Archivo por meses: marzo 2020

Extraordinaria cotidianidad. Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 43-48

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EVANGELIO

Sed perfectos como vuestro Padre celestial.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Palabra del Señor.

  • Nota: Anuncio en Toledo (Sonseca): HOY 7 de marzo de 2020 a las 18:00h Parroquia S. Juan Evangelista (C/ Remedios 2 – Sonseca) 

Extraordinaria cotidianidad.

El Señor nos envía para hacer algo extraordinario: Amar en lo cotidiano. Los esposos Beltrame Quattrocchi, se hicieron santos por vivir lo ordinario de manera extraordinaria. San Juan Pablo, en sus catequesis, nos invita a buscar lo extraordinario que hay en lo ordinario de nuestra vida conyugal. Vivimos sin darnos cuenta de la grandeza de la vida y de la misión que Dios nos ha encomendado.

Solemos buscar lo extraordinario de la vida fuera de nuestra vida cotidiana: Viajes, relax, lujo, experiencias fuertes… Hoy podríamos decir: Si sólo amo a mi esposo cuando me ama ¿Qué hago de extraordinario? Ahí, amándole en su pecado, hay una belleza, que no soy capaz de ver. Amemos como nuestro Padre celestial y descubriremos lo extraordinario del amor cotidiano.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ana: No me quiere, no tiene detalles conmigo, no me ayuda en casa, no habla conmigo ni me cuenta sus cosas, está absorbido por su trabajo, tiene mal humor… ¿Es esto lo maravilloso del matrimonio? Si cambia me lo creeré, pero de momento, no me creo nada.
Jaime: Ella está histérica la mitad de los días, no le gusta cómo soy y me quiere cambiar, todo el día corrigiéndome, no valora mi trabajo, siempre que hablamos es para recriminarme todo lo que no he hecho por ella, no hace más que quejarse… Yo creo que el problema está en ella, y la que tiene que cambiar es ella.
Matrimonio Tutor: Bueno, parece que tenéis facilidad para ver los defectos del otro. Pero ¿Por qué no os amáis? ¿Qué os impide amaros?
Ana: Pues ¿No te lo he dicho ya? ¿Cómo voy a querer a un hombre que me hace la vida imposible?
Jaime: La que me hace la vida imposible eres tú, Ana.
Matrimonio Tutor: Podéis seguir así toda la vida, tirándoos los trastos el uno al otro, o podéis optar por amaros a pesar de las limitaciones y pecados del otro. Dios me ama a pesar de mis pecados. Cuanto más peco, más interés pone en rescatarme. Una pregunta, Jamie: Imagínate esta escena. Tu esposa está en el fango, medio hundida, ya casi no puede respirar y cada vez se hunde más. Se va a asfixiar de un momento a otro. ¿Te lanzarías a rescatarla?
Jaime: ¡Pues claro!
Matrimonio Tutor: ¿Y cómo te sentirías después de haberla salvado? ¿Después de una heroicidad en la que te has jugado la vida por ella?
Jaime: Me sentiría muy aliviado, contento, feliz. La colmaría de besos.
Matrimonio Tutor: En eso consiste el matrimonio, en salvaros el uno al otro entregando vuestra vida. Pensadlo: Los dos estáis en el fango, medio asfixiados por la vida, por las prisas, por vuestras debilidades, por los problemas… Ya veréis lo bien que os sentís en cuanto empecéis a luchar por salvaros mutuamente.

Madre,

Es maravilloso lo extraordinario del amor. Al principio cuesta, es desagradable, pero luego trae consigo unos frutos maravillosos. Qué misericordioso es Dios Padre, que envió a Su Hijo único para que nos mostrase la grandeza del amor. Alabado sea el Señor.

¿Quejas contra mí? Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 20-26

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EVANGELIO

Vete primero a reconciliarte con tu hermano.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra del Señor.

  • Nota: Anuncio en Toledo (Sonseca): 7 de marzo de 2020 a las 18:00h Parroquia S. Juan Evangelista (C/ Remedios 2 – Sonseca) 

¿Quejas contra mí?

Así nos ama Dios. Hasta el punto de que no permite que nadie me llame necio o imbécil, porque lo considera tan grave que el que lo haga merece condenarse. ¡Impresionante! Podría parecerme un poco exagerado, porque quizás estoy habituado a ofender a mi esposo sin darle importancia. Pero hoy el Señor me dice que si mi justicia no es mayor que la de los fariseos, es decir, que si practico la típica justicia terrenal al uso, no entraré en el reino de los cielos. Pues lo tengo mal, creo yo…

Antes de ir a comulgar, he de revisar si mi esposo “tiene quejas contra mí”. No si yo las tengo contra él o ella. No, si las tiene contra mí aunque no me sienta culpable, porque si es así, estoy obligado a reconciliarme con él/ella antes de acercarme a recibir al Señor. Esta es la medida del amor de Dios, esta es la medida del perdón de Dios: En Cristo, pide perdón por las ofensas que no cometió y perdona a los que no le piden perdón. Así es la justicia de Dios.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Matrimonio Tutor: ¿Te has reconciliado ya con tu esposo?
Marga: No. No puedo. Me ha hecho mucho daño.
Matrimonio Tutor: Y él ¿Tiene algo contra ti?
Marga: Sí, sobre todo se queja de que no le perdono.
Matrimonio Tutor: No se puede amar si llevas cuentas del mal. Tu esposo merece ser restituido en su dignidad, y Dios le quiere demasiado como para permitir que no le perdones y le mantengas enterrado bajo su pecado.
Marga: Ya, pero es que no siento que le haya perdonado.
Matrimonio Tutor: Tú perdónale y ya gestionarás tus sentimientos heridos, que no tienen nada que ver con el perdón. Reconciliarse significa volver a unirse, porque Dios nos quiere así, unidos, para poder seguir unidos a Él.
Marga: O sea, que no es una cuestión de sentimientos, es una cuestión de voluntad.
Matrimonio Tutor: Correcto. Si Dios tuviese en cuenta todas las heridas que le infringimos, estaríamos aviados. Él tiene el corazón atravesado y rodeado de espinas, tiene las llagas en sus manos y pies, pero aun así, elige seguir unido a nosotros porque no se preocupa de Su dolor, sino de nuestro bien.

Madre,

Nuestra justicia necesita una conversión, transformarse en la justicia de Dios. Madre, enséñanos a querernos tanto que dejemos de medir lo que mi esposo se merece o deja de merecerse. Simplemente miremos su bien, y nuestra unidad, que es lo que Dios espera que hagamos. Alabado sea el Señor que tanto nos ama y nos enseña el verdadero amor.

¡Un planazo! Comentario para Matrimonios: Mateo 7, 7-12

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EVANGELIO

Todo el que pide recibe.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».

Palabra del Señor.

  • Nota: Anuncio en Toledo (Sonseca): 7 de marzo de 2020 a las 18:00h Parroquia S. Juan Evangelista (C/ Remedios 2 – Sonseca) 

¡Un planazo!

¿Quién no tiene una preocupación relacionada con el futuro? ¿Qué pasará si…? Puede que viva con miedo o con agobio o me provoque estrés o angustia… ese “qué pasará si…” El demonio quiere que centremos nuestra atención en este tipo de cosas para que no estemos pendientes de lo verdaderamente importante. Muy bien, pues el ejercicio ahora es coger ese motivo que me tiene preocupado, ponerlo en manos del Señor y no volver a darle vueltas, confiado en que Él se encargará. Porque sí, Él se encargará. Y ahora a centrar mi atención en hacer con mi esposo lo que me gustaría que hiciese: Valorarle, conocerle, comprenderle… quererle tal como es. Así y ahora.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Alfonso: Cristina, llevo mucho tiempo pendiente de tus pecados y tus carencias, y ahora quiero que me digas tus dones para estar atento a ellos y poder valorarte más. Voy a apartar mi mirada de lo oscuro, porque eso es obra de satanás y la pondré en lo bello y lo bueno que hay en ti, porque eso es obra de Dios, como dijo la Virgen. Qué mejor estrategia que hacer caso a Ntra. Madre.
Cristina: Gracias, Alfonso. Me quitas un enorme peso de encima. Me encanta tu propuesta. Había ya mucha oscuridad entre nosotros, y estamos tan afanados en mejorarnos mutuamente que no paramos de señalar lo que nos falta o aquello en lo que fallamos. Si te parece, cada cosa que veamos que el otro no hace bien, le pedimos a Dios que Él se encargue, lo dejamos en Sus manos, y nos centramos en valorarnos y conocernos, conocer el don de Dios en nosotros.
Alfonso: Me parece genial. ¡Un planazo para construir un matrimonio!

Madre,

Hacernos responsables de aquello que no está en nuestras manos, nos agobia y nos estresa. A partir de hoy, dejaremos a Dios ser Dios y nos limitaremos a aquello que nos ha encomendado. Alabado sea el Señor que cuida de nosotros siempre, siempre.

Signos de conversión. Comentario para Matrimonios: Lucas 11, 29-32

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EVANGELIO

A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

Palabra del Señor.

Nota: Anuncio en Madrid: HOY 4 de marzo de 2020 a las 20:00h Parroquia Santa María Magdalena (C/ Dracena 23)

Signos de conversión.

Nos cuesta creer en los signos. Si hoy llegase Jonás gritando por las calles «Dentro de cuarenta días esta ciudad será arrasada», seguramente todos lo tomaríamos por loco y seguiríamos a nuestro rollo. En relación a este Proyecto, la Virgen nos dijo en cierta ocasión “seguid las señales” y es cierto que ha habido muchas señales que hemos seguido. En algunas ha habido que estar atento y en otras no hemos podido evitar toparnos con ellas. Pero también es cierto que el que quiere las ve. No ver a Cristo y su entrega es difícil, porque aquí hay uno que es más que Jonás. No ver a tantos cristianos de todas las culturas y edades dedicar al menos una hora a la semana para asistir a la Eucaristía, da que pensar, porque no vamos a una fiesta guay, sino que vamos a algo que así, de primeras, no atrae demasiado para el que no entienda lo que ahí pasa. No ver los efectos de la Eucaristía o de la Confesión en uno mismo, es complicado. No ver cómo hay mucha gente que cambia y mucho tras su conversión, también es no querer ver. Ojalá también vieran muchos los efectos del Sacramento del Matrimonio, aunque ahí, dejamos mucho que desear…

Aterrizado a la vida matrimonial:

Carlos: Tío y tú ¿por qué te casas?
Ángel: Porque he visto cómo han vivido mis padres gracias al Sacramento del Matrimonio, y no tiene nada que ver con lo que he visto en el resto de parejas que conozco.
Carlos: Pero eso ¿de qué sirve? Una ceremonia muy bonita, un papel y luego, muchos problema si la cosa sale mal.
Ángel: No tiene nada que ver con todo eso que dices. En mis padres ha actuado Dios. Yo lo he visto. Han superado situaciones de una forma que otro cualquiera no habría sido capaz. Se han amado en la dificultad. Han crecido en su amor de una manera imposible para cualquier ser humano. Los ves rezar juntos y flipas con la unión que hay entre ellos. Me encanta la alegría que se respira en casa, me enorgullece verlos luchar por su amor y por su entrega a nosotros y a otros muchos a los que ayudan. Yo no quiero un matrimonio mediocre como los que veo por ahí. Quiero uno maduro, estable, que ha crecido en las dificultades y sobre todo, que esté gobernado por Cristo, que eso es lo que da la garantía de éxito. Así lo he mamado yo en casa.

Madre,

Que el Señor nos haga signos del amor conyugal tal como Dios lo pensó, para nuestros hijos, para los jóvenes que nos rodean. Es muy doloroso que no se quieran casar porque nadie les ha mostrado la belleza y la grandeza del Sacramento del Matrimonio. Seguro que Tú sufres más que nosotros. Danos esa gracia, Madre. Amén.

De la mano. Comentario para Matrimonios: Mateo 6, 7-15

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EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra del Señor

Nota: Anuncio en Madrid: MAÑANA 4 de marzo de 2020 a las 20:00h Parroquia Santa María Magdalena (C/ Dracena 23)

De la mano.

Me parece que la oración del Padrenuestro no puede ser más perfecta. Lo tiene todo. Pone a Dios en Su sitio y a nosotros en el nuestro. Somos fundamentalmente hijos, y somos pequeños, necesitados. El mayor desorden es dejar de serlo, y creernos buenos o exigir a otros que lo sean. A ver si dejo ya de hacerlo con mi esposo. Por eso le da el Señor tanta importancia al perdón, porque es la única manera de garantizar la convivencia y la comunión. Líbranos del mal, Señor, sobre todo del orgullo de no aceptarme miserable, la vanidad de creerme mejor que mi esposo y el egoísmo de exigirle porque en el fondo no dejo de pensar en mí.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Sergio: A veces se me olvida quién soy, que soy polvo y en polvo me convertiré. Me ayuda mucho en cada oración tomar conciencia de quién soy y quién es Dios, de mi vida y de la Vida que no es visible, pero que es la que de verdad importa. Me ayuda ver la imagen de ti y de mí, cogidos de la mano como hermanos, ante el gran Dios Infinito y Todopoderoso. Vernos tan poquita cosa, que exigirnos el uno al otro es vanidad de vanidades. Lo único que cabe hacer es ofrecer nuestra pequeñez y ayudarnos mutuamente a no alejarnos de Su sombra.
Mercedes (Esposa de Sergio): Sí, me doy cuenta de que te he exigido que seas más perfecto de lo que eres muchas veces, sin entender, que no tengo ningún derecho, porque la primera que no consigo ser más perfecta soy yo. A veces no me lo acepto a mí misma, y es por pura vanidad. Soy mendiga de la gracia de Dios que es la única que me salva. El otro día, cuando estábamos en el retiro de matrimonios, en los testimonios del final, me daba cuenta de lo hermoso que es cuando uno de aquellos esposos se reconocía públicamente miserable, reconocía que no lo estaba sabiendo hacer, pero tenía mucha esperanza puesta en Dios. Ellos lloraban y nos hacían llorar de alegría, y creo que en nuestro corazón hay un pequeño reflejo de lo que es el Corazón de Cristo. Un corazón contrito y humillado implorando Su gracia, Él no lo desprecia. Lo ve precioso, como yo los veía preciosos a todos los que se presentaban así. Es hermoso ser pequeños y considerarnos pequeños hijos del buen Padre.
Sergio: Dame la mano, miremos al cielo y recemos juntos: “Padre Nuestro…”

Madre,

El Padrenuestro nos coloca en nuestro sitio. Estamos deseando que venga a nosotros Su reino, es tan maravilloso… Mientras no lo vivamos en plenitud, seguiremos perdonándonos con gusto, que es nuestro único camino para el crecimiento en el amor. Alabado sea nuestro Padre que tanto nos ama y al que tanto necesitamos. Amén.