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EVANGELIO

Cuando les sea arrebatado el esposo, entonces ayunarán.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

Palabra del Señor.

Tiempo y tiempo.

En nuestro camino espiritual son muy importantes los tiempos de Dios. Estamos ahora en un tiempo de ayuno del Esposo. Debemos saborear este tiempo de sacrificio para entrar después en la gloria con Él. Tendemos a acostumbrarnos a tenerle y perder la conciencia del valor de tenerle. Necesitamos ahora prepararnos para «perderlo» y recuperarlo glorioso a los tres días, perderlo de «vista» para pasar adorarlo en Espíritu y en verdad.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Carmen: Cuanto más profundizo en la Cuaresma y me adentro en ese desierto espiritual, más experimento después la gloria con el Señor. En este tiempo también me pongo en la situación de perderte a ti, esposo, para recuperarte después en Cristo.
Andrés: Es necesario vivir con intensidad este tiempo, tienes razón. Es verdad que cuesta, pero sin este tiempo de sequía no valoramos el agua Viva que vamos a recibir. En estos días yo estoy también adentrándome en lo que sería nuestro matrimonio sin el Sacramento, para recoger nuestro Sacramento del costado de Cristo y revivir nuestra unión con la dimensión tan Sagrada y plena que realmente tiene.
Carmen: No hay gloria sin cruz. A muchos le echa para atrás la ascética, la lucha, el esfuerzo, el sufrimiento, pero es el camino que ha establecido Dios para acceder a la unión con Él.
Andrés: No hay gloria sin cruz. No hay matrimonio sin cruz.

Madre,

¿Cómo viviste ese tiempo en que Jesús se preparaba para Su Pasión? Adéntrame en Tu Corazón, Madre.