Archivo por meses: julio 2023

Por miedo. Comentario para Matrimonios: Mateo 8, 23-27

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EVANGELIO

 

Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 8, 23-27

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole:
«¡Señor, sálvanos, que perecemos!».
Él les dice:
«¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?».
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados:
«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».

Palabra del Señor.

Por miedo.

Podríamos decir: ¿por qué les llama hombres de poca fe, cuando estaban confiando en Su poder para mitigar la fuerza de las olas? En la llamada a Jesús demostraban su confianza en que Él les salvaría.
La respuesta parece que está en el miedo que experimentan. Sólo hay un miedo que es adecuado a nuestra fe, y es el temor de Dios. El miedo a alejarnos de Él. Y sin embargo en esto, a veces nos dejamos llevar por presiones desordenadas que sí pueden hacer perecer nuestras almas y no experimentamos ningún miedo. Tengamos verdadero miedo a lo que pone en peligro nuestra alma.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Lucas: Cariño, ayúdame urgentemente, por favor.
Pilar: ¿Qué necesitas?
Lucas: Desde que me dijiste que no tienes ganas de vivir, estoy muy dolido contigo, porque es como decirme que no soy un don para ti sino una piedra en el zapato. Esto me está llevando a tener pensamientos oscuros contra ti, y no quiero permitirlo. Quiero experimentar un deseo enorme de seguir entregándome a ti porque aprecio el valor que realmente tienes.
Pilar: Te comprendo, Lucas. Fue realmente feo lo que te dije anoche, y te pido perdón. Estaba movida por mis pasiones que eran contrarias al amor de Dios. En realidad, tú eres muy importante para mí, y no puedo vivir sin ti. A veces me haces daño y tiendo a magnificarlo. Pero no tengas miedo, intento estar muy cerca de Dios y Él me devuelve siempre al buen camino. No confíes en mí si no me lo merezco, pero confía en Él que está entre nosotros y contamos con Él y con Su poder.
Lucas: Gracias Pilar. Me quedo mucho más tranquilo. Confío en el Amor de Cristo y por Él confío también en ti.

Madre,

Nos cuesta navegar movidos por el amor cuando hay oleaje, pero que las tormentas no nos hagan sucumbir sino que siempre confiemos en el Señor. Amén.

PEREGRINACION A FATIMA “PROYECTO AMOR CONYUGAL” 01-03 SEPTIEMBRE 2023

PEREGRINACION A FATIMA “PROYECTO AMOR CONYUGAL” 01-03 SEPTIEMBRE 2023

 

Queridos matrimonios:

Proyecto Amor Conyugal, organiza una peregrinación a Fátima el fin de semana del 1 al 3 de septiembre de 2023. Nos acompañarán José Luis y Magüi.

Está abierto a todos los matrimonios y familias de todas las Diócesis.

 

CHECK-IN: 1 septiembre 2023
Llegada cada familia en coches particulares.
Llegada desde las 15:00 horas (Horario portugués). Check in en el hotel que se os asigne en FATIMA.

CHECK-OUT: 3 septiembre 2023

Salida del hotel aproximadamente a las 15:00 h.

Precio: 120 € por adulto y 65 € niños de 3 a 12 años.
El precio incluye :

  • 2 noches de hotel en pensión completa. (sin bebidas)
  • Equipo de monitores que cuidarán a nuestros hijos a partir de 3 años (Sin pañales) en charlas o eventos específicos para matrimonios.
  • Entrada a los distintos encuentros en las salas alquiladas del Santuario.
  • Equipo de auriculares y radioguía para el Vía Crucis.
  • Identificadores, documentación,

INSCRIPCIÓN: El plazo de inscripción se abrirá el próximo 7 de julio de 2023 a las 20:00 horas.

PLAZAS LIMITADAS. Se confirmará según el orden de inscripción.

ACTOS: Charlas José Luis y Magüi, Misas y rosarios en la Capelinha, Testimonio Cenáculo para jóvenes, Via Crucis «en vivo»…

Se enviará un email con instrucciones de pago para confirmación de inscripción

Accede a la inscripción aquí.

¡Animaos, la Virgen nos espera!

Confesión brutal. Comentario para Matrimonios: Juan 20, 24-29

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EVANGELIO

 

¡Señor mío y Dios mío!
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 24-29

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás:
«¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto».

Palabra del Señor.

Confesión brutal.

Celebramos hoy la fiesta de Tomás apóstol. La primera parte de su intervención en el relato de este pasaje, es cosa de Tomás, pero en cambio, el final es cosa de Espíritu Santo. Así tenemos la oportunidad de comparar en este Evangelio la acción de los hombres y la acción del Espíritu. En la primera parte aparecen las dudas, no solo de fe, sino las dudas con respecto a la comunidad de los apóstoles a la que pertenecía Tomás. Suponemos que no sentaría muy bien entre ellos sus dudas sobre el testimonio del que le hacían partícipe. En cambio, en la segunda parte, aparece una confesión de fe brutal: “Señor mío y Dios mío”. Una confesión que destaca sobre todo porque es la primera vez que alguien se dirige a Jesús como “Dios”. Y esto sólo puede ser por obra del Espíritu.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Andrés dejó de creer en el matrimonio después de haber vivido una experiencia decepcionante con sus padres separados. Pensaba que era mejor no casarse. Almudena, su novia, en cambio, sí quería casarse. Para ella era el único camino válido para su relación. Andrés fue conociendo a Cristo de la mano de Almudena. Le sobrecogió una entrega como la Suya, especialmente en la Pasión. Y ¿qué es lo que convenció a Andrés para casarse con Almudena? Descubrió que el matrimonio es un sacramento que surgió del Dios que resucitó a Cristo. Si aquella fuerza superó un límite tan infranqueable como el de la muerte ¿Qué no iba a poder superar un sacramento como el del matrimonio salido del mismo costado del Señor? Andrés no conocía a nadie que hubiera vivido un matrimonio de verdad, pero aun así creyó en la sobrenaturalidad del sacramento del matrimonio y por eso ahora, casado ya con Almudena, Andrés es feliz, por haber creído sin ver.

Madre,

Que no seamos incrédulos con las cosas de Cristo, porque Él ha pagado un precio muy alto para transmitirnos la verdad y la vida. Creamos en aquellos que le testimonian con su vida de esposos. Señor mío y Dios mío.

Digno de mí. Comentario para Matrimonios: Mateo 10, 37-42

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EVANGELIO

 

El que no carga con la cruz no es digno de mí. El que os recibe a vosotros, me recibe a mí.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 37-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue no es digno de mí.
El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, solo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».

Palabra del Señor.

Digno de mí.

“No es digno de mí”, ¡Tremenda frase! Dios nos da gratuitamente y por amor una dignidad absolutamente inmerecida: La de ser creados a Su imagen y ser Sus hijos por el bautismo. Pero parece ser, que puedo dejar de ser digno de Dios, si no me comporto como Su hijo. Si no reconozco que Dios es lo más importante, y si no soy capaz de vivir para el esposo, perderé mi vida. Ya no tendrá ningún valor, porque habré perdido la dignidad que Dios me dio.
Si vivo para mi esposo y lo acojo como ministro de sus gracias para mí, recibiré una recompensa digna de un esposo cristiano.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Lola: Papá, Mamá, si yo me porto mal ¿Por qué os enfadáis?
Madre: Hija, porque te queremos y no queremos que te hagas daño a ti misma.
Lola: El otro día, en el cumple de mi amiga, había una niña que se estaba portando mal, y los padres de mi amiga decían que era una mal educada. ¿Eso quiere decir que sus padres no le educan?
Padre: Una niña que se porta mal, deja en mal lugar a sus padres. Si sus padres le están dando una buena educación y ella no la aprovecha portándose bien, esa niña no se merece tener unos padres que se esfuercen tanto por ella ¿No crees?
Madre: Sí, no se merece tener unos padres buenos, porque además, los otros padres piensan que no son unos buenos padres y sí lo son.
Padre: Muy bien hija. Eso se expresa con la frase: “No es digna de tener unos padres como los que Dios le ha dado”.
Lola: Entonces, cuando nosotros no nos portamos bien, no somos dignos de tener un Padre como Dios.
Padre: Así es. Por eso, debemos imitar al Señor, y que todo el mundo vea que somos hijos de Dios, porque actuamos como Él. Y Él lo que hizo fue servir a los demás.
Lola: ¡Ah! Mamá, ¿Puedo poner la mesa y servir yo la cena?
Madre: Vale hija. Esta noche dejaremos que tú seas la más parecida a Dios, de la casa.
Lola: ¡Biennnn! ¡Gracias Mami!.

Madre,

Señor, queremos ser dignos de ti, queremos seguirte. Dame la fe y la fuerza para perder la vida por mi esposo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Súper poderes. Comentario para Matrimonios: Mateo 8, 5-17

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EVANGELIO

 

Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 8, 5-17

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Jesús le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le dijo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».
Y dijo Jesús al centurión:
«Vete; que te suceda según has creído».
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a su suegra en cama con fiebre; le tocó su mano y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirle.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades».

Palabra del Señor.

Súper poderes.

En este Evangelio destacan dos cosas: La fe del centurión, que llega a provocar “admiración” en Jesús, y la compasión y misericordia del Señor que “tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades”. Son las dos cosas que casi “obligan” (y sin casi) a actuar a Dios. Nuestra debilidad y nuestra fe. Menudas dos armas ha dejado en nuestras manos. Son como “súper poderes”.
Mi debilidad no me gusta, por pura vanidad, pero bendita debilidad ¡Feliz culpa que mereció tal Redentor! (San Agustín).

Aterrizado a la vida matrimonial:

Teresa: Estoy cansada de mi debilidad y de mis pecados. No estoy contenta conmigo misma porque sigo cayendo en los mismos pecados una y otra vez. No quiero hacerlo, los odio, pero caigo y te hago daño, y voy minando nuestra relación.
Ignacio: No te preocupes, Teresa. ¿Tú sabes que tu debilidad es la que atrae a Dios? Él está con los más débiles. Nos empeñamos en parecer fuertes y perfectos, y esto produce una reacción de rechazo en cualquier relación. A Dios tampoco le gusta que nos creamos fuertes y perfectos. Así que, en tus momentos de debilidad aprovéchate de que Dios está más pendiente de ti.
Teresa: Quizás el problema es que me falta fe. “El amor todo lo cree” ¿No es cierto?
Ignacio: Creo que has dado en el clavo. Dios puede hacer milagros según la medida de tu fe y de la mía. Pidamos juntos la fe y dejémonos conquistar por el amor de Dios que vendrá a nosotros. Él no se puede resistir a la debilidad y la a la fe.

Madre,

Tú tienes fe en que Dios va a hacer grandes cosas en nuestro matrimonio. Por eso, como en Caná, nos dices que hagamos lo que Él nos diga. Llenaremos nuestras vasijas del agua del nuestros esfuerzos, y Tú Madre, estás segura de que Él lo va a convertir en el mejor vino. Alabado sea el Señor. No somos dignos de que entre en nuestro hogar, pero Él va a hacer el milagro. Bendito sea por siempre.