El mandamiento del amor es lo más grande que Dios puede desear para mí. Desea que yo ame a mi esposo/a porque sólo así podré ser feliz.
EVANGELIO
Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».Palabra del Señor.
Avisos:
- Retiro en Navarra (Javier): 31 de mayo, 1 y 2 de junio. Orad por los frutos.
- Anuncio en Madrid: Lunes 3 de Junio a las 20:00h (Parroquia Beata Ana María Bogas – 3 Olivos – C/ Bella Altisidora, 6)
- Retiros en Madrid: 07 a 09 de junio y 12 a 14 de julio (Casa de Espiritualidad Emaús – Oblatos): Completos.
- Retiro en Toledo: 14 a 16 de junio (Casa Diocesana “El buen Pastor”). Más información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1JT
- Retiro de Palma de Mallorca: del 26 al 28 de julio. Infórmate aquí: https://forms.gle/mc8nacYhiTBmeGcV6
- Retiro en Córdoba: 21 a 23 de junio (Casa San Antonio) (Posibilidad de inscripción con hijos) Infórmate e inscríbete aquí: http://wp.me/p6AdRz-1Lx
(Retiros pendientes de apertura de inscripciones. Informaremos más adelante)
Para que mi alegría llegue a plenitud.
¿Qué es permanecer en Tu amor? Que me amas y quieres lo mejor para mí. Por eso, si cumplo Tus mandamientos me beneficiaré de Tu amor, y Tú te alegrarás, porque así es como mi alegría llegará a plenitud. Amor es querer el bien del otro. Tú te alegrarás en mí, por mi alegría.Es voluntad de Dios que yo esté alegre. Por eso, hacer la voluntad de Dios no es una especie de obligación impuesta a la que me veo forzado, sino que es el camino para que mi alegría llegue a plenitud, y así, Dios se alegre en mí.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Marina: Llegué a creer que mi matrimonio era como una especia de cárcel que me tenía aprisionada. El matrimonio es indisoluble, así que, si Dios nos unió, yo no lo podía romper. Así que me tocaba aguantar a mi esposo el resto de mi vida. Yo lo veía un poco pánfilo, inferior a mí, no soportaba sus tonterías y cada vez me molestaban más sus pecados y limitaciones.
Almudena: Pues así estoy yo. Y ¿por qué no gestionaste lo de la nulidad?
Marina: De repente, en la oración, vi claro que estaba actuando por la dureza de mi corazón. Así que, me propuse vivir mi matrimonio como Dios lo pensó. Comprendí que tenía que amar a Dios y su voluntad sobre todas las cosas. Comprendí que Él me pedía que dejase de preocuparme por mí, y me ocupase de él. Al principio no lo entendía, no sentía nada y, fue un poco artificial. Pero me di cuenta de que estaba cegada por mi pecado, por mi egoísmo. Estaba tan centrada en mí, que era incapaz de ver el don de Dios tan maravilloso que hay en mi esposo. Dejé de exigirle, de corregirle, y me dediqué a animarle, a agradecerle todo lo que hacía, a que se sintiese valorado, que se sintiese súper importante para mí. Su actitud hacia mí, cambió radicalmente. Le encantaba estar conmigo. Volvió a ser detallista, volvió a sonreírme, a enamorarse de mí. Y, aunque no era lo que buscaba, ahora me tiene como una reina. Siento al Señor muy cerca de mí, y siento en mí una alegría inmensa. Señor, cómo te podré pagar.
Madre,
El mandamiento del amor, es lo más grande que Dios puede desear para mí. Yo sé cuánto me ama y por eso, sé cuánto desea que yo ame a mi esposo, porque sabe que sólo así podré ser feliz. Tú Señor, no quieres cristianos tristes. Gracias Señor por esta oportunidad de vivir el cielo en la Tierra para llegar al cielo. Alabado seas por siempre.