Archivo por meses: febrero 2024

Menos mal que el juez es Él. Comentario para Matrimonios: Lucas 6, 36-38

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EVANGELIO

Perdonad, y seréis perdonados.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 36-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra del Señor.

 

Menos mal que el juez es Él.

Con la medida que midiereis se os medirá a vosotros. Y ¿cómo mido yo a mi esposo? A veces nos puede dar escalofríos solo de pensarlo. Si el juez de mi vida fuese yo mismo con la medida que utilizo con mi esposo, tendría que empezar a preocuparme muy seriamente. El Señor es muy tajante con esto, y muy claro. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados. Creo que esta sentencia es para tomársela en serio ¿No os parece?

 

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marcos: Si mi corazón fuese el reino de los cielos, me pregunto si te habría admitido en él en este tiempo. Me doy cuenta de que te he tenido un poco desterrada últimamente, y por tanto, me merezco no ser admitido en el reino de Dios. Por ello, me arrepiento muchísimo, porque me parece un tema grave.

Arancha: ¡Qué buena reflexión, Marcos! Cuánto me ha ayudado. Creo que el Espíritu Santo me ha hablado a través de ti. Me parece un Evangelio súper potente, para tenerlo muy en cuenta en nuestro día a día a partir de ahora.

Marcos: Menos mal que mi juez es el Señor y no yo. Quiero volver a aceptarte en mi corazón, Arancha y pedirte perdón Arancha, por tanto tiempo de destierro. Ahora sí que sí me comprometo a acogerte y entregarme a ti.

Arancha: Gracias, Marcos. Llevo mucho tiempo sufriendo por esta distancia tuya, por esta indiferencia que se palpaba en tu corazón, sin más explicaciones. Llegué a pensar que era el sacrificio que Dios me pedía en este momento y estaba dispuesta a ofrecerme a vivir así el resto de mi vida. Y el Señor me ha permitido salir de esta situación. Doy gracias a Dios por haber tenido misericordia de mí.

 

Madre,

Somos tus hijos y nos quieres unidos. Alabado sea el Señor que nos deja bien clara Su voluntad en el tipo de relación que desea entre nosotros.

Matrimonio sobrecogedor. Comentario para Matrimonios: Marcos 9, 2-10

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EVANGELIO

Éste es mi Hijo, el amado.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 2-10

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.

Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.

Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:

«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».

No sabía qué decir, pues estaban asustados.

Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:

«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban del monte, les ordenó que contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

Esto se les quedó grabado, y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor.

 

Matrimonio sobrecogedor.

Las cosas de Dios nos sobrecogen hasta límites insospechados. Dios es muy grande y nosotros muy pequeños. Por eso, vivir la vida como si Dios no existiera es quedarse en un aspecto muy cutre de la vida. Perdernos las cosas de Dios es perdernos todo lo que realmente merece la pena. Vivir un matrimonio según las cosas de este mundo, es un churro. Vivir un matrimonio de cara a Dios es sobrecogedor, deslumbrante… contempladlo y quedaréis radiantes.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Javier: Cariño, esta noche, en lugar de salir a cenar por ahí como teníamos programado, me gustaría que nos quedásemos en casa y viésemos juntos cómo influyen los dones del Espíritu Santo en nuestro Sacramento. ¿Te parece bien?

Laura: Bueno, la verdad es que me apetecía muchísimo la cenita, pero el tema me parece súper interesante.

(Al llegar la noche)

Javier: Si te parece vamos viendo cada don y nos turnamos diciendo cómo influye en nuestro matrimonio. ¿Vale? Empiezo con el don de inteligencia. Este nos permite profundizar en la fe y comprenderle a Dios y Sus cosas. Y desde luego que el Sacramento es algo muy Suyo. Me gustaría mucho seguir descubriendo más contigo sobre este misterio.

Laura: Y a mí. El segundo es el de Sabiduría. Saborear las cosas de Dios y especialmente la caridad conyugal que nos une. Por ejemplo, hoy, hemos renunciado a una cena deliciosa, pero aquí estamos juntos saboreando las cosas de Dios entre nosotros.

Javier: Muy bien. Me gusta ese ejemplo. Otro don es el don del consejo. Qué importante es buscar la voluntad de Dios cuando intentamos aconsejarnos mutuamente. Qué importante es que nos aconsejemos mutuamente no desde la indignación de que no haces las cosas como te he dicho, sino desde el consejo de Dios.

Laura: Me encanta. Don de fortaleza. Nos permite ser perseverantes en nuestros compromisos frente a las situaciones de dificultad. Para esto, hace falta que nos apoyemos muchísimo y nos ayudemos a ser fieles, por ejemplo, a la oración conyugal diaria o a los compromisos que tenemos en nuestro camino de purificación personal de cada uno. De alguna forma, tenemos que poner nuestro don de la fortaleza al servicio de la debilidad y la tendencia a la comodidad o conformismo del otro.

Javier: Totalmente de acuerdo. El don de ciencia: Pues fácil, porque es lo que estamos haciendo ahora mismo. Mirar a Dios, Su presencia en todo lo que ocurre. Ayudarnos a interpretar las cosas desde Su Plan de salvación.

Laura: Piedad. Importantísimo. Sabernos hijos de Dios y tratarnos siempre como hijos de Dios. Si sólo llevamos este adelante, nos irá genial.

Javier: Temor de Dios: Ser conscientes de las consecuencias que tendría para nuestro matrimonio sacar a Dios, olvidarnos de la gracia sacramental, como si Él no fuera quien lo hace todo entre nosotros. Eso sería un suicidio conyugal.

Laura: Uf, suena duro, pero es así. Es matar el amor de comunión. ¿Podemos escribir todo esto en un cuadrito y ponerlo en nuestro cuarto? Me gustaría no olvidarlo y repasarlo de vez en cuando. Son los dones que hemos recibido y tenemos que aprovecharlos.

 

Madre,

Esposa del Espíritu Santo, ruega por nosotros.

Perfectos imperfectos. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 43-48

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EVANGELIO

Sed perfectos como vuestro Padre celestial.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo» y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Palabra del Señor.

Perfectos imperfectos.

Uno es perfecto cuando ama perfectamente, no cuando ha alcanzado todas las virtudes. Y un amor es perfecto cuando ama a todos y en todas las circunstancias.
La primera característica del perfecto es que no va de «perfecto» por la vida, sino que ve a todos los demás mucho más perfectos. La segunda es que no está pendiente de crecer en su propia perfección, sino de Dios y de las necesidades de su esposo. La tercera es que se sabe hijo de Dios, el dador de todo y el hacedor de todo. El único perfecto.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Ramón: Marta, te admiro por cuánto amas al Señor y cuánto quieres amarme a mí.
Marta: Ramón, te admiro por tu fidelidad y perseverancia al Amor a Dios y al amor a mí.
El Señor: No estáis lejos del reino de Dios.

Madre,

Llévanos a Él. Gracias Madre.

 

Dignidad como tarea. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 20-26

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EVANGELIO

Vete primero a reconciliarte con tu hermano.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «necio», merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra del Señor.

Dignidad como tarea.

Podemos ver este Evangelio desde dos puntos de vista: El del castigo (que suele llamar más la atención) o desde el amor, que suele pasar más desapercibido.
Mirémoslo hoy desde el amor: Cuánto me ama Dios que no permite en absoluto que ningún hermano me llame ni siquiera imbécil. Cuánto me ama Dios que no permite que nadie tenga nada contra mí, a expensas del Amor a Él. No aceptará ofrendas de nadie que no esté en comunión conmigo.
Así de amado y protegido por Él debo sentirme. Ya no hace falta que yo me defienda. Se ocupa Él de mi defensa.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Mayte: Leyendo este Evangelio me doy cuenta de lo importante que eres para Dios. Él no va a permitir que yo me distancie de ti lo más mínimo.
Fermín: No soy digno de haber recibido como esposa una hija Suya. Es impresionante la dignidad que nos ha conferido. San Juan Pablo decía que Dios nos ha puesto la dignidad como tarea.
Mayte: Que nos miremos siempre con los ojos de Dios.
Fermín: Así sea.

Madre,

Queremos ser tremendamente delicados el uno con el otro. Bendito sea Dios que tanto nos ama.

Intimidad de Dios. Comentario para Matrimonios: Mateo 16, 13-19

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EVANGELIO

Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo»
Jesús le respondió:
«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

Palabra del Señor.

Intimidad de Dios.
En el Evangelio, Dios le revela a Pedro Su intimidad y Pedro la acoge en representación de la “Iglesia Esposa”. Después el Señor le muestra también a Pedro su identidad y la misión que le ha encomendado, entregándole las llaves de Su casa, le muestra quién está llamado a ser.

En la fidelidad a Dios Él me revela Su intimidad y me muestra quién soy: Hijo de Dios y esposo de mi cónyuge, que es mi misión. Si no la llevo a cabo, habré perdido mi identidad, pues como Jesús, lo que me identifica es mi procedencia (hijo de Dios) y mi misión (esposo).
El Señor nos revela su intimidad en la santidad de ser esposos. Viviendo nuestra comunión, nos acercamos a vivir la Suya y Él nos mostrará grandes tesoros.

Aterrizado a la vida matrimonial:
Andrés: A mí me parece que nuestro matrimonio va razonablemente bien, pero mi esposa no está de acuerdo. No sé qué más puedo hacer.
Matrimonio Tutor: Andrés, tú eres lo que ella necesita, pero previamente es necesario conocerse a uno mismo para poder amar de verdad, y esto lo conseguimos en nuestra relación con Dios. Comprenderás entonces qué puedes ofrecerle a tu esposa. Más de lo que te crees. El siguiente paso es que entres en su intimidad, en su mundo, y ella te dará las llaves de su corazón. Ese día, podrás ayudarla en su camino de santidad.
Andrés: Gracias. Te lo agradezco mucho, porque ahora veo lo lejos que estoy de ser un buen esposo.
Matrimonio Tutor: San Juan Pablo II dice que al hombre se le ha dado desde el principio el encargo de ser custodio del amor verdadero. Esa es la hermosa misión que tienes. Si la cumples, Dios te mostrará grandes tesoros para ti y a través de ti, al mundo.

Madre,
Que centremos nuestra vida en el camino de santidad que nos tiene preparado, para que lleguemos a la belleza y la plenitud que nos quiere mostrar. Alabado sea Dios, por crear algo tan hermoso como es el matrimonio. Que aprendamos a acogerlo como el don precioso que es.