Archivo por meses: febrero 2018

El enemigo está dentro. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 7, 14-23

EVANGELIO

Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 7, 14-23

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola.
Él les dijo:
«¿También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre y se echa en la letrina»
(Con esto declaraba puros todos los alimentos).
Y siguió:
«Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

Palabra del Señor.

Nota: Próximas misiones

  • Anuncio en Pamplona: Domingo 11 de marzo a las 13h en la Parroquia de San Fermín.
  • Retiro en Sevilla: 4 a 6 de mayo (No se ha abierto aún la convocatoria. Os mantendremos informados)

El enemigo está dentro.

Ya hemos aprendido que, toda nuestra vida consiste en purificar nuestro corazón, y por lo tanto, nuestra mirada, para poder mirarnos como Dios nos mira y así descubrir la belleza y la grandeza del don que Dios me ha entregado en mi esposo. Eso me ayudará a valorarlo, a ser delicado, a buscar su bien, a dejarlo todo por él/ella…

También hemos aprendido que todo pecado viene de la falta de una gracia, y por tanto, nuestro esfuerzo debe ponerse en recuperar esa gracia. Para ello tenemos los Sacramentos, la oración y el esfuerzo diario por ser fieles a la voluntad de Dios.

Hoy aprendemos lo que hace impuro al hombre, y por lo tanto, de lo que hay que huir como de la peste: Los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas estas actitudes, ensuciarán nuestro corazón, nuestra mirada, e impedirán que veamos a nuestro esposo con limpieza. Y claro, recordamos la bienaventuranza: Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. Los que no, no serán dichosos, es decir, no serán felices. Nosotros queremos serlo y por tanto queremos luchar por recuperar la Gracia.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juan: Teresa, me he dado cuenta, que todo lo malo, por pequeño que sea, afecta a todo mi ser. Me afecta al carácter porque pierdo la paz, tengo menos paciencia, me vuelvo más egoísta… y al final, todo me afecta a mi relación contigo. Me vuelvo más exigente contigo, menos misericordioso, menos comprensivo, tiendo a culpabilizarte… Es como que me introduzco en un ambiente oscuro, de pecado, que lo impregna todo.
Teresa: Qué observador eres, me encanta. Siempre analizando cada cosa y las consecuencias que trae. Sigue, sigue, que me interesa muchísimo.
Juan: Ayer por ejemplo, estaba deseando que llegara la tarde para tener un ratito de no hacer “nada”. Era mi momento, sólo para mí. Una peliculita de evasión, quizás. Resulta que surgió ese problema con la salud de tu madre, y me planteaste que tenía que atender todo lo de la casa mientras tú la atendías a ella. Inmediatamente sentí un fastidio que me rebotaba por dentro y que me hacía ponerme como en oposición a ti. Empecé a pensar: Los niños ya son mayores ¿No se pueden hacer ellos las cosas? Yo vengo cansado y eso no le importa… ¿Te das cuenta? Todo por buscar ese momento de frivolidad para mí. No puedo bajar la guardia, siempre hay que pensar que somos administradores de los dones de Dios y que no estamos aquí para disfrutar, sino para entregarnos. Entonces, saborearemos el amor y dejaremos de ser infelices. Gloria a Dios.

Madre,

Cuánto nos cuesta comprender: El enemigo está dentro. Es mi manera de mirar, mi manera de interpretar, la que impregna las situaciones de una sombra oscura que tapa la luz de Dios que hay en todo y en todos. Madre, que cada día ponga menos de mí para que Dios pueda poner más de Él a través de mí. Seguro que así aprenderé a amar como Él ama. Alabado sea el Señor.

Leyes de Dios en lo cotidiano. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 7, 1-13

EVANGELIO

Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 7, 1-13

En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Y los fariseos y los escribas le preguntaron:
«¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».
Él les contestó:
«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
«Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.»
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Y añadió:
«Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: «Honra a tu padre y a tu madre» y «el que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte». Pero vosotros decís: “Si uno le dice a su padre o a su madre: los bienes con que podría ayudarte son ‘corbán’, es decir, ofrenda sagrada”, ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os transmitís; y hacéis otras muchas cosas semejantes».

Palabra del Señor.

Leyes de Dios en lo cotidiano.

San Juan Pablo II dice que tendemos a adaptar la Ley de Dios a los gustos y debilidades de la época en que vivimos. Hoy el Señor nos lo confirma. Así pasa, que hoy en día, cuando un matrimonio rompe su vínculo, puede que nos parezca bien que hayan dejado de sufrir. O felicitamos a los esposos que se han unido a otros de forma ilícita. También hay sacerdotes que animan a la separación e incluso al divorcio. La pregunta es ¿Qué pasa con Cristo que se comprometió a estar en cada una de esas uniones? ¿Qué pasa con lo sagrado del matrimonio? ¿No estaremos aplaudiendo un sacrilegio?

Lo cierto es que después vienen las consecuencias, y no son nada buenas. Por algo hay tantos santos mártires que han dado su vida por defender la sacralidad del matrimonio, porque estaban defendiendo a Cristo y a la Verdad.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: ¿Jugamos a un juego?
Luis: ¿Un juego? Vale.
Marta: Yo digo una Ley de Dios y me dices en qué se traduce en nuestro matrimonio, a ver si estamos siendo fieles.
Luis: ¡Vamos allá!
Marta: Amarás a Dios sobre todas las cosas.
Luis: Amarnos por Dios, en respuesta al amor de Dios, o sea, esforzándonos cada uno por amar al otro como Él nos ama. Y amarnos con Dios, es decir, metiendo a Dios en nuestra relación acudiendo a la Gracia de los Sacramentos, a nuestro Sacramento también y a la oración juntos.
Marta: Ey! Tú estás empollao… El segundo, “no tomarás el nombre de Dios en vano”.
Luis: Yo creo que podría ser, darle a nuestro matrimonio y a nosotros mismos, la dignidad que Dios quiso darnos. Dios quiere que respetemos todo lo que Él ha hecho sagrado, y nuestro matrimonio es muy sagrado porque Él está presente, y nosotros somos sagrados, porque Él está en nosotros. Así que, cuidadín con el respeto inmenso que nos debemos el uno al otro, en Su nombre.
Marta: Jo, qué pasada. ¿Santificarás las fiestas?
Luis: Bueno, eso es sobre todo celebrar la Eucaristía. Creo que celebrar la Eucaristía en nuestro matrimonio es hacer lo que Él hizo, en memoria Suya. Hacerse pequeño, dejarse “comer”, esa entrega total al otro para estar en él/ella. Digamos que esa entrega mutua es la eucaristía de los esposos.
(Y así siguieron Marta y Luis aquella tarde reflexionando sobre cómo llevar la Ley de Dios a su vida de esposos. Y sacaron muchas conclusiones sobre cómo hacerla vida).

Madre,

Las leyes de Dios están integradas en nuestra vida, en nuestro bien. Ayúdanos a saber interpretarlas correctamente y danos la ilusión y las ganas de vivirlas como Dios quiere. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Aunque no llegue a ver su conversión. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 6, 53-56

EVANGELIO

Los que lo tocaban se curaban
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 53-56

En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron.
Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas.
En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban.

Palabra del Señor.

Aunque no llegue a ver su conversión.

Si tu esposo o tu esposa no se convierte, llévalo/a a Jesús en camilla. Si él/ella no se mueve, llévalo/a tú. ¿Cómo, a la fuerza? ¡No! Hay que respetar su libertad. El amor exige libertad y la relación con el Señor es una relación de amor.

Lo que más toca el corazón de Dios es nuestra perseverancia, porque es la prueba de fe verdadera que nunca desfallece; por eso Jesús dijo: “Pero el que se mantenga firme hasta el fin se salvará” (Mt 24,13). Observa que Jesús dice “hasta el fin”, la perseverancia es para siempre. Para Dios, luchar es más importante que vencer. Si tu esposo no va a Jesús, demuéstrale que Dios te hace más santo. Ámale cada día más.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Puede que no sea un consuelo, porque a nosotros siempre nos gusta tener las cosas «ya», pero las prisas no son de Dios. Esta es la historia de la gran cristiana Elizabeth Leseur que vivió en los 1900. Era una francesa culta y fervorosa, casada con un hombre ateo: Sr. Marie–Albert Leseur.
Elizabeth rezó y se inmoló toda su vida por la conversión de su esposo, lo acompañaba a los más altos eventos sociales donde Dios estaba ausente, y su alma lloraba en silencio y oblación a Dios; hasta que un día ella falleció sin ver la conversión de su marido.
Pero Elizabeth había escrito un diario espiritual, y un bello día su esposo lo encontró tras su muerte, y lo leyó con interés. Fue suficiente para que se convirtiera profundamente.
Al leer aquella páginas llenas de fe y de sufrimiento ofrecido a Dios diariamente, aquel hombre fue tocado profundamente y entendió que había vivido al lado de un ángel sin notar nunca su presencia. Ahora derramaba lágrimas de tristeza por no haber vivido aquella fe maravillosa al lado de su esposa fallecida.
Su conversión fue tan profunda que dejó el mundo, abandonó las esferas sociales donde era exaltado y se hizo dominico; fray Marie-Albert Leseur.
Desde el cielo Elizabeth convirtió a su Albert. Después él publicó: «La Vida de Elizabeth Leseur”.

Madre,

Puede que algunos esposos no vean a su esposo convertirse, pero ¿Es esto lo que importa? O en el fondo puede ser un amor que busca ser complacido.
Llevar a nuestro esposo a Dios, es la mayor obra que podemos hacer en este mundo. Gracias por esta oportunidad, Madre.

Ampliar el ancho de banda. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 1, 29-39

EVANGELIO

Curó a muchos enfermos de diversos males
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:
«Todo el mundo te busca».
Él les respondió:
«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra del Señor.

Nota: Próximas misiones

  • Anuncio en Pamplona: Domingo 11 de marzo a las 13h en la Parroquia de San Fermín.
  • Retiro en Sevilla: 4 a 6 de mayo (No se ha abierto aún la convocatoria. Os mantendremos informados)

Ampliar el ancho de banda.

Evangelización, formación, sanación. Pero Cristo, que se despojó de su condición divina ¿de dónde saca las fuerzas? Aquel día se acostó muy tarde sanando enfermos, y se levantó “de madrugada”. ¿Qué le da más fuerza? ¿Descansar o rezar?. Todos los grandes seguidores de Dios que han dejado al oración han caído derrotados por su vanidad, porque tarde o temprano llegan a considerar la obra de Dios como propia. Qué peligroso es esto, tener el poder de Dios en nuestras manos. El Señor en cambio, huye de la aclamación popular, y se centra en la misión que el Padre le ha encomendado. Para el Señor sólo hay un espectador: El Padre.

Por eso es tan importante la oración diaria, porque tengo tendencia a apoderarme de la obra de Dios y pensar que soy yo quien lo hace. Por eso me gusta tanto el agradecimiento y la alabanza a Dios, porque me ayuda a tomar conciencia de a quién hay que dirigírselos.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juan: Oye, qué maravilla de retiro. Muchas gracias!!
Antonio: No, muchas gracias a Ntra. Madre, que es quien nos ha convocado aquí a todos. Y esto es una labor de todo este equipo maravilloso. Han trabajado muchísimo más que yo.
Juan: Pero gracias, porque vosotros sois los instrumentos…
(Unas horas después)
Antonio: (En la adoración al Santísimo) Señor, líbranos de caer jamás en la tentación de creernos autores de Tu obra. Gracias por las críticas que recibimos, gracias por los que nos ridiculizan… Gracias por la veces que en mi matrimonio dejas que vuelva a caer en algún pecado antiguo para que tome conciencia de que eres Tú quien me sostiene. Gracias Señor porque me has hecho entender que sin Ti, no soy nada. Señor, que yo mengüe para que Tú crezcas. Alabado seas por siempre.

Madre,

Qué maravilla el invento de la oración. Un canal abierto permanentemente para hablar con Dios y recibir sus Gracias. Y qué pena que no lo utilicemos más. A veces parece que me importa más los mensajes que recibo pro el whatsapp que los que tengo que recibir de Dios. Madre, he decidido ampliar el ancho de banda en mi línea con el Señor, porque quiero recibirlo todo de Él. Alabado sea el Señor.

Con auténtico deseo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 6, 30-34

EVANGELIO

Andaban como ovejas que no tienen pastor
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo:
«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor.

Nota: Próximas misiones

  • Anuncio en Pamplona: Domingo 11 de marzo a las 13h en la Parroquia de San Fermín.
  • Retiro en Sevilla: 4 a 6 de mayo (No se ha abierto aún la convocatoria. Os mantendremos informados)

Con auténtico deseo.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Hermosa escena de los que corren buscando encontrarse con Jesús, ávidos de conocer la verdad en Él, mientras Jesús renuncia a su descanso por mostrársela. Parece la escena del chico enamorado que corre a recibir a su amada, porque está deseando conocer su interior, sus secretos. Está deseando que ella le abra su corazón.

En el amor sincero, tanto el que da como el que recibe se muestran un profundo interés. Sí, se desean realmente. Es necesario, porque hay mucha gente que desea tener fe, pero es un deseo de boquilla. ¿Estamos dispuestos a correr hasta adelantarnos a Jesús y esperar pacientemente hasta que Él llegue?.

Pues tanto en la fe (que es una relación de amor con Dios) como en nuestra relación de esposos, es necesario buscar, avanzar con interés. Mons. Munilla dice que la fe es como estar en un pasillo con sensores: A medida que avanzas se van encendiendo las luces que lo van iluminando. El amor entre esposos es igual, nosotros tenemos experiencia de ello y damos testimonio: A medida que voy conociendo más sobre este misterio de Dios que es el matrimonio y lo voy poniendo en práctica, se me abren nuevos horizontes cada vez más apasionantes y hermosos.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Rafa: Vengo muy cansado del trabajo, pero sé que cuando llegue a casa, no puedo relajarme. Tengo que hacer el último y mayor de los esfuerzos del día, para que mi esposa me perciba como el esposo que Dios ha pensado para ella. Es el momento más importante del día y tengo que estar atento a lo que ella necesite.
Susana: Mi esposo ha estado todo el día fuera. Seguro que viene cansado. Yo también lo estoy, pero sé que el Señor quiere que yo le agrade cuando llegue. Que se sienta en casa, por fin, que reciba mi cariño de esposa. Es el momento del amor, el momento de dar respuesta al Amor de Dios, tiene que ser el momento más agradable del día para mi esposo.
(Sólo por cambiar el descanso por el esfuerzo en agradarse, el encuentro de aquella tarde-noche entre Rafa y Susana fue maravilloso aquel día, y el siguiente, y el siguiente…)

Madre,

Que realmente luchemos con interés de enamorados por conocer el corazón de Tu Hijo, que nos pongamos nuestras mejores galas para el encuentro con Él. De igual manera te pido que, en Su nombre, corra en la búsqueda de mi esposo, me anticipe a sus gustos y necesidades, para que al vernos después de una larga travesía diaria, como Jesús, sepa renunciar a mi descanso y así encuentre mi esposo el consuelo en mi deseo de estar con él/ella y agradarle. Por Jesucristo nuestro Señor, amén.