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EVANGELIO
El Hijo del hombre es señor del sábado.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8
En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».
Palabra del Señor.
Más que tolerancia.
Esto es lo que ocurre cuando ponemos la ley por encima del amor. Nuestra ley es el Señor. Claramente, utilizamos las leyes como arma arrojadiza contra el amor. Puede que me pase el día regañando a mis seres queridos por lo que, a mi juicio, han hecho mal. y como dice el Señor, Si comprendierais lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no condenaríais a los inocentes.
Hoy se habla mucho de tolerancia, pero la misericordia empieza donde acaba lo que parece razonable para la mentalidad de este mundo. La misericordia va mucho más allá porque la tolerancia no me implica para nada, mientras que la misericordia sí me pone en juego. Cristo colgado en la cruz por mis pecados, eso es misericordia.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Ramón: Llego tarde a todos lados por culpa de mi esposa, y claro, salimos de casa cabreados ¿Qué puedo hacer para que cambie de una vez?
Matrimonio Tutor: ¿Y si el problema no es la impuntualidad?
Ramón: ¿Cómo que no?
Matrimonio Tutor: Si fuese sólo la impuntualidad no te enfadarías con tu esposa ¿no? Más bien, la ayudarías a salir antes ¿No te parece? Donde nos gustaría que profundizaras es en por qué te provoca eso un enfado.
Ramón: Pues porque está mal ser impuntual.
Matrimonio Tutor: Y enfadarte con tu mujer ¿Está bien o está mal?
Ramón: Hombre, visto así, está mal.
Matrimonio Tutor: Y qué es peor ¿Ser impuntual o no amar al cónyuge? ¿Ves? Es mejor no juzgar al otro por las leyes que no cumple y preocuparnos de la mayor de las leyes, que es el amor.
Ramón: Ahora lo entiendo. Pongo mis ojos en la ley de la puntualidad y me olvido de amar a mi esposa, que es lo más importante. Gracias chicos… Espero que no se me olvide esta lección.
Madre,
Qué terrenal sigue siendo nuestra justicia. Cuántas oportunidades hay en el matrimonio para ser misericordiosos, es la oportunidad de actuar como el Padre, con la dignidad de hijos. Él lo es con nosotros. No tenemos derecho a ser más exigentes entre nosotros. Alabado sea el Señor que nos enseña a amar, día a día.