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EVANGELIO

Era tentado por Satanás, y los ángeles le servían.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 12-15

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.
Después de que Juan, fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

Palabra del Señor.

Gracias por las tentaciones.

Ante situaciones que nos molestan, la tendencia es a que dejen de provocarlas para que me dejen de molestar. Pero esa no es la solución. La solución es desear que permanezcan esas situaciones para revivir la tentación cada vez, luchando contra ella, hasta que me deje de molestar y aprenda a amar en ella.
Eso nos enseña a hacer Jesús yéndose 40 días al desierto empujado por el Espíritu Santo. Iba para ser tentado y fortalecer su alma humana en cada tentación.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Merche: ¡Carlos! (Carlos viene desde la otra punta de la casa)¿Me traes las gafas que están en la mesita de noche?
Carlos: (Carlos dolorido piensa: pero vamos a ver, qué morro tiene. ¿No podía levantarse ella, en lugar de hacerme venir hasta aquí para ir ahora al dormitorio? Pero Carlos descubre que hay un dolor en su corazón, provocado por la pereza. En lugar de aprovechar esa oportunidad para amar, se queja juzgandola a ella. Pero el origen de su malestar no está en ella, sino en su pereza. Carlos reconoce su desorden y le pide perdón al Señor: Gracias Señor por esta oportunidad que me das para librarme de mi pereza) Sí, cariño (contesta). Ahora mismo. (Y le trae las gafas) ¿Alguna cosa más?
Merche: Gracias, Carlos. Ah pues mira, sí. Si me traes un vasito de agua fría tenlo agradezco.
Carlos: (Vuelve a experimentar un dolor por su pereza, pero da gracias a Dios por esta nueva oportunidad de mortificación) Claro, Merche. Ahora mismo te lo traigo. ¿Alguna cosa más antes de irme?
Merche: No, muchas gracias, cielo.

Madre,

Qué bien nos viene vivir las tentaciones del desierto. El Señor lo vivió 40 días, y a nosotros viene bien que nos dure toda la vida. Gracias Señor por las tentaciones que nos fortalecen y nos permiten ser más Tuyos por Tu gracia.