Sin amor… Comentario para Matrimonios: Marcos 2, 23-28

EVANGELIO

El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 23-28

Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas.
Los fariseos le preguntan:
«Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?».
Él les responde:
«¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre como entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él».
Y les decía:
«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».

Palabra del Señor.


Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí
:  http://wp.me/P6AdRz-D1

Sin amor…

Las leyes al servicio de las personas, y por lo tanto al servicio del amor. Si tengo alguna ley que me impide amar a mi esposo: Puntualidad, orden, limpieza, dieta, cuidado del cuerpo… incluso leyes “piadosas”, todas deben estar sometidas al amor a mi esposo, porque el amor a Dios y a mi esposo son las leyes principales que rigen mi vida.
Hay veces que intento amar con razonamientos, y no con el corazón, y me equivoco, porque amor es agradar al otro, es ser agradable, es comprenderle, es servirle… y si no hay amor… ya podía yo dejarme quemar vivo, que si no tengo amor, nada soy.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Durante la oración conyugal:
Javier: Cariño, hoy te libero de cerrar las puertas, de ordenar la nevera, voy a dejar de controlar en lo que gastas, te libero de las normas que he puesto sobre la organización del día… porque ya no voy a gastar energía en empeñarme en todo eso. A partir de hoy, dedicaré toda mi energía a amarte y hacerte feliz.
Teresa (Esposa de Javier): (Le mira fijamente, con sus ojos bien abiertos, expresando con ello cierta incredulidad. Pero ve en su esposo tal convencimiento que decide creer en sus palabras. Después libera con un suave suspiro, toda esa tensión acumulada, porque Teresa es bastante despistada. Sin mediar palabra, se gira en la cama acercándose a él, y se recuesta sobre su pecho. Unos segundos después, mirándole a los ojos, le dice) Javier, gracias por amarme más que a ti mismo. El Señor te lo recompensará. Espero ser digna de la bendición de Dios que acabo de recibir. (Y Teresa, rodeando lentamente con su mano el cuello de Javier hasta llegar a la nuca, se acerca para besar suave y tiernamente sus labios).
Javier: (Mirando a Teresa, con los ojos entornados, dice en voz baja) “Gracias, Teresa. Gracias, Señor”.

Madre,

El orgullo y la vanidad son persistentes, pero tenemos que ser conscientes de que el amor puede ser más fuerte. Nosotros apostamos por el amor, Madre. Ayúdanos a conseguirlo. Alabado sea Dios que nos muestra el camino del amor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *