Archivo por meses: junio 2021

Tu sacerdote lo necesita. Comentario para Matrimonios: Mateo 8, 1-4

EVANGELIO

Si quieres, puedes limpiarme.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 8, 1-4

Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo:
«Señor, si quieres, puedes limpiarme».
Extendió la mano y lo tocó, diciendo:
«Quiero, queda limpio».
Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo:
«No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí:  http://wp.me/P6AdRz-D1

Tu sacerdote lo necesita.

Para nosotros es importante rodearnos de buenos sacerdotes. Nos ayudan mucho con su ministerio. Pero no debemos olvidar que también nosotros les ayudamos a ellos, principalmente con nuestro testimonio de amor y fidelidad. Hacerles partícipes de la obra de Dios en nosotros les ayuda a fortalecer su fe, les ayuda y les anima en su labor pastoral porque también ellos dedican su vida principalmente a las familias, ya que somos una mayoría muy amplia de la feligresía. Sí, los sacerdotes necesitan de nuestro testimonio para fortalecer su vocación. El Señor hoy nos insta a que compartamos con ellos lo que Él va haciendo en nuestro matrimonio.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Sacerdote: Después de haber oído vuestro testimonio, tengo que reconocer que si yo os hubiese conocido cuando estabais en crisis, os habría aconsejado la separación. Me maravilla ver cómo Dios, la caña cascada no la quiebra, sino que lo hace todo nuevo.
Matrimonio: Sí. Algunos sacerdotes nos aconsejaron la separación, pero el Espíritu Santo une, no separa. Su misión como sacerdotes no es bajarnos de la cruz, sino enseñarnos a amar en ella. Así daremos testimonio como cristianos, a nuestros hijos y a muchos a nuestro alrededor. Gracias por su humildad, padre. Y gracias por acoger el don. Nosotros también necesitamos sacerdotes fieles a la doctrina, fieles a Cristo. Sacerdotes de oración.

Madre,

Envíanos siempre sacerdotes santos, como los que estás llamando para este Proyecto tuyo, y haznos también mediaciones para colaborar en su santidad. Damos gracias a Dios por el don de los sacerdotes. Alabado sea por siempre.

¡¡Agarraos fuerte!! Comentario para Matrimonios: Lucas 1, 57-66. 80

EVANGELIO

Juan es su nombre.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.
A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:
«¡ No! Se va a llamar Juan».
Y le dijeron:
«Ninguno de tus parientes se llama así».
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre» Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:
«Pues ¿qué será este niño?».
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño crecía y se fortalecía en el espíritu, y vivía en lugares desiertos hasta los días de su manifestación a Israel.

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí:  http://wp.me/P6AdRz-D1

¡¡Agarraos fuerte!!

Contemplamos cómo se ejecuta el plan de Dios a pesar de la resistencia de todos. El Padre envía al precursor de Su Hijo, Juan el Bautista. La mujer que lo iba a concebir en su vientre, era estéril y mayor, pero para Dios esto no es un obstáculo, al contrario, tenía que saberse que era cosa Suya y no de los hombres. El padre del niño, Zacarías, no creyó en el anuncio del ángel, y se quedó mudo, para que aprendiese a creer. El niño tenía que llamarse Juan, en contra de las costumbres y la opinión de la gente, y Juan se llamó. Era el plan de Dios, y era imparable. Aquel niño, sin ningún mérito propio, estaba llamado a ser el precursor del Hijo de Dios, y así, crecía y se fortalecía en el espíritu.

Señor ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él? Somos tan poca cosa al lado del poder de Dios… Pues, queridos esposos, Dios se ha empeñado en hacernos santos a todos los que respondemos a la llamada de María, así que ¡¡Agarraos fuerte!! Nos dejará mudos, estériles, nos hará pasar por situaciones imposibles, pero Él va a mostrar al mundo la sacralidad del Matrimonio. ¡¡Gloria a Dios!!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Enrique: Pensé que nuestra relación era imposible. No veía salida. Yo tenía mal carácter, y la hundía emocionalmente. Pero pensaba que tenía razón y era ella la equivocada. Ella estaba harta de mí y ya no sabía cómo reconducir la situación. Ni la mía ni la de mi relación con ella.
Matrimonio Tutor: Pero dijiste “Sí” a la llamada de María, y Ella nos puso en vuestro camino, y os fuimos guiando por el camino del amor verdadero, y aquí estáis, luchando juntos.
Belén: Sí. Yo le veía el malo, y yo me creía la buena. Era como un ogro para mí, no le soportaba. No le deseaba nada malo, pero descansaba cuando estaba lejos. Pero Ntra. Madre se ha empeñado en mostrarnos el Amor de Su Hijo por mediación vuestra. Un amor Grande, de perdón, de co-redención mutua, de ser ayuda adecuada el uno del otro para llegar a Dios. A mí, me ha cambiado la visión de mi esposo. Ahora no puedo vivir sin él.
Enrique: Yo ahora veo el don de Dios en mi esposa. Ntra. Madre preparó nuestros corazones para acoger a Cristo. ¡Gloria a Dios!

Madre,

No somos conscientes de la fuerza de Dios. No somos conscientes de que Él triunfará, sí o sí. Y vendrá y ante Él se postraran todo los reyes y todas las fuerzas del mal. Me siento muy feliz de ser su hijo y de haberme puesto en Sus manos. Alabado sea el Señor que no nos abandona nunca.

Sanar raíces. Comentario para Matrimonios: Mateo 7, 15-20

EVANGELIO

Por sus frutos los conoceréis.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis».

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí:  http://wp.me/P6AdRz-D1

Sanar raíces.

“El árbol sano no puede dar frutos malos”. Un esposo que no da frutos de fidelidad en su matrimonio, ¿Puede dar frutos buenos? Estamos llamados a dar vida allí donde Dios nos pone, donde Dios nos llama: “Henchid la tierra”. En nuestro matrimonio, tenemos que poner amor donde no lo hay, alegría donde hay tristeza, paz donde hay peleas, paciencia donde hay impaciencia, bondad donde hay maldad, generosidad, fidelidad, gentileza y auto control, donde no los hay. ¿No es esa la manera de construir e infundir vida donde hay muerte?
San Irineo dice: “La gloria de Dios es la vida humana en plenitud”. Creámonos Su proyecto para nosotros, Él lo ha creado ¿No lo va a ser posible? ¡Sí! Si somos dóciles.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ella está muy dolida con él, por su distancia, por su mal carácter y falta de comprensión. Él ya no soporta más las quejas de ella y las críticas hacia él, que va sembrando a todo su alrededor. Y la familia, muy sensibilizados con el sufrimiento que ven en sus respectivos ¿Qué les aconsejan? Adivinadlo…: Que se separen. No tienes por qué aguantarle, te está haciendo la vida imposible, te está haciendo un(a) desgraciado/a.
Es decir, son falsos profetas que movidos por un “buenismo destructivo” (como dice el Papa) y por la animadversión al sufrimiento, animan a tirar la cruz, esa que si la abrazo dará vida y vida abundante. Ningún esposo podrá dar frutos buenos si no está unido a su esposa y viceversa. Con él/ella tendría la oportunidad de dominarse, de crecer en virtudes, de salir de sí, de donarse, de dar vida a su alrededor. El grano de trigo que cae en tierra y muere, ese da fruto.
Pero ella confiaba en el plan de Dios, rezaba por su esposo y hacía actos de entrega por él constantemente. Perseverancia, confiando en la fuerza de Dios. Se unía a él renunciando incluso a alguno de sus ratos de oración en los que se refugiaba, hasta que él tomó conciencia de lo que ella le estaba amando. Y entonces, él comenzó a reaccionar y a corresponderle. Ahora construyen su amor juntos. ¡Gloria a Dios!

Madre,

Tenemos que sanar las raíces de nuestro matrimonio, para poder dar fruto. Si no nacemos del Espíritu, nuestro árbol no se sanará jamás, y no daremos fruto. Nuestros hijos necesitan nuestros frutos para alimentarse. Vamos a entregarnos, Madre. Sí, nos comprometemos a hacerlo. Alabado sea nuestro Señor que nos mostró el camino de la salvación. Amén.

La puerta de la plenitud. Comentario para Matrimonios: Mateo 7, 6. 12-14

EVANGELIO

Lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo con ellos.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 6. 12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí:  http://wp.me/P6AdRz-D1

La puerta de la plenitud.

Hay personas que no están abiertas a escudriñar y saborear la verdad. Ante el Evangelio se comportarían como se comportaría un cerdo ante las perlas. Las despreciaría, porque no es capaz de descubrir su valor.
El hedonismo incita a huir del dolor, lo de la puerta estrecha no es apreciable. Lo de la cruz, está mal visto. Y sin embargo, “no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Es la puerta de la plenitud del amor verdadero.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: Pepe, vente a rezar conmigo.
Pepe: María, estoy muy cansado, reza tú por los dos.
Marta: (Al día siguiente) Pepe, ¿Por qué no te vienes a la Eucaristía conmigo antes de ir al trabajo?
Pepe: María, ya voy los domingos ¿Es que no es suficiente? Tú te estás obsesionando un poco, me parece a mí.
Marta: (Esa misma noche) Pepe, te veo muy agobiado, como nervioso, irascible.
Pepe: Tengo muchas responsabilidades encima. Ahora hay un cliente que no paga… y no voy a llegar a los objetivos…
Marta: Pepe, si rezaras, todas estas cosas no te influirían tanto, te ocuparías, pero no te preocuparías tanto.
Pepe: Tonterías… no tengo tiempo para eso. Duérmete que yo necesito relajarme un rato más viendo la tele.
(Dos meses más tarde, acuden a un retiro de Proyecto Amor Conyugal y…)
Pepe: Perdóname, Marta. Siempre has estado detrás de mí para que le diese valor a lo verdaderamente importante y no te he hecho caso.
Marta: No te preocupes, Pepe, lo entiendo. Estabas cerrado a entender, pero Dios busca sus momentos para volver a llamarte.
Pepe: Desde que rezamos juntos, te veo más hermosa, experimento que nuestra unión es mucho más importante que todo lo demás. Quiero luchar por nuestro matrimonio, quiero esforzarme más para llegar contigo a la plenitud. Por favor, sigue acercándome a Dios aunque yo me resista.
Marta: ¡Hecho! ¿Un rosario?
Pepe: Uf… Vaaleee…

Madre,

Una vez que saboreamos el amor de Dios, ya no queremos otra cosa, todo lo estimamos basura, como decía San Pablo. Es tan grande, tan hermoso, tan firme… Alabado sea nuestro Señor, que nos amó hasta el extremo. A Él consagramos nuestra unión de esposos. Gloria a Dios.

Peligro: Frágil. Comentario para Matrimonios: Mateo 7, 1-5

EVANGELIO

Sácate primero la viga del ojo.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 1-5

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».

Palabra del Señor.

 

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES pincha aquí:  http://wp.me/P6AdRz-D1

Peligro: Frágil.

Está claro que nos encontramos ante uno de los grandes caballos de batalla que afectan gravemente a las relaciones humanas, en especial al matrimonio: “No juzguéis”. Si tan solo fuésemos capaces de evitar esto de juzgarnos el uno al otro… cuánto mejoraría nuestra relación, ¿verdad?. El Señor es especialmente duro frente a este problema, y nos dice que como juzguemos seremos juzgados. Si lo pensamos bien, da escalofríos. ¿Qué pasaría si el Señor me juzgase como yo juzgo a mi esposo? Paro un momento y tomo conciencia de ello:
Cuántas veces le he juzgado según mis capacidades, o por un hecho puntual sin tener en cuenta el conjunto de sus actitudes, o sin conocer todos los condicionantes que le influyen, o con mi mirada oscurecida por mi pecado… Dios mío ¿Qué he hecho?.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Mercedes: Manolo, nunca estás cuando te necesito. Siempre huyes.
Manolo: ¿Qué he hecho ahora, Mercedes?
Mercedes: Desde que éramos novios y tenía los problemas con tus hermanas, nunca has salido en mi defensa. No te importo en absoluto. ¿Cómo puedes decir que me quieres?
Manolo: Perdona, es que tú eres una exagerada. Todo te parece una ofensa hacia ti. Muy sensible, pero para ti.

Mercedes: Manolo, estaba oyendo esta conversación que teníamos grabada de hace dos años, antes de nuestra conversión conyugal. La verdad es que es lamentable, cómo nos mirábamos de mal el uno al otro.
Manolo: Sí, Mercedes. Produce dolor y tristeza que nos juzgáramos así mutuamente. Ahora sabemos cuánto nos necesitamos el uno al otro, que somos muy frágiles, rodeados de tentaciones, y tenemos que unir nuestras fuerzas y luchar juntos contra el mundo.
Mercedes: Ahora sí que te siento a mi lado, Manolo. Te siento parte de mí. Sé que me amas a pesar de mis momentos de tribulación.
Manolo: Sí, ahora trato de comprenderte tal como eres, y cuando hay cualquier problema entre nosotros, lo primero que hago es sospechar de mi mirada. Es muy probable que esté afectada por mi pecado y te esté juzgando injustamente.
Mercedes: Gracias Dios mío por ayudarme a reconocer a mi esposo como un don. Manolo, esta conversación antigua tan desagradable, queda borrada para siempre (Pulsa: ¿Eliminar? Sí).

Madre,

Somos tan débiles, tan frágiles, y ponéis en manos de los esposos que hemos dicho “Sí”, un Proyecto de Amor tan grande… Sabes Madre que necesitamos mucha ayuda. Somos como dos niños manipulando la vajilla buena. El Señor no nos ha dado poder para juzgar, sólo para pedir perdón y perdonar. Alabado sea el Señor, que no deja en nuestras manos una responsabilidad tan enorme como la del juicio, y que nos da las armas para sanar nuestros errores. Gloria a Dios por siempre. Amén.