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La prueba. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 16, 16-20

EVANGELIO
Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver».
Comentaron entonces algunos discípulos:
– «¿Qué significa eso de «dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver», y eso de «me voy al Padre»?»
Y se preguntaban:
– «¿Qué significa ese «poco»? No entendemos lo que dice».
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:
– «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: «Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver»? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».

Palabra del Señor.

La prueba.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Jesús nos augura la tristeza, pero también nos anuncia que nuestra tristeza se convertirá en alegría. ¿Qué clase de tristeza es la que se convierte en alegría? La que nos produce un mundo alejado del Amor. Cuando estamos sufriendo, nos da la sensación de que se alarga en el tiempo y no se acaba nunca. Sin ninguna duda es una gran oportunidad para crecer en la fe, esperanza y caridad.

Los discípulos le preguntan ¿qué significa ese poco? Jesús no responde a la pregunta que le hacen los discípulos, y en su lugar, invita a la confianza en Él. En la vida, somos probados, y hay muchas cuestiones que no podemos comprender, ni nos toca preguntar, sólo confiar. Por eso Dios, guarda silencio a veces para que confiemos en que es un Padre bueno y no nos deja.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
https://proyectoamorconyugal.es/retiro-matrimonios-proyecto-amor-conyugal-madrid-16-17-18-junio-2017/

Una historia:
María está sufriendo en su matrimonio. Hace dos años, cuando ya no podía más, se lo contó a su madre y sus hermanas. Al principio ellas callaron, pero conforme la veían sufrir, ellas también iban arremetiendo contra él y le insistían en que debía dejarle, incluso por los hijos, que no debían respirar un ambiente tan nocivo para su educación.

Pero Maria amaba al Señor y casi sostenida por el Espíritu Santo, no daba ese paso. Su conciencia se lo impedía. Entonces desde el cielo se le mandó un instrumento de Dios, alguien que le habló de la verdad de un Evangelio sin rebajas, sin adaptaciones a medida, el Evangelio que acoge el sufrimiento, pero que le llevaría hacia la Verdad a ella y a su familia.

Esta persona, le invito a María a sufrir por su esposo, pero no con resignación, sino con la confianza en que Dios todo lo puede, y que quiere todo lo bueno para ellos. Ese Dios que vino a sanar lo que estaba enfermo, torcido, herido y lo hizo con su propia vida.
María abrazó el sacrificio y la oración corredentora. Cada vez que su esposo le contestaba mal, ella le respondía bien, con cariño, siempre con su mirada puesta en Cristo Crucificado.

María, a pesar del sufrimiento y de las presiones, fue fiel a su vocación, a su alianza con Dios y con su esposo. El resultado es que su esposo se ha convertido. Dios le fue sanando e hizo de él un hombre nuevo y sus hijos se admiraron y creyeron. Fue la mejor lección de amor que su madre les había dado.

Al subir al cielo María recibió todos los tesoros que ganó por su salvación, la de su esposo y la de sus hijos ¿Mereció la pena sufrir aquí un poco?

Madre,
Sé que no te gusta que suframos, pero sabes que es un bien para nosotros. Tenemos que pasar la prueba, la prueba de fe, la prueba de confianza, la prueba de caridad. Ayúdame a recordarlo cada vez, Madre. Las dificultades en mi matrimonio no son porque mi esposo sea un egoísta, o un orgulloso… sino que son pruebas que Dios permite para que demuestre mi confianza en Él. A ver cómo lo hago… Alabado sea el Señor, que tanto nos amó. Tengo la oportunidad de corresponderle. Amén.

La alegría de Dios en nosotros. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 15, 9-11

EVANGELIO
Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
https://proyectoamorconyugal.es/retiro-matrimonios-proyecto-amor-conyugal-madrid-16-17-18-junio-2017/

La alegría de Dios en nosotros.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

¿Cómo permanecer en Tu amor Señor? Hoy nos lo dices: Guardando tus mandamientos. No son leyes sin más, son la clave de cómo amar de verdad para entrar en el Corazón de Dios y no salir para siempre, siempre. Veámoslas:

1. Amaras a Dios sobre todas la cosas: Pedro y María, tienen claro que sólo así, se llenan de Su amor, se quieren más el uno al otro y se quieren más a sí mismos. Por eso no dejan ni un solo día la oración. ¡Nada nos separara del amor de Dios!

2º Respetar el nombre de Dios y respetar también todas las personas y cosas de Dios. Pedro y María tienen un sacramento, son esposos en Cristo, y respetan por encima de todo a Cristo en su relación. Imagínate cómo se tratan…
¿Juramentos en nombre de Dios? no tenemos esa autoridad. Pedro y María saben que todo depende de Él, y le tienen un respeto enorme. ¡Solo Dios es Dios!.

3º Si amas a Dios deseas estar con Él y dedicarle el domingo y los días de fiesta de la Iglesia. Pedro y María no permiten que esos días haya una prioridad mayor que esa. Acuden a la iglesia deseosos encontrarse con Él, escuchar Su palabra en familia, con calma, alabarle, agradecerle. Descubren cómo Él los mantiene unidos.

4º Ama a tus padres, porque representan la Paternidad de Dios en la tierra y si no actuaron así, tienes que respetarlos igualmente, porque Dios quiso que te dieran la vida y te transmitieran Su imagen. Pedro y María honran a sus padres a pesar de los errores que cometieron con ellos, porque mucho más recibieron de ellos, tanto que nunca podrán devolvérselo.

5º Nadie tiene derecho, a quitar la vida a otro, ni a sí mismo. Pedro y María reconocen que su vida no les pertenece, porque ellos no se la han dado a sí mismos. Sólo Dios es el dueño de sus vidas. Tampoco critican a nadie, porque es una manera de robarle la dignidad que Dios le dio.

6º El mandamiento contra la pureza tiene más importancia de lo que parece, porque lo que hago con mi cuerpo, lo hago con toda mi persona, y afecta a todo mi ser. El cuerpo tiene un valor enorme, y es la capacidad de expresar a la persona. Cristo entrega Su cuerpo para salvarnos ¡Qué valor tan grande tiene! Que con él redime a la humanidad. ¿Qué hago yo con el mío?. Pedro y María tratan su cuerpo y el del otro con muchísima delicadeza. Es el que les permite entregarse, quererse… Es templo de Espíritu.

7º Ser justos con los bienes de Dios. No coger lo que no me corresponde. Pedro y María, son justos y generosos con los bienes que reciben de Dios, son para utilizarlos en Su nombre.

8º Decir siempre la verdad y esforzarnos por vivir en la Verdad. Pedro y María no quieren vivir mentiras, quieren vivir siempre de cara a la verdad, por dura que ésta parezca. Es mejor afrontarla y vivir una vida verdadera que vivir una vida falsa.

9º Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. El mal se cuela por los pensamientos y nos lleva a la acción. Pedro y María apartan inmediatamente los pensamientos que no son conformes a la palabra de Dios y así evitan muchas veces caer en la tentación.

10º Cuidado con lo que deseamos. Cada cosa que Dios nos da, tiene destinada una tarea para construir su Reino. Pedro y María no desean ya nada pensando en su propio beneficio, sino pensando en que el Reino de Dios llegue a este mundo para mayor gloria Suya.

En definitiva, todo se resume en Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Es como aquella frase de “Ama y haz lo que quieras”, porque no te vas a equivocar.

Y si alguna vez nos salimos de esta ley del amor, volvemos a ella pidiendo perdón a Dios en la confesión y a la persona que hemos herido, con la ilusión de la oportunidad que Dios nos da de empezar de nuevo.

La alegría de Dios está en Pedro y María, porque luchan por hacer todo esto ¿Qué más se puede pedir?.

Madre de los esposos: Ruega por nosotros.

De cara al exterior. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 5, 13-19

EVANGELIO
Vosotros sois la luz del mundo
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielos».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
https://proyectoamorconyugal.es/retiro-matrimonios-proyecto-amor-conyugal-madrid-16-17-18-junio-2017/

De cara al exterior.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Nosotros somos la sal de la tierra, nos dice el Señor. Y hoy, que el matrimonio y la familia están como están, más si cabe.
Así que debemos tener cuidado de no volvernos sosos. De vez en cuando tengo que recordarme a mí mismo que, si mi matrimonio no se diferencia de un matrimonio no cristiano, es que estoy haciendo algo mal. Es imposible que teniendo a Cristo entre nosotros no haya diferencias con lo que sería mi matrimonio sin Él. Sacar a Cristo de nuestra relación, es quitarle todo el sabor. ¿A qué sabe tu matrimonio?

Ser luz significa que iluminas a otros, es decir, que influyes en otros transmitiendo la luz que Dios te ha dado. El poder que Dios nos ha dado para influir en los demás es enorme, pero para ser sal de la tierra y luz del mundo, sólo hay una manera: Con las obras. Teresa y Manuel, deseaban ser luz para sus hijos. La clave para ello iba a ser el respeto mutuo. Así que, discutían siempre a solas para que no les oyeran. Además, tenían mucho cuidado en no contradecirse delante de ellos e incluso, intentaban ponerse buena cara y actuar con mucha educación por muy mal que estuviesen. Pero todos sus esfuerzos, no parecían dar fruto. Un día Teresita llegó del cole preguntando si se iban a separar. Cuando le preguntaron a qué venía eso, ella contestó: Porque vosotros no os queréis como los padres de Pablo.

Al cabo de un tiempo, conocieron a los padres de Pablo en una fiesta de cumpleaños. Allí se dieron cuenta de a lo que se refería Teresita. Los padres de Pablo se querían de verdad, se palpaba… y no como ellos, que lo intentaban simular. Así que emprendieron un camino para amarse de verdad, apoyándose en Dios y en la Iglesia. Por increíble que pareciese, descubrieron que cuando se amaban en la intimidad entregándose el uno al otro y acogiéndose en silencio, de alguna manera aquello se hacía notar de cara al exterior. Era algo inexplicable.

Un día Teresita llegó muy contenta a casa con una redacción que había hecho en clase sobre la felicidad. En su historia, los protagonistas eran su “papi” y su “mami”, porque ahora sí que se querían como los padres de Pablo.

Madre,
Nunca seremos luz si no recibimos al que es la Luz, y no la reflejaremos si no nos hacemos transparentes a la Luz que vino al mundo y no la recibieron. Somos sal de la tierra, pero el sabor lo pone el Amor de Dios. Alabado sea el Señor que es grande y misericordioso con nosotros. Amén.

Un velo sutil. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 20, 11-18

EVANGELIO
He visto al Señor y ha dicho esto
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18

En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: «Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro»».
María Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».

Palabra del Señor.

Un velo sutil.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Muchas veces nos ocurre como a María Magdalena. Lo que nos parece ver no es y lo que no vemos sí es. Cegados por nuestras limitaciones, nuestras emociones o nuestros pecados. Ella está convencida de que el Señor yace muerto, y va con ungüentos para preparar el cadáver. Va llorando desconsoladamente, porque saca la conclusión de que se han llevado el cuerpo del Señor. Pero ¿Tenía motivos reales para llorar?. El Señor le llama por su nombre, le abre los ojos y entonces ve la verdad y la verdad es motivo de alegría. Cristo ha resucitado de entre los muertos.

La segunda idea que sacamos de este Evangelio es que, el Señor se ha hecho uno con nosotros, y eso significa que todo lo Suyo es nuestro. Su Padre pasa a ser nuestro Padre a la vez que sigue siendo nuestro Dios. Esto, repetimos, ha sido posible porque se ha hecho uno con nosotros en ese amor esponsal que nos une, por la entrega de Su Cuerpo en la Cruz. Esto adquiere unas dimensiones brutales para nosotros, que no somos capaces de ver, como María Magdalena.

Pero retomamos hoy la historia de Laura, la esposa que comentábamos ayer, que con las armas de Dios había recuperado a su esposo. Contábamos que Laura se quejaba de que su esposo no le hacía mucho caso y se sentía muy sola. Es verdad que su marido no era santo, pero ¿Qué esperaba? ¿Qué lo fuera?. David, su esposo, era un hombre muy activo y poco expresivo. Su trabajo le estresaba bastante, y necesitaba desfogar, de ahí que se refugiase en ver deportes y otras actividades que se lo permitían. David necesitaba de Laura más de lo que ella se imaginaba. Echaba de menos su ternura de mujer, su comprensión femenina. Echaba de menos sus abrazos… Pero Laura no veía todo esto, porque estaba demasiado ensimismada en su tristeza y en su llanto. El Señor le llamó por su nombre y Laura salió de sí misma. Todo lo Suyo es ahora de Laura, y la posibilidad de amar a David como Él lo ama, también.

Madre,
Es tan sutil el velo que separa el pecado del amor, el llanto de la alegría, la muerte de la vida, la oscuridad de la esperanza… Sólo una llamada del Señor y todo cambia radicalmente. Madre, qué poco me separa del amor de Dios. Él lo hace todo y a mí sólo me resta reconocerle y responderle “Rabboni”. Alabado sea el Señor que se hace uno con nosotros y nos convierte en hijos de Dios por sus méritos. Amén.

La cruz y la victoria. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 28, 8-15

EVANGELIO
Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28, 8-15

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
«Alegraos».
Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él.
Jesús les dijo:
«No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:
«Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros.»
Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.

Palabra del Señor.

La cruz y la victoria.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

El mensaje del Señor hoy es “alegraos”. Daba igual que fuesen aquellas mujeres. Si hubiésemos sido nosotros nos habría dado el mismo mensaje: “Alegraos”. Da igual mis circunstancias actuales. Si me encuentro con Cristo de verdad, eso hace que se convierta el miedo, la tristeza y la desesperanza, en alegría. Ya no me paralizan los efectos de la muerte.

Jesús cita a los discípulos en el lugar donde se produjo su primera llamada, donde todo empezó. Jesús nos convoca en el principio, en la raíz de la verdad, el motivo y el fin que nos trajo a este mundo: Es Jesús. Como dice el Papa Francisco, es releer todo a partir de la cruz y de la victoria, sin miedo. Los entusiasmos, los defectos, incluso la traición… Todo se traduce a la cruz y la resurrección con Cristo. ¿No quieres vivir la cruz?, no vivirás la resurrección. ¿Quieres vivir la Cruz con Él? Vivirás la resurrección con Él.

Teresa y Laura son dos amigas, que desde pequeñas, llevan vidas casi paralelas. Ninguna de las dos decía tener “suerte” en su matrimonio. Sus esposos no hacían nada por hacerlas felices, no quieren profundizar en nada, todo en su vida es muy superfluo y no están construyendo una intimidad con ellas. Los fines de semana, cuando hay tiempo libre, les toca estar con sus familias políticas respectivas. La cosa se empeora porque no se sienten acogidas por sus cuñados ni por sus suegros respectivos. El resultado es que sus vidas están vacías. Ante una situación tan similar, Teresa y Laura deciden responder de manera diferente. Teresa, aconsejada por otras amigas y por un abogado conocido, decide pararle los pies a su esposo. No está dispuesta a seguir así, y le amenaza con divorciarse de él si no cambian las cosas. “Esto no lo puedes consentir”, le dicen. Laura en cambio, movida por su fe en Cristo, decide seguir amando a su esposo a pesar de las circunstancias, de las heridas y del dolor. En cada situación que vive, mira a Cristo e intenta hacer lo que Él hizo en Su pasión. Todo por su esposo. Todo por amor a su esposo, hasta el extremo.

Teresa acabó divorciada de su marido. Su familia rota, sus hijos afectados, y ella ya está viviendo con otro hombre. Laura, recuperó a su marido. No se lo puede creer, pero su esposo acabó dándose cuenta de que el camino que llevaba no le conducía a ningún sitio y que lo único que le llenaba de verdad, y donde más a gusto estaba, era con su esposa. Su trabajo le costó a Laura, pero unida a Cristo, Él lo hizo posible.

Madre,
Lo que Cristo nos muestra con la cruz y la resurrección, es la verdad de la vida. Nadie se libra de la cruz, pero depende cómo la afrontemos, será motivo de trapicheos y mercadeos que llevan a la muerte, como los de los fariseos con los guardias, o será motivo de alegría y de reencontrarnos con el Señor. Nosotros queremos seguirle, Madre. Concédenos esta gracia. Alabado sea Dios que nos ha dado un Salvador y ¡Ha resucitado!