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EVANGELIO

Proclamad el Evangelio a toda la creación.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-20.

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Palabra del Señor.

Frutos sobrenaturales.

Cristo como Cabeza de la Iglesia le transmite la salvación desposándose con Ella. Obedeciendo al Padre y entregándose a nosotros, nos transmite la vida como la cabeza al cuerpo.
El Señor nos pide que hagamos nosotros lo mismo: que transmitamos el Evangelio y la salvación que Él nos da entregándonos a nuestro esposo como Él. De ahí vendrán los demás signos.
Yo he visto muchos signos alrededor de unos esposos que se aman. En Sus hijos, en Sus familiares y en otros matrimonios.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Sandra: Julio, ¿qué frutos esperas obtener de nuestro matrimonio?
Julio: Pues no sé, construir un matrimonio, construir un hogar, dar una formación a nuestros hijos…
Sandra: ¿Y a nivel espiritual?
Julio: Dar una buena formación cristiana a nuestros hijos en un buen colegio.
Sandra: Por si te ayuda, te diré que he aprendido que cuando te entregas completamente a mí y yo a ti, sale de nosotros la fuerza del Amor Nupcial de Cristo, que para empezar transforma nuestro amor, pero es que además, produce signos a nuestro alrededor. Es una gracia que viene de nuestro Sacramento y que da frutos sobrenaturales a nuestro alrededor. ¿Lo probamos?
Julio: Sí, me parece maravilloso. Espero estar a la altura. Que el Señor me ayude.

Madre,

Hemos sido enviados por ti para anunciar el Evangelio del matrimonio y la familia. Nosotros nos seguimos entregando el uno al otro y el resto lo dejamos en tus manos. Gracias por todo, bendita Madre.