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La respuesta. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 9, 57-62

EVANGELIO

Te seguiré adondequiera que vayas
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62

En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno:
«Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro le dijo:
«Sígueme».
Él respondió:
«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».
Le contestó:
«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».
Otro le dijo:
«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».
Jesús le contestó:
«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

Palabra del Señor.

Nota: RETIRO: Os invitamos a vivir la experiencia de un RETIRO PARA MATRIMONIOS en Málaga, los días 17, 18 y 19 de noviembre. En esos días nos adentraremos en La Verdad del Matrimonio y la Alegría del Amor.

Para más información, pincha aquí: http://wp.me/p6AdRz-ru
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Será un antes y un después en tu matrimonio (Muchos lo dicen). ¡Os esperamos con mucha ilusión! (Quedan muy pocas plazas)

La respuesta.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Recién llegados de la peregrinación a Medjugorje, parece que el Señor nos pide un seguimiento sin condiciones, renunciando a las comodidades que aún podamos tener en nuestra vida, que seguramente son muchas.

Madre, después de todas las gracias que has derramado sobre nosotros, con el corazón esponjado y el espíritu alargando una mano invisible hasta casi tocar el cielo, estamos decididos a entregarnos a Tu servicio, para seguir a Cristo sin mirar atrás y sin dilación. ¿Puede haber un Proyecto más hermoso?

Madre, dame lo que necesito y pídeme lo que quieras (san Agustín).

Aterrizado a la vida matrimonial:

Paco: Yo he tenido una experiencia muy fuerte del Señor en la hora Santa. Ese recogimiento, el silencio, la música melodiosa, tantos miles de personas de rodillas en la explanada, en la que no cabía ni un alfiler. Y en alto, sobre el altar, iluminado, el Cuerpo Eucarístico de Cristo. Una experiencia impresionante de unión con Él.
Miriam: Para mí, el momento del Viacrucis del matrimonio, me ha hecho vivir una experiencia muy profunda de conversión. No sé cómo darle gracias a Dios.
Marcos (esposo de Miriam): Yo no tenía ninguna expectativa, de hecho, fui arrastrado por mi esposa a la peregrinación, pero vuelvo nuevo. Me he confesado después de muchos años, y me he quitado un peso de encima enorme. Estoy como flotando.
Miriam: Sí, era lo que yo le había pedido a la Virgen, y por fin, el próximo fin de semana, podré ir a comulgar con él de la mano.
Raúl: A mí, lo que más me ha gustado es conocer las experiencias de las personas que han venido a la peregrinación. Me ha hecho ver lo sencilla que es mi vida en comparación con la dureza que viven o han vivido otros.
Mercedes: A mí, el momento de la petición de perdón con mi esposo en la cruz blanca. Una experiencia de sinceridad e intimidad, muy profunda.
Teresa: Yo llegué con una crisis matrimonial muy fuerte, y la Virgen me ha sanado. Mi esposo y yo lo sellamos con una preciosa oración, mirándonos a los ojos, que ha revitalizado nuestro amor. Volvemos llenos, ilusionados.
El sacerdote: Para mí, ha sido la experiencia de las confesiones. He experimentado cómo se derraman muchas gracias en ese lugar. He vivido confesiones que jamás había vivido, confesiones de toda una vida, conversiones sinceras. ¡Impresionante!
Nuestra Madre: (Dirigido a todos) Mis queridos hijos, Os he llamado a mí, para que el Señor derrame muchas Gracias sobre vosotros. ¿Cómo le vais a responder? Os pido que me enviéis vuestro compromiso concreto hoy mismo, en vuestra oración, para que yo pueda presentárselo al Padre, y que Él os lo bendiga y os envíe las fuerzas necesarias para hacerlo realidad. Gracias por haber entrado a formar parte de mi Corazón con vuestra consagración. Habéis sido mi gran consuelo.

Madre,

Gracias, gracias, gracias. Bendita seas por siempre. Madre de los esposos, ruega por nosotros. Amén.