EVANGELIO
Era tentado por Satanás, y los ángeles le servían
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 12-15
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.
Después de que Juan, fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Palabra del Señor.
Nota: Próximas misiones
- Anuncios en Sevilla en febrero:
- 23: Real Club de Golf de Sevilla. 20:30 Organiza Parroquia de San Juan Pablo II
- 24 COF de Triana
- 25: Parroquia del Corpus Christi 11:30 Avda, de la Palmera 39.
- Anuncio en Pamplona: Domingo 11 de marzo a las 13h en la Parroquia de San Fermín.
- Retiro en Sevilla: 4 a 6 de mayo (No se ha abierto aún la convocatoria. Os mantendremos informados)
- Anuncio en Mallorca: 20 y 21 de abril de 20 a 21:30 horas.
La experiencia de ser tentado.
Para poder ayudar a alguien de verdad hay que ponerse en su misma situación. Jesús tiene que vivir la experiencia de ser tentado para poder después evangelizar, es decir, decirnos a los que somos tentados cómo debemos aplicar el evangelio en esas situaciones de tentación. De nada sirve corregir a mi esposo como si yo estuviera por encima del bien y del mal.
Ayudo mucho más si reconozco que experimento las mismas situaciones de dificultad que yo. Ya sólo falta preguntarme si actúo como las fieras que amenazan o como los ángeles que nos sirven.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Ana: me cuesta muchísimo perdonar a Teresa después de lo que me he enterado que dice de mí por ahí. No puedo entender que siendo amiga mía me critique a mis espaladas. Creo que ya nunca podré volver a poner mi confianza en ella.
Juan (esposo de Ana): Vaya Teresa, tienes que estar pasándolo fatal. Yo también viví una situación similar el año pasado cuando mi socio me la jugó y se convirtió en mi mayor competidor. Cada vez que lo recuerdo, siento un dolor interior, y durante mucho tiempo había en mí como una rabia contenida. Sólo me ayudó entender su debilidad. Verle preso de una ambición que le ciega. Y él es la primera víctima de su propia ambición, y no encontrará consuelo hasta que no se libere de ella. Desde entonces el dolor que siento es por él, no contra él.
Sé que es difícil, esposa mía, pero quiero ayudarte a vivir la grandeza de la misericordia de Dios. Estoy a tu servicio para lo que necesites. Juntos podremos con ello, ya lo verás.
Madre,
Sé que es importante ser tentado, para crecer, para fortalecerme y para demostrarle al Padre mi amor y mi fidelidad a Él. Pero también sé que soy débil y necesito mucho de la Gracia para no caer en esas tentaciones. Madre, que las tentaciones sean para mí una experiencia que me ayude a evangelizar y hablar de Dios en cualquier situación. Que sepa ser ángel que consuela en las tentaciones de mi esposo y de otros matrimonios. Me pongo a tu servicio, Madre, para ayudar a muchos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.