Archivo por meses: noviembre 2025

RETIRO MATRIMONIOS SEVILLA 23 – 25 ENERO 2026

RETIRO MATRIMONIOS SEVILLA 23 – 25 ENERO 2026

RETIRO MATRIMONIOS MURCIA 16 – 18 DE ENERO DE 2026

RETIRO MATRIMONIOS MURCIA 16 – 18 DE ENERO DE 2026

LA VERDAD DEL MATRIMONIO Y LA ALEGRÍA DEL AMOR

Proyecto Amor Conyugal, en colaboración con la Diócesis de Cartagena-Murcia, os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? A todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 16 de enero a las 18:00h. hasta el domingo 18 de enero a las 17:30h.

LUGAR: Casa de Ejercicios Sagrado Corazón (Murcia). Av. de los Jerónimos, 2, 30107 Guadalupe, Murcia. https://goo.gl/maps/jXLkbAmUzv1c3Ugq5

PRECIOS: 350 € por matrimonio. (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos):

Suplemento para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción, pincha aquí (La inscripción se abrirá el miércoles 16 de diciembre a las 20:00 h)

¿Cuándo? Lo antes posible.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la inscripción y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera, en caso de que no hubiese plazas disponibles.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a retiros.murcia@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

RETIRO MATRIMONIOS MÁLAGA 23 – 25 ENERO  2026

RETIRO MATRIMONIOS MÁLAGA 23 – 25 ENERO  2026

La mina de oro. Comentario para matrimonios: Lucas 19, 11-28

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19, 11-28

En aquel tiempo, Jesús dijo una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida.
Dijo, pues:
«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.
Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles:
“Negociad mientras vuelvo”.
Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo:
“No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros”.
Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y dijo:
“Señor, tu mina ha producido diez”.
Él le dijo:
“Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”.
El segundo llegó y dijo:
“Tu mina, señor, ha rendido cinco”.
A ese le dijo también:
“Pues toma tú el mando de cinco ciudades”.
El otro llegó y dijo:
“Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”.
Él le dijo:
“Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”.
Entonces dijo a los presentes:
“Quitadle a este la mina y dádsela al que tiene diez minas”.
Le dijeron:
“Señor, ya tiene diez minas”.
Os digo: “Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y en cuanto a esos enemigos míos, que no querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”».
Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.

La mina de oro.

La semilla de la fe es esa mina de oro que el Señor nos entrega a cada uno el día de nuestro bautismo. Una pequeña semilla que deposita en mi alma y que ahora requiere de mis cuidados hasta que el Señor vuelva y me pregunte cómo la hice fructificar. ¿Cómo estoy cuidando mi fe? ¿la estoy alimentando con oración y sacramentos? ¿la estoy regando con formación espiritual? ¿la estoy fumigando de las “plagas” mundanas? ¿la estoy haciendo crecer, o la estoy dejando morir? La semilla no puede crecer en el aire, necesita tierra, y esa tierra es nuestra vida concreta: nuestro matrimonio, nuestra familia. Mi fe y mi matrimonio son inseparables, no puedo amar a Dios y no amar a mi esposo (1 Juan 4,20). La fe y el amor funcionan igual, solo crecen cuando se cuidan. “Al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene», si cuidamos la semilla de la fe, ésta crecerá y recibiré más gracia de Dios, más amor de Dios y mi matrimonio también florecerá porque el Señor irá habitando cada vez más en nuestro corazón. Pero si no la cuido, la perderé. Perderé la fe, perderé la gracia de Dios y puedo acabar echando a perder mi matrimonio. Porque sin Dios mi alma y mi matrimonio mueren.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Belén: ¡qué buen consejo nos dieron Antonio y Carmen! ¿te acuerdas? Hace ya muchos años, pero ahora caigo en la cuenta de la gran sabiduría de aquel consejo.
Rafa: pues refréscame la memoria que no sé a qué te refieres…
Belén: Si hombre, cuando en aquel encuentro con ellos comentaste que no tenías fe y ellos nos dijeron que sí que la tenías, solo que quizás no la habías cuidado. Te animaron a empezar a vivir como si la tuvieras y así esa semilla volvería a crecer…
Rafa: y qué razón tenían… recuerdo empezar a rezar como podía, a confesarme, a ir a misa sin entender nada, y sucedió… mi fe volvió a brotar… y desde entonces a crecer cada día…
Belén: a mí también me sirvió ese consejo, yo decía que tenía fe, pero… en realidad no significaba nada en mi vida, era como un adorno, una fe de tradición, teórica… Así nos iba… vidas paralelas bajo el mismo techo…
Rafa: qué bueno es el Señor que vino en nuestro rescate con este “consejo celestial”.

Madre,

Que cuando vuelva el Señor encuentre en nuestro corazón una gran fe y un amor encarnado. Ayúdanos querida madre ¡Bendita y alabada seas!

Búscale. Comentario para Matrimonios san Lucas 19, 1-10

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1-10

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad. En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicómoro para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa». Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

Búscale.

Zaqueo es un pecador sí, pero busca ardientemente a Jesús. Nada le detiene y supera todo obstáculo que encuentra: la multitud, su pequeñez, la vergüenza, su pecado… Cuando el alma desea a Cristo de verdad, rompe cualquier barrera para llegar a Él.
Y entonces sucede lo que él no esperaba: Jesús lo mira, aunque ya venía viéndolo. Lo llama por su nombre y atraviesa su historia, sus sombras, sus pecados, para penetrar más profundo. A Él le interesa de Zaqueo lo que los demás no eran capaces de ver cuando lo juzgaron: el deseo de Dios en su corazón.
Jesús no queda indiferente ante un corazón que reconoce su debilidad y le busca a pesar de la dificultad. ¿La respuesta de Jesús? “Zaqueo, baja enseguida. Hoy tengo que quedarme en tu casa”.
Así es Jesús. Cuando le buscas con sincero corazón y deseo probado, Él viene, Él se adelanta. Zaqueo obedece a Jesús. Baja a toda prisa, y lo recibe contento dice la escritura. Es un gozo el de Zaqueo que sólo experimenta el que deja entrar a Dios sin condiciones.
En ese encuentro, el amor del Señor lo hiere por dentro: despierta su conciencia, derrite su orgullo y enciende su arrepentimiento más perfecto porque es reparador. Ya ha comenzado el cambio en su vida porque Zaqueo hace Su voluntad.
Queremos que cambie nuestro matrimonio… pero, ¿seguimos sin buscar a Jesús con hambre verdadera? ¡Pídesela al Señor!
¿Pretendemos una vida nueva mientras nos dejamos frenar por mil excusas? falta de tiempo, trabajo, ruidos, juicios, egoísmos, caprichos, comodidades.
Decimos que amamos a Dios, pero cuando Él nos pide algo concreto… ¿dudamos, regateamos o aplazamos?
Si queremos que el Señor transforme nuestro matrimonio sigamos el camino de Zaqueo: buscadlo con decisión, dejad que os mire, responded con prontitud, abrirle el corazón sin reservas.
Entonces Cristo podrá decir también sobre vosotros: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa».

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Macarena sabía que aquella mañana había hablado mal a Luis.
Enseguida su corazón ardió por recuperar la comunión, así que a media mañana lo llamó. Apenas llegó a decir un “hola” tímido y bajito, cuando Luis respondió con una ternura que la desarmó:
Luis: ¡Hola, bonita…! ¿te apetece que vayamos hoy a comer por ahí? Macarena sonrió llena de alegría al otro lado del teléfono y de inmediato contestó:
Macarena: ¡Sí, claro que sí!
…¿Y qué más? Nada más. Así de sencillo se construye el amor de comunión, cuando contamos con corazones que quieren vencer el obstáculo del orgullo, de la soberbia y del juicio, porque han descubierto el tesoro de vivir en el amor de Dios.

Madre,

Qué delicadeza el Corazón de Jesús, qué mirada que penetra en lo profundo del corazón. Haznos semejantes a Él, edúcanos en el amor. ¡Alabado sea el Señor!