EVANGELIO
Escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19
En aquellos días, tiempo, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura, con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Palabra del Señor.
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Todo en todos.
¡Y ya está! De Él sale una fuerza que nos cura, Él tiene el agua que me quita la sed ¿Qué espero para estar más tiempo con Él? Él me ha elegido, Él me espera, Él está en mi matrimonio, en mi familia, en mi comunidad… Él es Todo en todos. ¿Qué más quiero? ¿Qué otra cosa quiero que no sea Él?
Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. ¡Peaso familia!
Aterrizado a la vida matrimonial:
Carmen: Don de sí, humildad y silencio. Son las tres cosas que necesito para acoger del todo al Señor.
Alberto: Pues no pides tú nada… ¡Yo también quierooo!
Carmen: Pero tú ¿cuántas ganas tienes de acoger al Señor del todo?
Alberto: Yo todas las ganas.
Carmen: Jajaja. Pues si tantas ganas tenemos los dos ¡Vamos a tope! Él nos ayudará con las fuerzas que nos falten.
Alberto: Pues sí, de Él sale la fuerza que necesitamos para llegar hasta Él.
Carmen: ¡Vamos, vamoooosss!
Alberto: Shhhhhh
Carmen: ¿Por qué me mandas callar?
Alberto: Para empezar con lo del silencio ¿no?
Carmen: Anda… mira que eres tontorrón… Jajaja
Madre,
El Señor es muy grande y estamos alegres. Alabado sea el Señor.
Jesus, Tu eres el protagonista de nuestra historia!!!! Tú nos eliges, nos enseñas Tu verdad, compartes Tu bondad, nos muestras Tu belleza!!!! … y es aquí donde nos atrapas!!!!
La fuerza de Tu amor cambia el sentido de nuestra vida, da un nuevo sentido a nuestros sentidos: una mirada de misericordia a los demás, oídos atentos a sus necesidades, cercanía para abrazarlos y tocarlos. Una nueva vida, una sensibilidad derrimida donde todo «huele» a ti, todo «sabe» a ti.
Estas en todo, estas en todos, estas en ella, estas en mi.
Madre, no nos queremos perder nada. Danos tus ojos, tus oídos… danos tu corazón. Queremos todo lo tuyo. Lo deseamos!!!
Solo Dios basta!!!