Junto a ti. Comentario para Matrimonios: Lucas 13, 22-30

EVANGELIO

Vendrán de oriente y occidente y se sentarán a la mesa en el reino de Dios
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30

En aquel tiempo, Jesús, pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.
Uno le preguntó:
«Señor, ¿son pocos los que se salven?».
Él les dijo:
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:
«Señor, ábrenos»; pero él os dirá:
«No sé quiénes sois».
Entonces comenzaréis a decir.
«Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas».
Pero él os dirá:
«No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad.»
Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a lsaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Palabra del Señor.

Avisos:

  • Retiros en Madrid: 13-15 y 27-29 de septiembre (Casa de Espiritualidad Emaús – Oblatos). Orad por los frutos.
  • Retiro en Málaga y campamento para niños: 04-06 de octubre. Infórmate aquí: https://wp.me/p6AdRz-1RV

(Retiros pendientes de apertura de inscripciones. Informaremos más adelante)

  • Retiro en Sevilla: 18-20 de octubre
  • Retiro en Valladolid: 15-17 de noviembre
  • Retiro en Salamanca: 22-24 de noviembre
  • Retiro en Barcelona: 22-24 de noviembre
  • Retiro en Valencia: 29 nov- 01 dic

Para ver más pincha aquí: https://wp.me/P6AdRz-D1

Junto a ti.

¿Señor me salvaré? Jesús responde: Esfuérzate por entrar por la puerta estrecha. El Evangelio de hoy nos muestra que en el cielo se hila muy fino. Estando a las puertas del cielo y llamo a Jesús pidiéndole que me abra ¿Escucharé: no se quien eres?
Quizás haya comido y bebido con El y de Él yendo a la Eucaristía, pero ¿me he unido alguna vez a Su dolor? ¿Conozco Su Corazón?

La solidaridad en el dolor es la prueba inequívoca del amor y por ello, es el lenguaje de la Cruz. En la Cruz, Jesús se identifica conmigo cuando sufro, hoy me pregunto si yo me identifico con Él en Su Pasión. Frente al egoísmo y el narcisismo, la Cruz-puerta estrecha, me libera de la preocupación por mi propio “yo”, saliendo al encuentro del que sufre.

El amor que acompaña, genera felicidad.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pili: (Llora porque Juan, su esposo, la ha herido. Se ha sentido juzgada y humillada por él. Le ha dicho que ella nunca transmite alegría en la casa).
Juan: (Se da cuenta de la situación y decide entrar por la puerta estrecha aniquilando su razón, porque él realmente piensa que ella está generando amargura en el hogar. Pero ahora no importa si tiene razón. Lo que importa es que ella está sufriendo. Se acerca a ella y le habla) Pili, comprendo que te sientas mal. Sé que llevas mucha carga con el trabajo y los niños. Pero tú tienes el don de la alegría, porque cuando estás más descansada, en vacaciones, haces propuestas y bromeas… ¡Venga! ¡Ánimo! Que tú puedes. Te invito a cenar.
Pili: (Le abraza sintiéndose amada y levantada de su caída. Ella también decide olvidar lo que le ha dicho y no volver a reprocharle lo que su esposo le había dicho que le causó el dolor)

Madre,

Qué bueno es hacer varias veces al día la comunión espiritual: Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

San Alfonso María de Ligorio

Un comentario en “Junto a ti. Comentario para Matrimonios: Lucas 13, 22-30

  1. José y elvira

    Una estrechez en nuestra vida cotidiana hace referencia a una contrariedad, algún disgusto o enojo con el cónyuge, por un mal entendido o por una frase inoportina o cierta de lugar. A la luz del evangelio , esta situaciones se deben aprovechar para esforzarnos en comprender, pedir perdón , disculparse y mostrar la buena vointad a la que Dios nos llama.

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