Archivo por meses: noviembre 2025

¿Somos astutos? Comentario para matrimonios san Lucas 16, 1-8

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16,1-8

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”. El administrador se puso a decir para sí: “¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?”. Este respondió: “Cien barriles de aceite». Él le dijo: «Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. Luego dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?”. Él dijo: “Cien fanegas de trigo”. Le dice: “Toma tu recibo y escribe ochenta”. Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz».

¿Somos astutos?

El Señor, con esta parábola, nos enseña que tenemos que utilizar todos nuestros dones y bienes con astucia, para colaborar con Él en la construcción de su Reino. ¿Significa que tenemos que obrar mal y engañar? Por supuesto que no, tenemos que dar testimonio de la belleza y la bondad de nuestro sacramento aprovechando todas las «armas» que tenemos a nuestra disposición. Que soy amable, pues utilizaré astutamente mi amabilidad para el bien. Que soy inteligente y trabajador, pues pondré esa inteligencia al servicio del Señor. Que soy muy buen organizador, pues me ofreceré para ayudar en lo que haga falta para mayor Gloria de Dios.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Pepe: Buenos días Milagros ¿qué tal has pasado la noche? Me he dado cuenta que llevas mucho rato despierta.
Milagros: Buenos días, siento mucho haberte molestado. Es que me he despertado muy temprano y no podía dejar de pensar en lo que nos dijeron en la Jornada de Inicio de Curso de ayer. Creo que nos nutrimos y formamos de las magníficas catequesis de San Juan Pablo II en nuestro grupo de matrimonios de Proyecto y colaboramos en los retiros, pero creo que es hora de dar un paso más.
Pepe: Yo también lo pensé, la verdad que fue una Jornada de inicio de curso preciosa, pero nos dieron mucho en lo que pensar
Milagros: Pepe ¿estamos siendo muy egoístas al no ponernos al servicio de este Proyecto de la Virgen?
Pepe: Hombre… egoístas tampoco nos llamaría, pero sí que necesitamos poner todos los dones que el Señor nos ha dado para que este tesoro llegue a muchos matrimonios.
Milagros: Pues, si te parece bien, podemos llamar a nuestros pastorcitos para que nos hablen un poquito más de todas las áreas donde podemos colaborar y ver en cual de ellas podríamos ser de utilidad.
Pepe: Me parece fenomenal y tú me pareces más preciosa cada día. ¡Anda, dame un beso y vamos a ofrecer el día al Señor!

Madre,

Tú pusiste todos tus talentos al servicio de Tu Hijo, ayúdanos a no caer en la tentación de la pereza , que sepamos discernir nuestros dones y ponerlos al servicio del Reino de Dios. Amén. ¡Bendito y alabado seas por siempre!

RETIRO MATRIMONIOS BURDEOS(FRANCIA) 19 – 21 DICIEMBRE 2025

RETIRO MATRIMONIOS BURDEOS(FRANCIA) 19 – 21 DICIEMBRE 2025

Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Diócesis de Bordeaux os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? A todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio o aquellos que en el momento de la inscripción no tienen impedimento alguno para contraer el Sacramento del Matrimonio, y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 19 de diciembre a las 16:30 h hasta el domingo 21 de diciembre a las 17:30 h.

LUGAR: Le Solitude – Martillac, Gironde
33650 Martillac – FRANCIA

PRECIO: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)

  • Adultos: 365 euros  por matrimonio.

Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción, pincha aquí. A partir del martes 11 de noviembre a las 20:00 h

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera. En caso de que no hubiese plazas disponibles.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a luxemburgo@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

Alegría de la conversión. Comentario para Matrimonios: Lucas 15, 1-10

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola: «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

Alegría de la conversión.

Nos alegra tener la seguridad de cuánto nos ama Dios. Podemos caernos y perdernos infinitas veces y Él siempre nos va a estar esperando con los brazos abiertos deseando lo mejor para nosotros. Tenemos que estar abiertos siempre a la conversión. El Señor nos pone los medios a través de los sacramentos. Es una pasada la fiesta que hay en el cielo cada vez que alguien abraza la fe convirtiéndose, lo mismo pasa cada vez que salimos del confesionario con el alma limpia con la gracia recuperada al habernos reconocido pecadores y, arrepentidos, hemos pedido perdón recuperando la amistad perdida con Dios por el pecado. Los matrimonios a través de nuestro sacramento tenemos la gracia para convertirnos en todo momento, cada vez que acogemos a nuestro esposo en cualquier situación, pidiendo perdón y perdonando, aceptando todo lo que es y el don que es para mí, en definitiva, haciendo sacrificios de entrega y renuncia entre los esposos preparando nuestras almas para el encuentro con Dios.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Luis: Mercedes ¿te has dado cuenta de la fuerza de nuestro sacramento? A través de nuestra entrega vemos cómo mejoramos y como mejoran los de nuestro alrededor.
Mercedes: Si, es una pasada. Me gusta imaginarme la fiesta que habrá en el cielo cada vez que, con la gracia recibida, el Señor a través de nosotros va cambiando el mundo.
Luis: y ya ni te cuento como será cada vez que algún matrimonio descubre la grandeza de su vocación y cambia su vida por completo.
Mercedes: Gracias a Dios cada vez son más numerosos esos matrimonios, que confiando en lo recibido y siendo muy conscientes de lo que tenemos, vamos participando sin saberlo del cielo en la tierra.

Madre,

Somos débiles y nos caemos con facilidad, muéstranos la gracia de convertirnos sin cansarnos y disfrutar juntos la fiesta del cielo en la tierra. Bendito sea el Señor por su amor infinito que infinito que siempre nos rescata

Un verdadero discípulo. Comentario para Matrimonios: Lucas 14, 25-33

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 14, 25-33

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?
No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:
“Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».

Un verdadero discípulo.

Jesus camina de ciudad en ciudad seguido por multitudes asombradas por sus milagros y sus palabras. Pero Jesús no busca admiradores sino discípulos dispuestos a amar como Él. ¿Qué supone en mi vida seguir a Jesús? Porque puede que ese seguimiento se haya convertido en prácticas externas de cosas que “tengo que hacer”, en un adorno en mi vida, en un complemento espiritual que me hace sentir que hago cosas por el Señor, que soy seguidor suyo. Hoy el Señor me muestra la exigencia que supone seguirle. No es una moda, ni un sentimiento pasajero. Ser discípulo implica una exigencia que me invita a salir de la mediocridad. Implica reordenar prioridades, afectos, cargar la cruz, renunciar a mí mismo y perseverar hasta el final.
No basta con comenzar el seguimiento con ilusión. El entusiasmo inicial es importante, pero lo decisivo es la fidelidad hasta el final. El amor es un proyecto de vida y requiere previsión, oración, formación, el apoyo de una comunidad en la fe y constancia…
En el matrimonio también llega un momento que Jesús se vuelve hacia nosotros y nos dice: “Si quieres seguirme en tu matrimonio, si quieres que tu amor sea como el mío, carga tu cruz y renuncia a ti mismo por amor al otro.” En el día a día esto se concreta en renunciar a mi orgullo, a mi egoísmo, al “yo tengo razón”, a mis caprichos, al deseo de controlar…
Cuando elegimos seguir a Jesús y cargar su cruz, el matrimonio se convierte en una torre firme, capaz de resistir cualquier tempestad. Y ese amor entregado es el que realmente cambia nuestras vidas.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Almudena: pues nada Luis ¡que disgusto!… al final mi hermano dice que se separa…Dice que se les ha acabado el amor, que ya no sienten lo mismo y que su mujer no le hace feliz.
Luis: escuchándolo así suena a un amor inmaduro… ¿Y que le has dicho?
Almudena: me he acordado de su bebé llorón… y le he preguntado ¿qué siente cuando se tiene que levantar tantas veces por la noche a ponerle el chupete? ¿siente amor? ¿siente en ese momento que le está haciendo feliz?
Luis: ha confundido el amor con un sentimiento ¡qué gran error y que gran engaño!
Almudena: si, quieren vivir un amor de película, sin cruz. Tienen que decidirse a querer querer. Vamos a rezar para que sean capaces de cambiar ese “no me haces feliz” por “quiero darte la vida”.

Madre,

Protégenos para no caer en los engaños del maligno y ayúdanos a seguir construyendo la torre del amor con Jesús como cimiento. Madre del amor conyugal, ruega por nosotros. Alabado sea el Señor.

 

Hasta que entren. Comentario para Matrimonios: Lucas 14, 15-24

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 15-24

En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: «Bienaventurado el que coma en el reino de Dios!». Jesús le contestó: «Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a su criado a avisar a los convidados: “Venid, que ya está preparado”. Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: “He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor”. Otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor”. Otro dijo: “Me acabo de casar y, por ello, no puedo ir”. El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado: “Sal aprisa a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”. El criado dijo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio”. Entonces el señor dijo al criado: “Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa. Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete”».

Hasta que entren.

¡Viva y cortante es Tu Palabra como espada! Hablas sin adornos, porque en Ti no hay doblez y el tiempo apremia, y te arde el Corazón para que conozcamos la verdad: que fuimos creados por el Amor y para el Amor y nos llamas sin descanso: “insísteles hasta que entren…” Nacimos para Ti, Dios eterno, y fuera de Ti todo se vuelve cansancio y vacío. Pero ¡qué sordo está el corazón humano! Se empeña en vivir fuera de Ti. Tú llamada no es para imponernos un peso, sino para que acudamos a un gran banquete. Para colmarnos de gracia y bendición. Pero no comprendemos. Oyendo, no oímos, y respondemos en un duermevela: “No puedo, tengo mucho que hacer, no tengo tiempo”. Y mientras Tú, Padre, preparas la mesa con ternura infinita, y esperas, y nosotros, ocupados en lo que perece, te decimos muy educados: “Dispénsame, Señor”, que no voy. ¡Qué ceguera la del alma! Buscamos la vida en lo que muere, sin darnos cuenta de que muriendo vivimos. Tu corazón de Padre se conmueve y nos advierte, con la claridad del que sí ve, de que llegará el día, no sabemos cuándo, en el que seremos arrancados de este mundo: “Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete”. El banquete definitivo es “mañana”, pero “hoy” es el momento del sí. Dejemos las excusas, los ruidos, las distracciones, vanidad de vanidades es todo fuera de Ti. Digámosle al Padre: “Sí, quiero acudir a tu llamada; sí, quiero dejarme amar por Ti, quiero convertirme, quiero amar”. Verás entonces cómo ese banquete se anticipa en esta vida y lo transforma todo: tu matrimonio, tu familia, tu vida, incluso el dolor… todo se hará lugar de encuentro y comunión contigo Señor. Querido Padre, ¡espéranos que vamos! No dejes de esperarnos, sigue llamando, llamaré a todos Contigo, no te canses, no te entristezcas, que vamos Padre, que vamos.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Aquella noche María había preparado una cena muy especial. Su esposo Manuel llegaba después de unos días de viaje en unos minutos y quiso sorprenderle a él y sus niños. Había ido al mercado, escogido lo mejor, había gastado más de lo habitual, pero merecía la pena. Apagó las luces del comedor y encendió velas, puso música, todo pensado, cocinado y hecho con amor. Llamó con alegría: ¡Hijos, la cena está lista, venid que ya mismo llega papá! No escuchó nada e insistió de nuevo: ¡Niños, venid, ya mismo llega papá, a cenar! Pero uno respondió: ¡No tengo hambre! otro: ¡Estoy estudiando! otro: ¡Estoy jugando a la play! y el último: ¡Estoy hablando por teléfono! María quedó sola y confundida frente a la mesa encendida. Entonces sintió la tentación de rendirse, de apagar las velas y decir: “no pienso insistir, que hagan lo que quieran, no valoran nada”. Pero de repente en su corazón resonaron aquellas palabras del Evangelio: “Insísteles hasta que entren…” Fue en el silencio, donde comprendió que el Padre compartía con ella Su dolor: el dolor de preparar un banquete de amor y ser rechazado. Y en su corazón brotó un: ¡te quiero Padre! Yo quiero responder a tu llamada, y llamaré contigo, sin cansarme, hasta que toda mi familia te diga sí. Entonces se levantó y fue una por una recorriendo las habitaciones. Entró con una sonrisa, acarició el pelo de cada hijo, les dio un beso y susurró: “en el salón hay una sorpresa para vosotros”. Los hijos, curiosos, fueron subiendo uno a uno. Y cuando vieron la mesa iluminada, el calor de la chimenea, el olor del pan, la sonrisa de su madre… algo se conmovió en ellos. Se sentaron y esperaron a su padre mientras admiraban lo que les esperaba y a punto habían estado de rechazar. María los miró con inmensa ternura y en el silencio de su corazón amó al Padre: gracias por no cansarte de llamarme.

Madre,

Tú subiste «a prisa» a la montaña, que no dilatemos el SI a la llamada de Dios. ¡Ayúdanos Madre! Alabado sea el Señor.