Archivo por días: 16 noviembre, 2020

Plenitud de la mirada. Comentario para Matrimonios: Lucas 18, 35-43

EVANGELIO

«¿Qué quieres que haga por ti?» «Señor, que recobre la vista»
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 35-43

Cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron:
«Pasa Jesús el Nazareno».
Entonces empezó a gritar:
«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!».
Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte:
«¡Hijo de David, ten compasión de mí!».
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó:
«¿Qué quieres que haga por ti?».
Él dijo:
«Señor, que recobre la vista».
Jesús le dijo:
«Recobra la vista, tu fe te ha salvado».
Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios.
Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.

Palabra del Señor.

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Plenitud de la mirada.

También en nuestro matrimonio podemos estar ciegos y andar pidiendo limosnas afectivas: Que me comprenda, que tenga detalles conmigo… Dejando de lado el deseo de amar como Cristo. Los esposos tenemos muchas cegueras. Te pido Señor que tengas compasión de mí.

Aterrizado a la vida matrimonial:

EL Señor: ¿Qué quieres que haga por ti?
Yo: No sé qué pedir. La verdad es que, no sé qué es lo mejor para mí, así que te pediré lo que nos enseñaste en el Padrenuestro: Que se haga tu voluntad.
El Señor: Así sea.
Yo: ¡Señor! ¿Qué has hecho con mi esposo? Es maravilloso ¡Qué dignidad tan grande le has dado! Qué necesidad de comunión conmigo has inscrito en su corazón. Veo que he sido creado para él/ella y él/ella para mí…
El Señor: A tu esposo no lo he cambiado en absoluto. Te he limpiado la mirada, que la tenías llena de prejuicios, rencores, orgullo… para que puedas verle en toda su belleza.
Yo: ¡No me lo puedo creer! Cómo podía quejarme tanto de él/ella. Si resulta que es Tu plan maravilloso para mi santificación. Si es perfecto para mí… ¡Gracias Señor! Por tan gran don.

Madre,

Pídele al Señor que recobremos la vista. Gracias por mi esposo, por nuestra vida conyugal, por la belleza de nuestra vocación. Gracias Señor por los retiros de matrimonios, en los que has sanado a muchos matrimonios o les has enamorado de su vocación. Hemos visto muchos milagros. Alabado seas por siempre.