EVANGELIO
Los fue enviando
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13
En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto
Y decía:
«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos».
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.
Nota: Próximas misiones
- Retiro para matrimonios en Madrid 2 a 4 de febrero. COMPLETO puedes inscribirte en lista de espera en el siguiente enlace: https://goo.gl/forms/7lUuhJUvnUbtos103 Para más información sobre el retiro pincha aquí: https://wp.me/p6AdRz-PN
- Anuncio en Pamplona: Domingo 11 de marzo a las 13h en la Parroquia de San Fermín.
- Retiro en Sevilla: 4 a 6 de mayo. Pendiente de abrir periodo de inscripción. Seguiremos informando.
Bastones y Sandalias
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Jesús nos envía. ¡Sí! Es Él quien nos envía, porque nos necesita a todos los que hemos sido llamados (A ti también), para salvar a muchos matrimonios. Nos envía de dos en dos, porque sólo si hay una comunión entre nosotros, nuestra evangelización dará fruto. Y para ello nos dice que llevemos únicamente un bastón y unas sandalias. Podríamos decir que “bastón” es aquello que nos ayuda a caminar juntos, y “sandalias” es lo que nos protege para poder seguir caminando. Así que vamos a identificar nuestras “sandialias” y “bastones” ¿os parece?
Aterrizado a la vida matrimonial:
Posibles “sandalias”: Reducir o anular el tiempo que dedicamos a la televisión o internet (nos introducen ideas en la cabeza contrarias a nuestra vocación y reducen el tiempo de diálogo), evitar irnos por separado a la cama, evitar el desorden en los horarios para reservar tiempo para Dios y para nosotros, evitar comer o cenar separados, no escondernos cosas, evitar que la familia de origen afecte en nuestra unión (no dedicarles más tiempo a ellos, no sentirnos más responsables con ellos que con nuestro esposo, no permitir que se inmiscuyan en nuestros asuntos o que critiquen a nuestro esposo…), eliminar aficiones que nos desunen o nos quitan tiempo para centrarnos en nuestra unión, y un largo etcétera.
Posibles “bastones” para el matrimonio: La oración y los sacramentos (éstos no tienen discusión, es contar con la fuerza del Espíritu), recurrir al esposo para que nos ayude o recurrir a sus dones (es designio Divino), una dirección espiritual, la formación sobre nuestra vocación matrimonial (imprescindible), reunirnos con otros matrimonios periódicamente para auto obligarnos a perseverar y compartir conocimientos o experiencias, ponernos pequeñas metas para ir avanzando y revisarlas, etc.
Madre,
Gracias por acompañarnos en este camino. Nada sería igual sin ti. Nos reconforta saber que estás ahí siempre, cuidando de nosotros, guiándonos. Así da gusto caminar hacia la caridad conyugal. Que Dios te bendiga, querida Madre.