Archivo por meses: noviembre 2017

Busque, compare y si encuentra algo mejor… Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 4, 18-22

EVANGELIO

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Palabra del Señor.

Notas: 

  1. Proyecto Amor Conyugal realiza un Anuncio en Madrid, sobre la verdad y la belleza del matrimonio, el día 2 de diciembre a las 12h. en el colegio Montealto. Calle La Masó 76
  2. Retiro para matrimonios en BARCELONA 15 a 17 de diciembre. Se han quedado libres 3 habitaciones. Inscríbete y accede a toda la información aquí: https://wp.me/p6AdRz-PN

Busque, compare y si encuentra algo mejor…

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

El Evangelio de hoy nos ayuda a reflexionar sobre el misterio de la llamada de Dios a cada uno de nosotros: Nuestra vocación.
Yo he recibido la llamada fundamental como hijo de Dios por el bautismo, y dentro de ella, otra llamada a servir de una manera concreta: la vocación al amor en el matrimonio.

La llamada implica siempre un cambio radical del que ha sido llamado. También implica siempre un seguimiento de Jesús, pues Él es el camino, la verdad y la vida.

Como esposo, tengo que renunciar radicalmente a una vida como persona individual y construir algo totalmente nuevo con mi cónyuge. Un cambio de rumbo, un sí a Dios definitivo a la nueva misión que me ha puesto por delante. Si lo hago, viviré un futuro, mucho más rico, más libre y más santo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Juan: Me tiré diez años resistiéndome a mis obligaciones como esposo. Quería seguir con mi manera de pensar, buscaba mis comodidades… y que mi esposa me hiciese feliz. Hasta que descubrí que esa actitud me estaba destruyendo a mí, a mi esposa, a nuestro matrimonio y a nuestros tres hijos.
Alberto: Pues en eso estoy yo, pero pensaba que la culpa era de mi mujer, que debería cambiar y centrarse más en mí y menos en los niños o en la casa o en sus padres…
Juan: No, Alberto. Por mucho que cambie tu mujer, si no dices “sí” a tu vocación, a la llamada que Dios te hace personalmente a ti, no serás feliz nunca, ni habrá paz en tu interior.
Alberto: Y ¿Cómo digo “sí”?
Juan: Ya no eres tú solo. Adáptate a tu vida con ella, esfuérzate por comprenderla, por servirla, por hacerla feliz. Esfuérzate a tope, porque es lo que Dios te pide. Cuanto más busques tu complacencia, tu bienestar, tus derechos… más triste estarás, más necesidades tendrás… En cambio, cuanto más te entregues por amor, más la querrás, más libre serás, más feliz serás. Parece un contrasentido, pero es así. Esto es como decía aquel anuncio: “Busque, compare y si encuentra algo mejor, ¡Cómprelo!” Hasta que no lo pruebes, de verdad, con todo tu corazón, no lo vas a descubrir. Dios nunca defrauda, Alberto.

Madre,

Recuérdame una y otra vez aquel “haced lo que Él os diga” de las bodas de Caná. Que esté abierto y dispuesto a morir a mi individualidad y dejar que Dios re-cree nuestro futuro como esposos siendo uno. Los apóstoles lo dejaron todo de inmediato. Yo también quiero. Alabado sea el Señor que cuenta conmigo para construir Su reino. Amén.

En las situaciones difíciles. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 21, 12-19

EVANGELIO

Todos os odiarán a causa de mi nombre, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Palabra del Señor.

Notas: 

  1. Proyecto Amor Conyugal realiza un Anuncio en Madrid, sobre la verdad y la belleza del matrimonio, el día 2 de diciembre a las 12h. en el colegio Montealto. Calle La Masó 76
  2. Retiro para matrimonios en BARCELONA 15 a 17 de diciembre. Se han quedado libres 3 habitaciones. Inscríbete y accede a toda la información aquí: https://wp.me/p6AdRz-PN

En las situaciones difíciles.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Los cristianos estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe, y en última instancia podemos estar llamados al martirio. Sin llegar a esos extremos, podemos estar dando testimonio de la verdad cuando somos capaces de pasar dificultades con alegría por amor a Dios o a nuestro esposo como respuesta a la vocación a la que nos ha llamado. En las situaciones fáciles no damos testimonio, pues esas las vive cualquiera. Son precisamente en aquellas que son complicadas de superar humanamente, en las que damos testimonio de que para Dios no hay nada imposible.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ana: ¿Sabíais que Juanjo estuvo enganchado a la pornografía?
Marta: Tuvo que ser muy duro de soportar para Marga. Cuando sabes que tu marido está en el salón viendo tías y después viene a la cama a desahogarse contigo. Muy duro…
Ana: Sí, además era un celoso compulsivo, con mucha ira… En fin, una joyita de hombre.
Marta: Qué fuerte. ¿Y ella?
Ana: Marga al principio también tenía tela. Se creía muy buena y no admitía a su alrededor a nadie que no la adulase. Descartaba a la gente que no era como ella. Se dedicaba a criticar a unos y a otros. Era su principal afición, despellejar a la gente. Además era una rencorosa de estas que te hace la cruz… Y sin embargo, estaba encantada de conocerse.
Marta: O sea, que ese matrimonio era una auténtica bomba de relojería.
Ana: No lo sabes tú bien.
Marta: Y ¿Cómo han pasado a vivir la unión que viven ahora?
Ana: Se convirtieron, se enamoraron del Señor y después de mucha oración juntos y de trabajar duramente su matrimonio, hoy en día viven una comunión que ni ellos mismos se pueden creer.
Marta: Alucinante. Es una pasada. Los veo ahora y no me puedo creer lo que me cuentas de ellos en su etapa antigua.
Ana: Ellos reconocen que con sus fuerzas el cambio que han experimentado hubiera sido imposible, que Cristo ha actuado en ellos.
Marta: ¿Y sus hijos?
Ana: Tienen una fe… increíble.
Marta: Jo, qué envidia.
Ana: Dios ha actuado, pero porque ellos se lo han currado, desde luego.

Madre,

No podemos avergonzarnos del Señor después de haberse entregado por nosotros y por nuestra salvación. Merece que estemos dispuestos a dar la vida por ser sus testigos. Cuánto más, a superar las pequeñas cosas del día a día de nuestro matrimonio. Envíanos el Espíritu del Señor, para que nos dé la fortaleza necesaria y haga posible lo imposible. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Las luces nos rescataron. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 21, 5-11

EVANGELIO

No quedará piedra sobre piedra.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11

En aquel tiempo, algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «Esta llegando el tiempo»; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el final no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambre y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».

Palabra del Señor.

Notas: 

  1. Proyecto Amor Conyugal realiza un Anuncio en Madrid, sobre la verdad y la belleza del matrimonio, el día 2 de diciembre a las 12h. en el colegio Montealto. Calle La Masó 76
  2. Retiro para matrimonios en BARCELONA 15 a 17 de diciembre. Se han quedado libres 3 habitaciones. Inscríbete y accede a toda la información aquí: https://wp.me/p6AdRz-PN

Las luces nos rescataron.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

De todo lo que construyamos aquí en la Tierra, habrá un día en que no quede piedra sobre piedra.
Entonces ¿Qué quedará del fruto de mis esfuerzos y de mi trabajo? ¿Y del de nuestros hijos? Con todo lo importante que me parece lo que hago cada día, con toda la responsabilidad que siento, sólo el amor que ponga en lo que hago, permanecerá. Sólo lo que contribuya a que mi esposo y mis hijos vayan al cielo, permanecerá. Pero eso que puedo aportar es hermoso, es una gran oportunidad que Dios me da para que colabore con Él.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Pedro: María, he tenido un sueño. Llegaba el fin del mundo, y veía cómo, entre fuertes temblores y fogonazos se iba destruyendo todo. Simplemente se desintegraba. Veía el mueble ese que tantos berrinches me costó cada vez que me parecía que Pedrito lo iba a arañar con su triciclo, y lo veía astillarse y pulverizarse hasta desaparecer. Me pregunté, ¿Y para qué hice sufrir tanto a nuestro hijo por aquel mueble? Mi reloj de pedida, el que siempre escondía para que no me lo robara la asistenta, se fundía. El oro se mezclaba con el acero y chorreaba y se perdía por las rendijas del suelo hasta no dejar rastro… Después de lo mucho que lo protegí, y lo cuidé como un auténtico tesoro, por su valor, por los recuerdos… pero se esfumó. Poco a poco íbamos viendo desaparecer todo lo que tanto nos ha costado conseguir y mantener, la casa misma, se volatilizaba ante nuestros ojos atónitos… Quedábamos tú, yo y nuestros hijos, sin nada ¡Nada más!. Quedaban también nuestros vecinos, unos 100 metros más allá.

De repente aparecieron como unas luces y unas sombras que empezaban a girar en torno de cada uno de nosotros. Nos observaban para ver cómo nos mirábamos. Vi cómo entre los vecinos crecía una especie de muro que los aislaba a unos de otros, hasta que quedaban completamente encarcelados. Vi como a nuestro alrededor empezaban también a formarse esos muros. Eran nuestros rencores, nuestras heridas que nos separan y que no hemos sabido perdonarnos. Eran nuestros desprecios, nuestro orgullo, nuestros egoísmos… Pero a la altura de la rodilla se interrumpían y surgían unos lazos blancos que se entrelazaban uniéndonos entre nosotros. Era el amor que nos tenemos, que impedía que continuasen creciendo aquellas cárceles de piedra.

Entonces apareció un gigantesco Rey. Era Cristo envuelto en una potente luz. Y mandó a las luces y a las sombras que actuasen.

Las sombras se llevaban a los vecinos, a Clara, a Marcos, y a los tres chavales, entre sollozos y gritos desgarradores, y rompí a llorar sumido en una profundísima tristeza desconocida hasta entonces, el inmenso dolor de haber perdido a nuestros amigos para siempre. Después, las luces nos envolvieron y nos rescataron a nosotros, impidiendo el acceso de las sombras que arremetían ferozmente para intentar alcanzarnos.

El sueño acababa con una voz que decía: “Será antes de lo que creéis”. Y me desperté sudando, con la sensación de que, si esto ocurriese hoy, acabaríamos encerrados en una torre de nuestro individualismo y arrastrados por las sombras.

María, siempre he pensado que iríamos al cielo, pero no lo tenemos garantizado. No debemos confiarnos. Debemos luchar mucho más y trabajar por lo eterno, entre nosotros y con nuestros hijos. El resto lo hará el Señor.

Madre,

Es verdad que sin querer, me veo entre los salvados. Me parece como que los malos son otros. Pero no tengo ninguna garantía de que vaya a ser así. ¿Y si me llevo la horrible y desgarradora sorpresa de perder la vida eterna? No debo confiarme, Madre. Tengo que construir muchos lazos de amor con mi esposo primero y con mis hijos después… El Señor me anima siempre a estar alerta. Señor, ten piedad y misericordia de nosotros. Amén.

Huellas en las puertas. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 21, 1-4

EVANGELIO

Vio una viuda pobre que echaba dos monedillas.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4

En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas y dijo:
«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor.

Notas: 

  1. Proyecto Amor Conyugal realiza un Anuncio en Madrid, sobre la verdad y la belleza del matrimonio, el día 2 de diciembre a las 12h. en el colegio Montealto. Calle La Masó 76
  2. Retiro para matrimonios en BARCELONA 15 a 17 de diciembre. Aforo completo. Inscríbete en lista de espera, suele haber un % de bajas. Accede a toda la información aquí: https://wp.me/p6AdRz-PN

Huellas en las puertas.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

¿Y si mi esposo es uno de esos que echa las pocas monedillas que tiene? A lo mejor ando criticándole porque me parece que echa poco, y resulta que algún día llegará Cristo y me dirá: Tú has echado de lo que te sobraba, en cambio tu esposo ha echado todo lo que tenía. Y yo he estado toda mi vida juzgándole por lo poco que le veía echar…

A lo mejor mi esposo es ese que pasa necesidad y encima me da lo que tiene. No lo sé, ni lo podré saber hasta que me muera y le contemple en el gran juicio. Allí seremos juzgados no por lo que hemos hecho objetivamente, sino por el amor que hemos puesto en lo que hacemos.

Santa Teresa de Calcuta decía que hay que dar hasta que “duela”. La viuda da hasta lo que le queda para vivir. Yo, Señor, quiero darme más a mi esposo, hasta que me duela.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ana: Entraba en la cocina, mirando los muebles desde una perspectiva que me permitía ver si había huellas de dedos en las puertas. No soporto que se toquen las puertas y se dejen huellas, habiendo asas especialmente para poder abrirlas. Aquella mañana, vi unas huellas justo en mitad de una de las puertas. Y me indigné: ¿Para qué habría que poner la mano ahí? ¡En mitad de la puerta! Me disponía a echarle la bronca a mi esposo, cuando de repente veo que coge un trapo para abrir una de las puertas de los muebles altos de la cocina, sin tener que tocar ni siquiera el asa. ¡Pobre! Me dio tanta pena ver que había llegado a ese extremo por intentar agradarme, que me callé, y sin decir nada, cogí otro trapo y limpié las huellas del centro de aquella puerta.
Entonces me pregunté ¿Qué esposo abre las puertas de la cocina con un trapo? Sólo el mío, por amor. ¡Cuánto me ama!, pensé. Y me enamoró tanto aquello…
Puede que en algún momento, vuelva a poner sus huellas en las puertas de la cocina, pero he aprendido a comprender que no lo hará por falta de amor hacia mí, sino víctima de su propia limitación.

Madre,

Normalmente no tenemos mucho para dar, porque somos poca cosa. Pero lo importante es que Dios, con ese poquito nuestro, hace mucho. De Tu vientre de mujer, Madre, Dios hizo Su casa ¿En qué convertirá nuestra entrega conyugal? Gloria a ti por siempre Señor.

¿En qué lado estaré, Señor? Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 25, 31-46

EVANGELIO

Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
«Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme».
Entonces los justos le contestarán:
«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?»
Y el rey les dirá:
«En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos, más pequeños conmigo lo hicisteis».
Entonces dirá a los de su izquierda:
«Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.
Entonces también estos contestarán:
«Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?»
Él les replicará:
«En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo».
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

Palabra del Señor.

Notas: 

  1. Proyecto Amor Conyugal realiza un Anuncio en Madrid, sobre la verdad y la belleza del matrimonio, el día 2 de diciembre a las 12h. en el colegio Montealto. Calle La Masó 76
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¿En qué lado estaré, Señor?

A la hora de enfrentarme a un examen ¡Cuánto me gustaría haber tenido acceso a las preguntas por adelantado! ¿Verdad?
Pues Jesús nos Ama tanto que nos da las preguntas del examen más importante que tendremos, todos seremos examinados del Amor y Jesús quiere que aprobemos para pasar a la vida eterna con Él y en Su reino.

Para mí, como esposo, este Evangelio muestra cómo vivir bien ante nuestro Sacramento conyugal, porque todo lo que le hago a mi esposo a Cristo se lo hago. ¿En qué lado me situarás, Señor?

Aterrizado a la vida matrimonial:

María: José te doy las gracias por haber dicho sí al Señor, gracias a eso mi vida es más plena. Llevamos años rezando juntos, conociéndonos y conociendo a Dios.
(Sed) José: María, gracias a ti porque tenía sed de tu amor y no lo sabía. Quería verte feliz y no sabía cómo hacerlo. Tú supiste ayudarme a profundizar en la verdad. Tú supiste esperarme con paciencia. Me diste lo que necesitaba mi alma.
(Forastero) María: Jesús gracias por ayudarme a integrarme en tu familia de origen. Qué duro es para algunas esposas, que las familias de origen de sus esposos las tratan como forasteras, intrusas que sobran y ni son amigas, ni las consideran familia. En cambio tú te has ocupado de hablarles a tus padres bien de mí, dándome un lugar preferencial y teniéndome siempre todo tipo de detalles para que no me sienta sola y te sienta a mi lado.
(Desnudo) José: María, me doy cuenta que tienes la visión más positiva de mí de todas las personas que me rodean. Tú siempre me excusas, siempre me transmites esperanza cuando equivoco el camino. Siempre encuentro en ti un apoyo una mano a la que agarrarme cuando todos los demás me han retirado la suya. Puedo mostrarme desnudo ante ti, sin miedo a sentirme juzgado con dureza.
(Enfermo) María: Yo valoro mucho cómo estás siempre a mi lado en la enfermedad, pendiente de mí, mientras he visto a otros esposos abandonar a sus mujeres hartos de tener que soportar sus problemas de salud. Dichoso tú, porque cada vez que lo hiciste conmigo, a Cristo se lo hiciste.
(En la cárcel) José: Dichosa tú, porque cada vez que me has visto preso de mi pecado, no me has criticado, no me has subestimado, no me has machacado pensando en el daño que te hacía, sino que has pensado en mí y me has ayudado a liberarme. Cada vez que lo hiciste conmigo, a Cristo se lo hiciste.

Madre,

Ruega por nosotros para que cada día nos amemos y eso nos una más a Cristo, viviendo el amor de comunión al que estamos llamados desde el principio, cuando fuimos creados. No hay mejor destino para nosotros. El Señor nos ama mucho. Alabado sea el Señor.