Archivo por días: 22 julio, 2023

3 días muerto. Comentario para Matrimonios: Juan 20, 1. 11-18

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EVANGELIO

 

Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 1. 11-18

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero anda, ve a mis hermanos y diles: «Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro»».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».

Palabra del Señor.

3 días muerto.

A lo largo de nuestra vida, podemos pasar situaciones en las que parece que todo está perdido a veces para nosotros, a veces para nuestros hijos o para matrimonios de nuestro entorno. Puede ocurrir incluso que no experimentemos la cercanía del Señor en esos momentos. Nos podemos sentir como desasistidos.
En realidad, son momentos de gracia y como tales, debemos vivirlos con agradecimiento hacia Dios que nos los concede. El Señor nos quiere desasidos de todo, y cuando decimos de todo, es de todo. Estas situaciones nos permiten dar un paso en ese desasimiento de todo lo creado. Es el momento para no hacer caso de las pasiones, de las potencias donde se hayan los recuerdos que las excitan, la imaginación que provoca un revuelo en ellas y las incrementa.
Es el momento de acudir a la luz del Espíritu que queda grabada en nuestro entendimiento, acudir a la fe y que se imponga frente a los sentimientos que nos aturden y nos confunden. Entonces, quizás volvamos a ver a Cristo que nos llama por nuestro nombre.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Lucía: Llevo ofreciéndome por esta situación y parece que va a peor. Mi sacrificio no sirve. No hay frutos.
Andrés: Qué maravilla, Lucía. Qué don mas precioso estás recibiendo. Aprovéchalo. El Señor te quiere para Él, y para ello te tiene que desasir de lo demás, incluso de ese tema. Acude a tu entendimiento, donde el Señor te ha mostrado la verdad. Sabes que Él le da estas situaciones a los que más quiere. No la desaproveches aferrándote a tu dolor y entrégaselo como ofrecimiento a Él.
Lucía: Gracias esposo. Me has dado mucha luz. Que Dios te bendiga. Pero sigue ayudándome ¿vale?

Madre,

Eran necesarios aquellos 3 días muerto antes de la resurrección. Afianza nuestra fe, Madre, en esos momentos de oscuridad que vivimos a veces. Alabado sea el Señor que nos quiere para Él.