Archivo por meses: julio 2015

Quién, cómo y qué. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 10, 1-7

EVANGELIO
Id a las ovejas descarriadas de Israel

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 1-7
En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
-«No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel.
Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»

Palabra del Señor.

Quién, cómo y qué.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Vamos desgranando este Evangelio en varios detalles interesantes para el matrimonio.

¿Quiénes son los elegidos? Los 12 apóstoles que Cristo elige para su misión, no son personajes destacados: San Agustín, de civitate Dei, 18,49: “Eligió por Apóstoles a aquellos hombres que eran plebeyos, sin dignidad y sin educación, a fin de que se viera que cuanto de grande fuesen o hicieren, era por el Señor que está en ellos y obra en ellos”. Así nos elige también a nosotros, siervos inútiles.

¿Por qué de dos en dos? No es casual, que en el Evangelio, los doce son nombrados de dos en dos, igual que luego fueron enviados de dos en dos. San Glosa (uno de los padres de la Iglesia) nos aclara el motivo: “Se ponen expresamente de dos en dos, como aprobación de la sociedad conyugal” y por tanto, del matrimonio, que también somos enviados como misioneros de Cristo. Así, ellos y nosotros, podemos evangelizar y curar desde una comunión entre dos. Como Cristo, que no actúa solo, sino siempre con el Padre y el Espíritu en comunión perfecta. Porque el amor perfecto es el de comunión, y desde el pecado del hombre, sólo es posible gracias una herramienta potentísima e infalible: El perdón entre nosotros (Un deber para que Dios pueda perdonarnos) y sobre todo el perdón de Dios: La confesión.

La prioridad: En la misión de los apóstoles, Cristo también les marca una prioridad: El pueblo de Israel, el pueblo elegido. También para los esposos, nuestra misión tiene una prioridad, el esposo elegido para nosotros y la familia que se ha construido alrededor de ese amor.

La autoridad que les da: Otro detalle es que les dio autoridad para curar… y a mi esposo, como ministro de las gracias de Dios para mí por el sacramento del matrimonio, ¿qué poderes le ha dado? Pensémoslo… Lo que también queda claro es que es Cristo quien nos da autoridad a uno y a otro.

Por último, el mensaje: que el Reino está cerca. Y ¿qué significa que el reino está cerca? Que el Rey es Dios. Que Él reinará en nuestras vidas. Por encima de todo.

Señor mío y Dios mío.

Tal como pide el Papa que hagamos a diario, oramos por el sínodo de la familia:
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Esposos sin rumbo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 9, 32-38

EVANGELIO
La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 32-38
En aquel tiempo, presentaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al demonio, y el mudo habló.
La gente decía admirada:
-«Nunca se ha visto en Israel cosa igual.»
En cambio, los fariseos decían:
-«Éste echa los demonios con el poder del jefe de los demonios. »
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias.
Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos:
-«Las mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»

Palabra del Señor.

Esposos sin rumbo.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Nosotros somos ovejas con Pastor. Sabemos a quién seguir, a quién imitar, cuál es nuestro origen y nuestro destino. Tenemos un proyecto de vida, un camino por el que luchar y esforzarnos, a través del que iremos creciendo a lo largo de toda la vida. Un proyecto que no acaba y por el que podemos seguir luchando toda nuestra vida.

Tenemos un sentido y un rumbo. El sentido es, el Señor, y el rumbo es nuestro matrimonio. Seguir al Señor a través de nuestro matrimonio. Ese es el reto, un reto que nos supera con mucho, porque ser fiel a la entrega sincera de uno mismo, que exige la totalidad, nos supera con mucho. Es nuestra manera de representar quién es Dios, de ser su imagen en este mundo. Una misión preciosa digna de un hombre y una mujer, por ser hijos de Dios.

Pero hay muchos matrimonios que pasan toda su vida sin saber cuál es realmente su misión. Sin saber que tienen un proyecto maravilloso que vivir, por el que luchar, y el que les va a dar las mayores satisfacciones y sorpresas de su vida. Hay mucha gente que no ve el matrimonio como Dios lo pensó, como algo bueno, muy bueno. Mucha gente presa del orgullo que enmudece, que les impide hablar de su fragilidad con su esposo, muchos matrimonios que han enmudecido y ya no tienen nada profundo de que hablar entre ellos. Ante la propuesta del Evangelio hay quienes se admiran como nosotros y los que piensan mal y lo convierten en algo negativo, antiguo, algo que nos quita la libertad. Están extenuados e incluso desesperados de luchar por una vida sin sentido ni rumbo.

Hay mucha gente que no entiende la riqueza que da la unión del hombre y la mujer en las diferencias, que no conoce la libertad que da superar el orgullo por amor, superar la pereza por amor, superar los caprichos por amor, superar los prejuicios por amor y contemplar la belleza del proyecto de amor que Dios pensó para nosotros. Un Proyecto de Amor Conyugal, que merece la pena vivir.

Necesitamos matrimonios testigos del amor de Dios. La sociedad los necesita, las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada lo necesitan. ¿Os apuntáis a vivirlo?.

Hoy pedimos al Señor por la vocaciones al matrimonio, Esposos que no teman en dar su vida en nombre de Cristo.

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Los esposos que Le tocan. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 9, 18-26

EVANGELIO
Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, y vivirá

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo:
-«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.»
Jesús lo siguió con sus discípulos.
Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo:
-«¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.»
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
-«¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor.

Los esposos que Le tocan.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Ante la persona que sufre, Jesús va a dar lo que tiene. Lo que el Padre le ha dado: Su amor misericordioso. Uno se le acerca de frente y se arrodilla ante Él, la otra se acerca sigilosamente, por la espalda. Y Jesús hace el milagro para ambos, da igual la forma, lo importante es que nos acerquemos con fe. A veces creemos que no es posible. La emorroisa llevaba 12 años buscando una solución, pero creyó y le tocó el manto.

Observamos también que, alrededor de la niña muerta, había un gran alboroto. Un alma muerta, siempre está rodeada de alboroto, porque no soporta el silencio. Antes de hacer el milagro, Jesús echa fuera todos aquellos alborotadores, y el lugar queda en silencio. Es en el silencio, con Jesús, donde se produce el gran milagro. Necesitamos ratos de silencio, apartar de nuestro alrededor todo el ruido, la agitación y el activismo de nuestra vida, para que Jesús pueda cogernos de la mano y llevarnos por el camino adecuado.

El Esposo que nos hace uno a mi esposo y a mi con Él. Nos lleva al desierto para purificarnos, crecer, unirnos… caminado tras de Él, por ese desierto entre dificultades, pruebas, batallas… Pero también gozos, alegrías, luces… Jesús, confiamos en ti.

Dios hace la obra de unión, contando con nuestra libertad y pidiendonos que nos pongamos en juego, en camino. Tenemos que acercarnos a Él cada día con nuestro Sí, con nuestra incapacidad pero sabiendo que es Dios el que une:
No es más milagro resucitar a un muerto o curar doce años de flujos de sangre. Cuando Dios nos une, no realiza una obra sencilla, sino en extremo difícil, más aun que la separación del mar rojo. Al separar las aguas, obra Dios sobre elementos pasivos, dóciles a su voluntad, mientras la unión del hombre y la mujer ha de contar con sus libertades.

Tú Señor garantizas la solidez del Amor. Creemos en el poder que nos ofreces: “Lo que Dios ha unido” Puedes decir esto porque eres quien eres. Es ahí donde se funda la consistencia de un Amor para toda la vida, un Amor verdadero.

El matrimonio es un camino de toda una vida y la unidad de la alianza se fragua en el tiempo, siguiendo a Jesús: nos llamas, nos sacas de los extravíos, nos lo perdonas, nos conduces por un desierto sin dejarnos, bendiciéndonos, dirigiéndonos a la Tierra prometida hasta Ti.

Gracias Señor por mostrarnos cada día nuevas claves del misterio del matrimonio a través del Evangelio. Gracias por venir a nosotros en la Eucaristía. Eres Tú el que vienes a nosotros y nos dices: ¡Animo, esposos! Vuestra fe os ha curado.

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Un esposo despreciado en su casa. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 6, 1-6

EVANGELIO
No desprecian a un profeta más que en su tierra

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 1-6
En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
– «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí? .»
Y esto les resultaba escandaloso.
Jesús les decía:
– «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.»
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra del Señor.

Un esposo despreciado en su casa.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Tendemos a idealizar lo que no conocemos y a despreciar lo conocido: ¡Este es hijo de _______ (su padre) y de _________ (su madre)! Piensan los esposos el uno del otro.. Y así nos miramos, como seres humanos caducos, frágiles y llenos de defectos. La gente del pueblo de Jesús, veía su sabiduría, veía las obras de sus manos, pero como sabían de donde procedía y conocían la realidad de su carne mortal que necesita trabajar para vivir, no acababan de reconocer al Hijo de Dios.

A nosotros nos ocurre igual. Cuando, tal como nos explica San Juan Pablo II, Dios crea a la mujer sacándola del costado del hombre y el hombre despierta del sueño en que Dios le hizo caer, al ver a la mujer, se produce la más grandiosa fiesta de la humanidad, la mayor alegría jamás experimentada por el hombre: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!. ¿Qué ha pasado para que marido y mujer ya no nos veamos así?. ¿Cómo miro a la única persona del mundo que me ha entregado toda su vida, toda su intimidad? Y por tanto ¿Cómo miro a la persona que más me ama del mundo?.

Hemos perdido la capacidad de la que hablaba el Papa de “participar de la mirada del Creador”. Hemos perdido la capacidad de mirar en el esposo la belleza y la grandeza de la creación de Dios, de mirar su filiación divina, de ver en él/ella mi ayuda adecuada, mi auxilio representando al auxilio de Dios (Como dice bellísimamente en el catecismo). Hemos dejado de compartir nuestro corazón. Vivimos en la misma casa, pero hemos distanciado nuestros corazones y nos estamos perdiendo la verdad del esposo.

El problema está, en que, como sigamos mirándonos así, el Señor no va a poder hacer ningún milagro en nuestro matrimonio.

La medicina: Oremos a Dios juntos y pidámosle que nos muestre (a nosotros nos la ha mostrado), la belleza y la grandeza del esposo. Es su hijo/a, heredero de toda la grandeza Divina para toda la eternidad, es templo de Espíritu Santo y todo el cielo reside en su interior.

Descálzate, esposo, porque estás ante terreno sagrado. Y verás que Dios puede hacer grandes cosas en tu matrimonio.

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Un roto peor. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 9, 14-17

EVANGELIO
¿Es que pueden guardar luto, mientras el novio está con ellos?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 14-17
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole:
-« ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo:
-« ¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos?
Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.»

Palabra del Señor.

Un roto peor.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

A este Evangelio hace referencia San Juan Pablo II, para que caigamos en la cuenta de que Cristo se reconoce a sí mismo como el Esposo, y su unión con la Iglesia es una auténtica boda. El medio que Dios Padre elige para redimir al mundo es que su Hijo único se despose con la humanidad. ¿Qué tendrá el matrimonio que es tan grande para Dios?. A ti y a mí nos toca descubrirlo.

Pero nadie echa vino nuevo en odres viejos. No podemos entender la verdad del matrimonio, si no estamos dispuestos a construirlo desde cero. No es compatible el matrimonio como Dios lo pensó con los parámetros de este mundo. Santa Teresa hablaba de “una determinada determinación”. Una vez que nos convertimos y buscamos el camino hacia Dios, no deberíamos mirar atrás.

Es necesario romper con nuestro orgullo, con nuestra antigua manera de mirarnos, con nuestra antigua verdad, para fiarnos de Cristo. Confiar en Él y simplemente hacer lo que nos dice. Porque si no, como los odres, podemos reventar.

Hoy le pedimos al Señor cosas que no están muy de moda, porque no son de este mundo: Señor, que tengamos el valor de no defendernos, de obedecernos, de comprender sin corregir, de someternos, de confesarnos nuestras debilidades o de pedir al esposo que me diga en qué podría haber mejorado hoy.

Danos Señor la humildad que nos falta para para no hacer “un roto peor” en nuestra comunión.

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