EVANGELIO
Se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 47-54
En aquel tiempo, dijo el Señor:
-« ¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres!
Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les edificáis mausoleos.
Por eso dijo la Sabiduría de Dios: «Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos de ellos los matarán y perseguirán»; y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Sí, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación.
¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!».
Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca.
Palabra del Señor.
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Abrir las puertas a la Gracia.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Si he recibido los sacramentos de iniciación cristiana, y estoy esforzándome por seguir al Señor, oro con frecuencia y voy a la confesión y a la Eucaristía, es porque el Señor me ha dado la llave de la ciencia. He tenido un encuentro con el Señor. Si además me he unido a mi esposo por el Sacramento del Matrimonio, es que Dios me ha hecho ministro de la gracia de Dios para él/ella.
Y ahora la pregunta es ¿Qué hago con esa llave? ¿La utilizo para entrar en el reino de Dios o por el contrario le dificulto con ella el acceso a mi esposo? Todo lo que sé sobre el Evangelio, sobre doctrina de la Iglesia… puede que lo esté utilizando para recriminar a mi esposo, para corregirle insistentemente, para exigirle que siga mis costumbres “piadosas”… y al final, con esa actitud, en lugar de animarle a seguir, le estoy desanimando.
Preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo… Si esta es mi actitud con mi esposo, pendiente de ver si cae para restregárselo como él/ella probablemente me lo restregó a mí antes, pendiente de demostrarle que no es tan bueno como se cree… entonces, ¡Ay de mí!. ¿No estaré quitando efectividad, “matando” de alguna manera la ley y los profetas con mi actitud?
Sin embargo, si las llaves de la ciencia, si toda la sabiduría que he recibido de Dios, la utilizo para aplicármela a mí, para amar más, para ser manso y humilde, para ser más comprensivo, más cortés, más delicado… Para ser más servicial… entonces, estaré avanzando hacia el reino de Dios y mi esposo, seguro que se siente seducido por ese camino de alegría y paz interior. Abriendo de par en par las puertas a la Gracia, para que quepamos los dos.
Madre:
Qué peligroso es saber para exigir al otro. Es muy cierto que “la ciencia hincha más la caridad edifica” (San Pablo). Ayúdame a utilizar las llaves de la ciencia para la caridad, que no son para envanecerme, sino para descubrir mi verdad y la Verdad que es Dios y humillarme. Por eso los grandes santos se castigaban tanto, quizás para reconocer constantemente su pequeñez. Ayúdame a vivir las humillaciones que merezco cada día, como ese remedio para caer en cuenta de lo pequeño que soy y lo necesitado que estoy de Dios y de mi esposo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Cuantas verdades…. gracias por abrirnos los ojos