EVANGELIO
Vosotros sois la luz del mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielos».
Palabra del Señor.
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“Pa chuparse los dedos”
El matrimonio es sabroso, da sabor a la vida de los que lo viven como Dios quiere y de los que les rodean.
Y es que el amor es lo que da el sabor, y no hay mayor amor que el que da la vida, y eso es precisamente lo que hacen los esposos: Se entregan la vida el uno al otro. Así son muestra del verdadero Amor. Son el condimento fundamental que necesita el mundo.
Pero si convertimos el matrimonio en una relación egoísta ¿Qué esperanza daremos a nuestros hijos y a los de alrededor? ¿Qué esperanza tendremos nosotros mismos?
Por eso, vive tu matrimonio como Dios lo pensó y… vive una vida “pa chuparse los dedos”.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Aníbal: Qué bien sabe ahora mi vida contigo, Almudena.
Almudena: Desde luego. Hemos descubierto el tesoro de nuestra relación, y, aunque cuesta vivirla en el día a día porque tenemos mucho que pulir en nuestros corazones, pero cuando intentamos darlo todo, el Espíritu Santo responde con todos Sus frutos: Alegría, paz, paciencia, bondad… Y qué bien sabe la vida con todos esos frutos. Yo te estoy disfrutando un montón.
Aníbal: Y yo a ti. Esto hay que contagiarlo a todos los de nuestro alrededor. Nuestros hijos tienen que saberlo, para que no se lo pierdan. El mundo tiene que saborearlo.
Madre,
Menudo regalo hemos recibido de Dios tan grande. No somos dignos de este tesorazo. Gracias, gracias, gracias…