Archivo por meses: junio 2017

En las cosas del alma. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 10, 26-33

EVANGELIO
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 26-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por uno céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».

Palabra del Señor.

En las cosas del alma.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

El Señor nos anima a poner nuestra atención en las cosas del alma. Es importante salir del pesimismo, dejar todo lo que nos ata y que deja un lastre de preocupaciones y miedos, para elevar la mirada a la eternidad, y escuchar a Jesús dador de vida. Lo importante que soy para Él y lo importante que es mi esposo. Entrar en la dimensión de Dios. Esta es la verdad, en la que estamos. Es importante vivir en las verdades dogmáticas de la fe, para que los criterios del mundo no nos lleven a engaño. Centrar nuestra vida en el Evangelio.

Esposos, no tengáis miedo, ni en vuestra relación, ni en la misión de ayudar a otros matrimonios. Proclamemos el poder del Señor. No hay casos imposibles.

Aterrizado a la vida matrimonial:
Habitualmente nos preguntan los esposos si el suyo es el caso más complicado que hemos tenido. La respuesta es que la dificultad no depende de las circunstancias: Si están divorciados o cuánto tiempo llevan distanciados… La dificultad radica en la actitud de los esposos y en el estado de su corazón. Si no quieren, si están enrocados en su dolor o pendientes nada más que de defender sus actitudes pasadas o centrados en la culpa del otro. La dificultad radica en el grado de dureza de mi corazón. Lo demás, todo lo sana Dios, todo lo hace nuevo.

Hoy nos proponemos preguntarnos como esposos: ¿Lo que voy a hacer o decir vale para la eternidad?

Madre,
San Luis Gonzaga, se lo preguntaba y si no valían para la eternidad, ni las hacía ni las decía. Quiero estar como él, Madre, siendo un esposo que mira al cielo, que se rige por las leyes de Dios y que busca estar unido a Él en todo momento. Alaba, alma mía, al Señor: alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista. Amén.

La belleza del designio Divino. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 1, 57-66. 80

EVANGELIO
El nacimiento de Juan Bautista Juan es su nombre
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.
A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:
«¡ No! Se va a llamar Juan».
Y le dijeron:
«Ninguno de tus parientes se llama así».
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:
«Pues ¿qué será este niño?».
Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño crecía y se fortalecía en el espíritu, y vivía en lugares desiertos hasta los días de su manifestación a Israel.

Palabra del Señor.

La belleza del designio divino.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Así son los designios de Dios. Zacarías e Isabel, ya no contaban con tener un hijo a su edad. Tampoco habían pensado en ponerle de nombre Juan, ni en la misión que iba a llevar a cabo. Pero Dios lo tenía todo pensado de esa manera, y Juan ya había sido elegido desde antes de nacer.
Nos creemos importantes, dueños de nuestra vida, propietarios de nuestras decisiones, pero no. Lo único que podemos y debemos hacer es no estorbar al Espíritu de Dios que conduce nuestras vidas hacia los designios de Dios. Zacarías se resistió a creer y se quedó mudo, y es que siempre que nos resistimos al plan de Dios, pagamos las consecuencias de nuestra soberbia.
El humilde no centra su atención en este mundo, sino que mira constantemente a lo trascendental en su vida. ¿Qué quieres de mí, Señor? ¿Qué esperas de esta situación concreta que estoy viviendo ahora, Señor?

Aterrizado a la vida matrimonial:
Antonio era muy callando, su mujer María se entristecía muchísimo por esto, incluso en ocasiones sospechaba si le ocultaría cosas y por eso no compartía nada.
Pero la realidad es que Antonio tenía esa “caja de la nada”, que tienen los hombres cuando su alma vive en un plano muy terrenal y no vive en ese entorno transcendental para el que ha sido creada. No hay momentos para la “nada”, todos son para Dios.
María por ese instinto femenino de necesidad de comunión, solía tocar temas más profundos, pero deformados según sus criterios, y centrada en sus sufrimentos.
Ella se preguntaba: ¿Cómo es posible que no comparta conmigo su vida? Sólo habla de política, deportes, trabajo… En ocasiones se enfadaba con él, e incluso llegaba a tomar la decisión de no contarle nada a él tampoco, como represalia.
En una peregrinación Antonio tuvo una experiencia de la Virgen, que le dejó sin capacidad de reacción, lo cual le indignaba aún más a María. María no lo sabía y Antonio tampoco pero este quedarse como mudo, era consecuencia de la admiración por lo Divino, lo trascendental, aquello era ¡Tan nuevo! ¡Tan increíble! Pero cuando por fin lo creyó y lo aceptó, abandonó aquel silencio para decir “sí” a la voluntad de Dios.
El Señor iba llenando su alma de Sabiduría y Antonio no podía evitar comunicarlo, porque Dios le desbordaba con su belleza, y necesitaba compartirlo con su esposa, vivirlo juntos, aprender juntos…
¡Es tan hermoso! Y une tanto cuando los esposos se adentran juntos en el misterio de Dios y juntos lo recorren… Nada se puede comparar, ni los planes más apetecibles del mundo, ni las mejores fiestas… La unión que Dios crea en el Espíritu, la dimensión esponsal de la entrega total entre ambos. Ellos ahora se comunican el Amor de Dios y comparten una Vida nueva, la que cada día les da Dios.

Madre,
Gracias por llamarnos a todos los que seguimos este Proyecto Amor Conyugal que tú has querido para nosotros. Es una maravilla sabernos conducidos por el Señor, a través de ti. Todo es grande, todo es hermoso. Alabado sea nuestro Señor que nos hace partícipes de su Gloria.

Acceso a la Sabiduría. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 11, 25-30

EVANGELIO
Soy manso y humilde de corazón
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobres vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

Acceso a la Sabiduría.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Jesús deja claro que Dios no se mueve en el plano intelectual, sino en el del corazón. Hoy celebramos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Un corazón que se vuelca hacia los pequeños, nos necesitados, los desfavorecidos.
Nosotros, mientras tanto, en nuestra relación matrimonial, estamos siempre intentando quedar por encima, demostrar que somos más listos y más perfectos. No nos hemos enterado del Evangelio. Sólo el humilde está en disposición de acoger y comprender la sabiduría de Dios.

Un caso aterrizado a la relación conyugal:
Pedro y María son un matrimonio que trabajan juntos. Tenían que entregar un trabajo para el día siguiente. Eran las 21h y Pedro no había terminado aún una parte que sólo sabe hacer él.
María: Pedro, ¿Todavía no lo has terminado?
Pedro: No, María. Son muchas cosas las que tengo que llevar para adelante.
María: Pedro, te lo digo con cariño. Debes centrarte en lo importante. Te sueles distraer con cosas que no lo son. Te lo digo por tu bien.
Pedro: María, tú has estado tumbada toda la tarde ¿Y me vas a venir a mí a decir que encima de que no he parado de trabajar lo hago mal? Ni que tú fueses perfecta.
María: Pedro, te lo he dicho con cariño, por tu bien.
Pero Pedro estaba demasiado obcecado con no aceptar aquella corrección. Era cierto, Pedro había dedicado una buena parte de la tarde en bajarse una información que no era relevante para aquel trabajo urgente. Creía que iba a ser un momento, pero las cosas se complicaron y se lió intentando solucionarlo. La consecuencia fue que Pedro se acostó aquel día a las 3 de la mañana.
¿Cuándo tendrá Pedro la humildad suficiente para acoger las mejoras que Dios quiere ofrecerle a través de su esposa? Las consecuencias de su orgullo, las acaba pagando él.

Madre,
Dios vio en ti la humillación de Su esclava, y por eso hizo obras grandes por ti. Y por eso te ha hecho Reina del Universo. Enséñanos a los esposos, bendita Madre, a tener la humildad suficiente para acoger la sabiduría que Dios nos quiere transmitir a través de nuestro cónyuge, como ministro de la gracia de Dios que es para mí. Por Jesucristo, tu hijo, nuestro Señor. Amén.

Como eslabones. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 6, 7-15

EVANGELIO
Vosotros orad así
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
«Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal».
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra del Señor.

Como eslabones.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Jesús quiere que, sobre todo, tomemos conciencia de que Dios es nuestro Padre. Esta es la gran novedad que Él nos trae. Ya no tenemos con Dios una relación Señor-siervo, sino de hijos y de amigos. Por tanto, cambia nuestra manera de hacer oración. No recibimos lo que necesitamos porque lo pidamos, sino porque Él es Padre y está atento a nuestras necesidades.

Pero para que permanezca esta relación Padre-hijo, debo estar metido en la cadena del amor. Una cadena en la que está firmemente agarrada a la roca que es Cristo, y de la que todos los demás somos eslabones. Si me suelto, pierdo la consistencia, pierdo la seguridad, la garantía de llegar a la meta, y además, pierdo la posibilidad de transmitírselas a otros. Sólo si permanezco en el Amor, permanezco unido a esa cadena de Dios. Y si no perdono, me suelto, pues estoy impidiendo a otro que se una a la cadena. Y si cometo un acto de desamor, me suelto y sólo vuelvo a conectarme cuando pido perdón a Dios y a los hermanos.

Aterrizado a la vida matrimonial:
Pedro se ha dejado llevar por la tentación de mirarse a sí mismo y sobre la sensación de que María siempre le deja para lo último… y está enfadado con ella recriminándole sus faltas de atención.
María, en medio de las acusaciones de Pedro, mira al cielo y le pregunta a La Virgen ¿Por qué le pasa esto Madre, qué mosca le ha picado? Y, olvidándose de ella, se centra exclusivamente en descubrir qué le puede pasar a Pedro, qué hay en el fondo de ese enfado exterior que perciben sus sentidos… Apartando los gritos y el la magnificación del dolor que Pedro le podría estar provocando si se mirase a sí misma, María profundiza en su esposo y sabe leer entre líneas, deduciendo que el origen del dolor de Pedro es que necesita más cariño de ella.
Con esta actitud, María ha impedido que se rompa la comunión entre ambos y con Dios. El eslabón con la cadena del amor, se mantiene firmemente enganchado a Dios.
Ella le sabe calmar y Pedro una vez calmado le pide disculpas. Juntos abrazados dan gracias a Dios por su amor y juntos sienten en su corazón la necesidad de llamarle Padre nuestro, y el deseo de que su nombre sea santificado por muchos…

Madre,
La mayoría de las veces son pequeños orgullos los que empiezan separándonos de la cadena del amor, y es entonces cuando empezamos a navegar a la deriva. Rescátanos Madre. No permitas que nos desenganchemos del Padre. Engancharemos todas nuestras argollas a Él, para que nunca nos lleguemos a soltar del todo: Oración juntos, Sacramentos (incluido el nuestro), Conocer la revelación, esfuerzo diario por amarnos… Deseamos seguir unidos a Él, ser parte de Él. Alabado sea Dios que ha querido ser mi Padre. Gloria a Él por los siglos.

En el silencio de un diario. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 6, 1-6. 16-18

EVANGELIO
Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.

En el silencio de un diario.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Denunciar la hipocresía de quienes sirven a Dios buscándose a sí mismos. Puede haber una especie de mercadeo en el que busco una recompensa emocional por cada vez que yo me entrego. Pero tampoco se trata de que las buenas obras queden escondidas; sino de no buscar el elogio sino la gloria de Dios. ¡Cuánta finura de espíritu se necesita!…

En la intimidad de mi relación con Dios, voy a entregarle mis pequeños tesoros del día, como el niño que viene muy contento con el dibujo que le ha hecho a su padre. No es mucho, pero es lo mejor que he podido hacer con mis limitaciones. Ante los demás, siempre apunto a Dios como el artífice: Él me inspira, me da la fuerza, me empuja, me ilumina… Siempre ¡Gloria a Dios!

Aterrizado a la vida conyugal:
Una tarde que se encontraba Marta sola en casa de sus padres, encontró por casualidad una caja de zapatos llena de libretas. Eran de estos cuadernos azules de toda la vida. Se trataba de los diarios de su madre. Ni siquiera sabía que los escribiera…
Así que comienza a leer uno de ellos abriéndolo aproximadamente por la mitad. Aquello le engancha y no puede parar de leer… ni de llorar. Descubrió que a su madre no le gustaba nada la remolacha, y siempre se comía la que su padre se dejaba porque a él, tampoco le gustaba. Marta estaba convencida de que le encantaba. También le sorprendió muchísimo que odiaba veranear en la montaña, siempre le gustó la playa, pero siempre la recordaba contenta el día que salían de viaje hacia aquella casita que compró su padre en los Pirineos. También descubrió, y esto fue lo más duro, que tuvieron una crisis matrimonial bastante fuerte. Fueron momentos durísimos para su madre, en los que lloró muchísimo, la tinta de esas hojas estaba medio emborronada por las lágrimas, y las hojas deformadas por efecto de la humedad. Pero Marta, a pesar de la fecha, no consigue situar aquello en el tiempo.

En aquellos cuadernos Marta encontró muchas pistas sobre cómo amar a su esposo, en silencio. Como su madre solía decir: Yo quiero lo que Dios quiera.

Madre,
Como en el Magníficat, el Señor hace obras grandes por nosotros. Que sean siempre para mayor gloria Suya. Alabado sea el Señor que nos hace partícipes de su poder. Amén.