y debilidades de la sociedad del momento. Esto llevó al pueblo Judío a considerar que la poligamia no iba en contra de la ley de Dios, ya que en aquel momento la mayor bendición era tener muchos hijos, por tanto, a más mujeres, más hijos ¿Cómo es posible que cayeran en tal error?. En nuestra sociedad, es el relativismo la ideología que se lleva la palma en esto de desviarnos de la verdad. Algún día nos preguntaremos ¿Cómo fue posible que la sociedad cayese en tales errores? Parece que la verdad está oculta a los ojos de los sabios y entendidos de todos los tiempos, y sólo la vemos los pequeños, los que no somos nadie, sino simples siervos inútiles, de Jesús y de María.

Una historia: Él creía en algo. Leía bastante sobre autores relacionados con la Cienciología. Cada uno exponía su visión de la trascendencia: Una energía que flota en el universo, o una especie de dios etéreo que es la suma del bien de todos los hombres y a medida que se va haciendo más el bien, aquel dios crece. Otros que hablaban de hombres incompletos que tienen que reencarnarse en diferentes vidas para complementar sus carencias hasta llegar a su construcción plena. Muchos pensadores que diseñan alternativas al verdadero Dios aprovechándose de la necesidad de Él que tenemos inscrita en nuestra alma.

Aquel hombre seguía buscando, devorándose aquellos libros y pagando entradas para escuchar aquellas charlas. Unos y otros le iban convenciendo. Pero en su vida no cambiaba nada, porque buscaba una especie de autocomplacencia, mientras que su amor hacia su esposa no crecía, seguía siendo él el centro de su vida, y claro, no encontraba la respuesta esperada.

Y fue precisamente este Evangelio, el que le cambió el rumbo: No son los listos los que me van a llevar a la verdad por ser más listos que los demás -se dijo-, sino los que sabiéndose pobres y necesitados, acogen a Dios que viene especialmente en su ayuda. Buscaré la verdad en sus vidas. La segunda idea de este Evangelio que le cambió el corazón era: La verdad de Dios me la tiene que revelar Él, porque el hombre por sí mismo no tiene capacidad para alcanzar Su sabiduría, obviamente. Y la tercera: Que siguiendo a Cristo, poniendo el Evangelio en práctica con su esposa, se le pasarían todos los agobios. Y ¿Sabéis qué?: Adiós a la Cienciología.

Aprendió que, sólo siendo humilde de corazón, encontraba su descanso, y su esposa, también.

Madre,
En Dios vivimos, nos movemos y existimos. Él nos sostiene, Él se revela a nosotros y Él se entrega a nosotros. Aparta este orgullo y esta dureza de corazón que no nos permite escucharle y acogerle plenamente. Es tan grande y nosotros tan pequeños. Resulta ridículo que queramos ponernos a Su altura. Hoy te pedimos por todos los que no le quieren conocer, porque estarán agobiados y cansados de luchar solos en la vida sin resultados. Y te pedimos también por sus esposos y esposas, que lo estarán sufriendo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Los dones de mi esposo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 6, 1-15

EVANGELIO
Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: -«¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: – «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: – «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: – «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: -«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: – «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
https://proyectoamorconyugal.es/retiro-matrimonios-proyecto-amor-conyugal-madrid-16-17-18-junio-2017/

Los dones de mi esposo.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Cuántas veces miramos los dones de nuestro esposo y nos parecen insuficientes. ¿Me interesan para lo que yo quiero o para lo que Dios quiere? Para lo que Dios quiere desde luego que son suficientes. El Señor le pide al Padre por nosotros y consigue para nosotros todo lo que necesitamos.

El matrimonio es un don de Dios que fue “diseñado” para que crezcamos juntos y juntos lleguemos a la plenitud. Pero ¿Qué son los dones de mi esposo para la inmensa sed de amor verdadero que yo tengo? Aunque nos puedan parecer pocos (como le pasaba a Felipe cuando Jesús le pone a prueba), con ellos el Señor tiene lo que necesita para alimentarme y saciarme. Hagamos hoy como los discípulos, ofrezcámosle los dones de nuestro esposo y pidámosle que obre el milagro.

Cuando le preguntaron a Javi por los dones de su esposa, sólo pudo decir tres: Que era muy responsable, ordenada y tenaz. Al preguntarle a ella, también consiguió sacar tres: No le cuesta perdonar, no se agobia por nada y no le gusta discutir. ¿Dónde iban con tan pocos dones? Lo primero que ocurría es que cada uno tenía muchos dones más que no eran capaces de ver. Pero veamos qué hizo Dios concretamente con éstos. Cuando ambos comprendieron que el otro era un don de Dios, tal como es, lo acogieron como tal. Javi se apoyaba en su esposa para ser fiel a la oración, porque por su carácter poco riguroso, le costaba. Esto le llevó a tener una relación mucho más profunda con el Señor y por tanto experimentó un gran cambio y un crecimiento muy importante en su relación con su esposa y con los demás en general. Rosa por su parte, aprendió de Javi que en última instancia las cosas dependen de Dios y no tanto de ella. Esto le llevó a estar mucho más relajada, ser menos exigente con los demás y más misericordiosa. Ahora Javi y Rosa, pueden estar un buen rato hablando de los dones de su cónyuge y cómo con cada uno de ellos, Dios está haciendo un milagro en él o ella. Ambos dieron un gran salto como personas y tuvieron un acercamiento mucho mayor a Dios, entre ellos y al prójimo. Son los milagros que Dios hace cuando ponemos nuestros dones en Sus manos y acogemos los que Él nos ha entregado en nuestro esposo, para mayor gloria Suya.

Madre:
Al Señor lo quisieron hacer rey porque les daba de comer un alimento terrenal. Sin embargo el Padre lo hace Rey porque nos da un alimento para la vida eterna. Alabado y bendito sea por siempre el Señor. Señor, te ofrecemos a nuestro esposo y te pedimos para que junto con él, te demos gloria. “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Salmo 125).

Certificar con la experiencia la verdad. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 3, 31-36

EVANGELIO
El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
https://proyectoamorconyugal.es/retiro-matrimonios-proyecto-amor-conyugal-madrid-16-17-18-junio-2017/

Certificar con la experiencia la verdad.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

El que acepta Su testimonio certifica que Dios es veraz. ¿No es esta la definición de fe? Todos los enviados por Dios antes de Jesús, venían de la tierra, sólo podían hablar desde su experiencia terrenal ya que no tenían experiencia personal inmediata de Dios. Sólo Jesús procedía de Dios.

¿Cuál es la clave entonces?: Fiarse de Jesús más que de uno mismo. Yo tengo una experiencia terrenal de Dios, y por tanto, sólo puedo conocer una pequeñísima parte de Él. ¿No le conocerá infinitamente más su Hijo? Por eso es tan peligroso fiarnos de nuestros criterios, porque no nos conducen a la verdad. En cambio, el que acepta el testimonio de Cristo, el que cree en Él y en lo que nos enseña aunque no esté de acuerdo, ese certificará con su vida, desde su propia experiencia, la verdad.

Un matrimonio no estaba de acuerdo con el enfoque de la Iglesia en relación al uso de anticonceptivos. Les parecía que la visión de la Iglesia es retrógrada y debía adaptarse a los tiempos. ¿Qué más da utilizar el preservativo o cualquier otro método? Además, hay que ser responsables a la hora de decidir tener un nuevo hijo. La vida está muy complicada y hay que garantizarle una buena educación antes de arriesgarse a “encargarlo”. Por más argumentos que les daban, siempre había alguna respuesta para ratificarse en sus criterios. Con el tiempo, fueron descubriendo la grandeza y la sacralidad del acto conyugal. Descubrieron que es un momento en el que se concentra todo el amor que se han entregado mutuamente el uno al otro, en el que se hacen imagen de la unión del Dios Trino. Un momento de oración, donde se apartan todos los egoísmos y se convierten el uno para el otro en un don total de sí, cuerpo, corazón y espíritu, para hacerse uno entre ellos y con Dios. Es un momento de “éxtasis” (Salir de sí). Comprendieron que si querían ser imagen del amor fundante y la generosidad de Dios, tenían que estar abiertos a la vida, aunque no les pareciese el momento más adecuado. Conociendo sus ciclos tal como Dios los ha querido, pero dejándole a Él la última palabra. Lo de Dios proveerá es mucho más que un dicho, es un acto de fe. Era un momento para la confianza en Dios. Aquello era un signo de algo mucho más grande que ellos.

Así que decidieron ser fieles a la doctrina de la Iglesia, aunque seguían teniendo sus reticencias, dudas y matizaciones… ¿Cuál fue la experiencia? Descubrieron cuánto les unían los períodos de abstinencia, cómo aprendían a quererse con un amor contenido por fidelidad. Después, cuando podían entregarse totalmente, era como si todo aquel amor contenido se hubiera acumulado para volcarse en una experiencia mucho más gozosa, más transcendental. Era como si sus almas se unieran también, no solamente sus cuerpos, era como que Dios se hacía presente y les llenaba del Espíritu Santo. Vivir su sexualidad en plena comunión con la Iglesia les ayudaba a quererse más en el día a día, a mirarse con más respeto, a reconocer su dignidad mutua con más intensidad. No se esperaban tantos cambios en su relación, pero ahora lo dicen. Ha sido un antes y un después. Este matrimonio, certifica hoy en día con su experiencia, que Dios es veraz y guía a la Iglesia mediante el Espíritu Santo, hacia la Verdad plena.

Madre,
Hay tantos tesoros sobre la verdad contenidos en la revelación y en la doctrina de la Iglesia… Tenemos hambre de Verdad, hambre de conocer a Dios, ansia de experimentar sus certezas en nuestras vidas. Alabado sea por revelárnosla. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos ha dado en Él toda clase de bienes. Amén.