Archivo por días: 20 febrero, 2018

Vía Crucis del Matrimonio 7

7ª Estación Jesús carga con la cruz

V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos
R/ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Padrenuestro y un Avemaría.

Los romanos emplearon como pena de muerte la crucifixión. El reo de muerte debía llevar el madero, instrumento de suplicio, hasta el lugar previsto: fuera de la ciudad, para mostrar más claramente que era un indeseable.

Del Evangelio según San Juan 19,16-17:

Entonces Pilato se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús; y él, con la cruz a cuestas, salió hacia el lugar llamado de la Calavera que en hebreo se dice Gólgota.
(cf. Mt 27,31; Mc 15,22).

Comentario

Jesús toma la cruz. La abraza. Y le pesa. Le abre las heridas de sus hombros llagados. ¡Qué duro se hacen los pasos por la Vía Dolorosa! En torno a Él se forma un
cortejo de curiosos y de gente sin escrúpulos que aprueba la injusticia. Pero, a pesar de su debilidad, avanza sudoroso y sediento, con una sed de amor.
Nosotros, ahora, no podemos permanecer impasibles ante el Señor que carga con todas nuestras debilidades. Porque la cruz, que era signo de oprobio, va a ser instrumento de nuestra salvación. Y al contemplar a Jesús sentimos en nuestro interior, una vez más, su invitación constante: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz de cada día y sígame».
Jesús la carga sin un gesto de desagrado, más lleno de amor que de dolor. Es el medio designado por Dios para redimir al mundo. Mira dentro de sí a Dios y le dice: Padre en obediencia a ti y por tu amor, la abrazo. Le miraba presente dentro de sí mismo y la divina presencia le mantenía sereno y constante en el amor.
Y ¿yo cómo acojo la cruz de cada día, las pequeñas pruebas o grandes de nuestro matrimonio, miro dentro de mi esposo/a y veo a Dios en su corazón y lo abrazo? ¿o cargo con resignación lleno de gestos de desagrado y descontento, pensando en lo a gusto que me quedaría si pudiese quitármelo de encima?
¿Cómo actúo ante el peso de los pecados del esposo?:
– No acepto su debilidad. No estoy dispuesto a aguantar sus ofensas, ni sus carencias y pecados. Me centro en mi autocompasión, y escucho a Satanás el acusador: “Cuánto dolor te ha causado. Merece un castigo. Tiene que corregir y tiene que cambiar de una vez… antes de perdonarle.”
– O por el contrario, ¿Me echo sobre mis espaldas su pecado por amor, uniéndolo al Sacrificio de Cristo para su redención?, ¿Miro al Padre aceptando de buen grado y por obediencia esa situación como voluntad suya?
Jesús es camino, verdad y vida. Si no sigo su camino de cruz, no veré la verdad y no alcanzaré la vida.

Oración

Señor ayúdame a tomar mi cruz, la de cada día, la que tanto me cuesta y tanto me santifica. Que no le tenga miedo a la cruz, a esa cruz del dolor, de la enfermedad, de las incomprensiones… Que sepa ver en ella Tu voluntad; porque la cruz, llevada con amor es santificante, es redentora. Enséñame, Señor, a amar la cruz, a abrazarme a ella. Que nunca deje de mirarte y acepte las actitudes y debilidades de mi esposo, por adversas y dolorosas que sean, como voluntad Tuya para nuestra santificación y la de nuestros hijos.

V/ Señor, pequé.
R/ Señor, ten piedad de mí y de mi familia.

Me une tanto a ti… Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 6, 7-15

EVANGELIO

Vosotros orad así
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así:
«Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal».
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra del Señor.

Nota: Próximas misiones

  • Anuncios en Sevilla en febrero:
    • 23: Real Club de Golf de Sevilla. 20:30 Organiza Parroquia de San Juan Pablo II
    • 24: COF de Triana-Los Remedios Parroquia San Joaquín 17:15 a 19:15 C/Papa Juan Pablo I s/n cruce C/ Samuel Morse s/n
    • 25: Parroquia del Corpus Christi 11:30 Avda, de la Palmera 39.
  • Anuncio en Pamplona: Domingo 11 de marzo a las 13h en la Parroquia de San Fermín.
  • Retiro en Sevilla: 4 a 6 de mayo (No se ha abierto aún la convocatoria. Os mantendremos informados)
  • Anuncio en Mallorca: 20 y 21 de abril de 20 a 21:30 horas.

Me une tanto a ti…

Qué bonito es que un matrimonio recemos juntos el Padrenuestro. Sólo tenemos que tomar conciencia de lo que decimos y qué significado tiene.
Al decir Padre nuestro, estamos reconociendo que compartimos el mismo Padre, y eso nos convierte en hermanos. Tenemos el mismo Padre que nos creó, los mismos intereses: Gloria para nuestro Padre, y tendremos la misma herencia: Que venga a nosotros Su reino. Eso hace que nuestros caminos confluyan al principio y al final.

Cuando le pedimos que venga a nosotros Su reino, le estamos pidiendo que reine en nosotros y en nuestro hogar Su Justicia, Su Misericordia. Luego, juntos, reconocemos que le necesitamos y le pedimos el pan, que nos perdone y que no nos deje caer en la tentación. Es una manera hermosa de sentirnos juntos, hijos necesitados.

Aterrizado a la vida matrimonial:

María: Rezando el Padrenuestro a tu lado, me siento pequeña. Nos veo como dos niños cogidos de la mano, mirando hacia arriba al Padre que los cuida y protege.
Pedro: Yo me siento más unido a ti por Él. Es ese sentimiento de ser familia de Dios tú y yo. Me parece una pasada. Es precioso. Los dos provenimos de Él, nos parecemos a Él, compartimos el Amor de un Padre que nos quiere.
María: A mí me encanta que los dos persigamos amarle, llenarnos de Él, que triunfe Su Corazón. Me encanta que los dos vayamos en Su nombre, que defendamos Su nombre, que le adoremos juntos… Me une tanto a ti…
Pedro: Y a mí, que seas Su hija. Es una maravilla, Él me entrega Su tesoro de hija. Me encanta.
María: Desde hoy rezaré el Padrenuestro contigo, de otra manera.

Madre,

El mismo Padre y la misma Madre. No nos podemos quejar de tanta generosidad como tiene Dios con nosotros. Alabado sea nuestro Padre por siempre. Gloria a Él.

Vía Crucis del Matrimonio 6