Archivo por días: 24 septiembre, 2020

Cosechando confianza. Comentario para Matrimonios: Lucas 9, 7-9

EVANGELIO

A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía:
«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?».
Y tenía ganas de verlo.

Palabra del Señor.

AVISOS:

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Cosechando confianza.

Dice Crisóstomo: “Los pecadores temen lo que conocen y lo que ignoran, se asustan de las sombras, sospechan de todo y se estremecen al menor ruido.” La frase de Herodes denota inquietud “No sabía a qué atenerse”. Cuando el hombre rompe amarras con Dios como Padre, el mundo pasa de ser un hogar en el que puede estar tranquilo porque el Padre cuida de él, a ser un lugar inhóspito. ¿Vivo con miedo o con preocupaciones?.
Hay tantas variables en la vida que nos pueden dar motivos de preocupación: Relaciones matrimoniales (Fidelidad, respeto, desgaste, rutina…), Relaciones con los hijos (Adolescencia, desarrollo, maduración, su futuro…), Salud (La nuestra o la de nuestros familiares), Dinero (Hipoteca, trabajo…), Poder (Competitividad, zancadillas…), Imagen (Críticas, faltas de respeto, atentados contra la dignidad…), Delincuencia, Accidentes…
Para confiar en Dios, no basta con “creer” que existe. Es necesario tener una relación íntima y haber comprobado que interviene en mi vida. Lo mismo ocurre con muchos matrimonios, que conviven juntos, comparten hijos, hogar, amigos… pero no se conocen, no comparten su intimidad y por lo tanto no confían el uno en el otro e incluso pueden llegar a sospechar de su fidelidad. Cultivando la relación de intimidad en el matrimonio se cosecha el conocimiento mutuo y a la confianza.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ángel: Desde que me encontré con el Señor e intentamos cumplir Su voluntad hay paz en mi interior. Antes existía como una angustia latente que quería disimular pero que en el fondo, cuando me paraba a reflexionar sobre mí y sobre mi vida, aparecía con fuerza.
Teresa (esposa de Ángel): Yo recuerdo que estabas bastante irascible. Era como si vivieras de cara a fuera, pero en tu intimidad conmigo no había vida. Ahora lo profundo, lo verdadero llena tu vida, y se nota.
Ángel: Es eso. La confianza en Dios, es lo que me da esa paz interior. Antes, que intentaba llevar yo el control, había tantas cosas que no controlaba y que me daban miedo.
Teresa: Me encanta cómo lo expresa Ntra. Madre en el Magníficat: Él hace proezas con su brazo. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. Es una maravilla poder estar a Su lado. Doy gracias a Dios por la obra que ha hecho en ti.

Señor,

Nosotros sabemos que Tú eres el Hijo de Dios, y que sólo Tú tienes palabras de Vida eterna. Envíanos tu Espíritu Santo. Queremos conocerte mejor para seguirte y amarte en mi esposo y en mis hijos, como Tú Amas.