Archivo por días: 21 agosto, 2024

Último tren. Comentario para Matrimonios: Mateo 20, 1-16

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EVANGELIO

¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.

Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:

«Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido.»

Ellos fueron.

Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.

Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:

«¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?»

Le respondieron:

«Nadie nos ha contratado».

Él les dijo:

«Id también vosotros a mi viña».

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz:

«Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros».

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.

Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:

«Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.

Él replicó a uno de ellos:

«Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?’

Así, los últimos serán los primeros y los primeros, últimos».

Palabra del Señor.

Último tren.

Este Evangelio, lejos de provocar en nosotros envidia, nos suscita una esperanza maravillosa cada vez que pensamos en esos hijos que están perdidos, esos familiares y amigos que no quieren saber nada del Señor, todos esos esposos que han abandonado a sus cónyuges y conviven con otras parejas y se están perdiendo la grandeza, la belleza y la sacralidad del Matrimonio Sacramental.

Rezamos por todos ellos para que, en ese último instante de la misericordia divina, acojan la llamada del Señor y puedan recibir la misma recompensa que los que han sido fieles toda la vida, porque Dios es bueno y es libre de hacer lo que quiera con Sus asuntos. Es verdad que nosotros hemos elegido la puerta estrecha, pero también es verdad que hemos saboreado las gracias del Señor, y eso, no tiene precio.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Elena: Me preocupan todos esos matrimonios que no acogen la gracia de su sacramento y sufren por ello tan inútilmente… Porque al menos, si fuese un sufrimiento fecundo, pues alabado sea el Señor, pero sufrir por no acoger el amor de Dios, es terrible.

Paco: Y tanto. Yo desde luego, no me quedo parado, aunque haya que comprarles unos churritos e irse a casa de unos desconocidos, como ya hemos hecho alguna vez.

Elena: Ya, pero a pesar de todo, hay tantos que dicen que no y se acaban separando…

Paco: Alguna vez desde Proyecto Amor Conyugal se ha propuesto dar unas catequesis on-line para esposos que han abandonado a sus cónyuges o han sido abandonados, pero quieren profundizar en la verdad del Matrimonio. A ver si algún matrimonio del Proyecto se anima y lo lanzan. Al fin y al cabo, todos esos, siguen teniendo un vínculo matrimonial, y la Virgen no da a ninguno por perdido.

Elena: Rezaremos por ello, para que algún matrimonio se anime a dar esas catequesis.

Paco: ¿Un rosario?

Elena: ¡Venga!

Madre,

Tú no quieres que se pierda ninguno, aunque cojan el último vagón del último tren de la esperanza. Nosotros tampoco y nos ponemos a Tu servicio para lo que haya que hacer. La Gloria de Dios es que todos vivan. Alabado sea por siempre.