EVANGELIO
Les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas dijeron a Jesús :
«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber».
Jesús les contestó:
«¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Les dijo también una parábola:
«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo. el nuevo.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán.
A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: “El añejo es mejor”».
Palabra del Señor.
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¡Chapeau!
Jesús nos trae la buena nueva del Evangelio, pero su mensaje no consiste en romper con lo revelado por el Padre a través de los profetas, sino en volver al principio y llevarlo a su plenitud.
Cualquier planteamiento «moderno» de tipo rupturista, que desprecia todo lo revelado y que se ha construido durante muchos siglos con el esfuerzo de muchas generaciones, como puede ser el matrimonio y la familia, es como el paño nuevo que lo intentas encajar con el resto de las cosas de la vida, y no cuadra por ningún sitio.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Juan: Y vosotros ¿os alegráis de haberos casado?
Matrimonio Tutor: El que ha probado el vino añejo, no quiere otra cosa, y los planteamientos de hoy día no son compatibles con el matrimonio tal como Dios lo pensó. Hemos probado el vino del Sacramento del Matrimonio, viviéndolo como Dios lo creó y ya no queremos otra cosa. Sólo podemos descubrirnos ante el Señor y decirle: ¡Chapeau! Menuda misión hermosa que has creado para nosotros, los esposos.
Juan: Así dicho, ponéis los dientes largos…
Matrimonio Tutor: Quien saborea, aunque sea parcialmente el amor verdadero, no quiere otra cosa. Qué dolor tan profundo saber de tantos esposos que no luchan y se lo pierden.
Madre,
Queremos acoger el buen vino en nuestro matrimonio. Queremos llegar a la plenitud de la caridad conyugal. Sigue guiándonos, Madre. Alabado sea el Señor. Todo para mayor gloria Suya.