Archivo por días: 18 noviembre, 2019

Al ladín. Comentario para Matrimonios: Lucas 18, 35-43

EVANGELIO

«¿Qué quieres que haga por ti?» «Señor, que recobre la vista».
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 18, 35-43

Cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna.
Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron:
«Pasa Jesús Nazareno».
Entonces empezó a gritar:
«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!».
Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte:
«¡Hijo de David, ten compasión de mí!».
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó:
«¿Qué quieres que haga por ti?».
Él dijo:
«Señor, que recobre la vista».
Jesús le dijo:
«Recobra la vista, tu fe te ha salvado».
Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios.
Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.

Palabra del Señor.

Avisos:

  • Anuncio en Barcelona – Mataró: 21 de Noviembre después de misa de 20:00 h. en Santa Maria de Mataró – Carrer Sant Francesc d’Assís 25, Mataró – Barcelona
  • RETIRO en Salamanca: 22 – 24 noviembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1XM. COMPLETO.
  • RETIRO en Barcelona: 22 – 24 noviembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1YK. COMPLETO.
  • Anuncio en Alicante: 27 de noviembre a 20:00h en Parroquia de San Vicente Ferrer (Pza España, 1 – San vicente del Raspeig, Alicante).
  • RETIRO en Valencia: 29 nov – 01 dic . Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1WF. COMPLETO.
  • RETIRO en Navarra: 13-15 de diciembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1Xg
  • Retiro en San Sebastián: 24-26 de enero de 2020. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1ZP
  • Retiro en Vigo: 31 de enero, 1 y 2 de febrero de 2020. Infórmate aquí: https://wp.me/p6AdRz-229 Se abrirán las inscripciones HOY lunes 18/11/19 a las 20:00h

(Retiros pendientes de apertura de inscripciones. Informaremos más adelante)
Para ver más pincha aquí: https://wp.me/P6AdRz-D1

Al ladín.

De niños soñábamos con encontrar esa lámpara maravillosa de Aladín, para frotarla y pedir esos tres deseos. ¿Quién de nosotros no dedicó tiempo a pensar los mejores 3 deseos a pedir?

La relación con Cristo poco tiene que ver con la del genio de la lámpara, porque esto no es un juego, ni un cuento. Es una relación de amor, ni más ni menos que con Dios. Aquí lo importante es estar “al ladín” de Cristo (Perdonad el juego de palabras…), porque gracias a eso, gracias a estar al borde del camino cada día en la oración viéndole pasar, hoy, de repente, se para frente a mí, se gira, se acerca a mí, muy cerca, me mira a los ojos, y con esa voz penetrante que resuena en lo más profundo de mi interior haciendo que se estremezca todo mi cuerpo, me dice ¿Qué quieres que haga por ti? ¡Tela marinera!

Hoy, Señor, te respondo con toda la seriedad y profundidad de la que soy capaz, hago el esfuerzo de preguntarme qué pedirte. Quizás, lo mejor es pedirte que me quites también la ceguera, para verlo todo a través de Tus ojos: A mi esposo, a mis hijos, mis circunstancias, las familias, amigos…

Aterrizado a la vida matrimonial:

Carlos: Señor, necesito que hagas algo por mí. Por favor coge las riendas de mi vida y llévame a donde Tú quieras. Dame la humildad, aunque yo no me entere. Sé que hago mucho daño con mi orgullo, especialmente a mi esposa, sé que Tu Gracia no penetra en mí porque no me dejo, porque no estoy abierto a recibirla, sé que no soy un don Tuyo para ella, porque me empeño en llevar yo los mandos. Pilota Tú mi matrimonio, Señor.
Alicia: Yo te necesito, Señor, para que purifiques mis pensamientos. El demonio se cuela en mi cabeza y empiezo a darle vueltas y creo división con mi esposo en mi interior, me hace sentirme víctima, me hace verle como el malo… Dame Tu mirada amorosa, misericordiosa, para que mi sensibilidad esté centrada en él y en sus necesidades, en quererlo con sus defectos y con sus pecados, para darle lo que Tú quieres que le entregue en Tu nombre. Una palabra, un gesto, una caricia…

Madre,

Qué abismo hay entre vuestra pureza y nuestra historia de pecado. Es un misterio cómo mi orgullo sigue asomándose una y otra vez. Danos luz, Madre. Alabado sea el Señor que nos sana y nos salva. Amén.