Archivo por días: 25 marzo, 2015

La alianza, mucho más que un anillo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 8, 51-59

EVANGELIO
Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día

Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
-«Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.»
Los judíos le dijeron:
-«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: «Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre»; ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?»
Jesús contestó:
-«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: «Es nuestro Dios». aunque no lo conocéis. Yo si lo conozco, y si dijera: «No lo conozco» sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.»
Los judíos le dijeron:
– «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?»
Jesús les dijo:
«Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo.»
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Palabra del Señor.

La alianza, mucho más que un anillo.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Cristo, a medida que se acerca Su hora, se va revelando más abiertamente, pero los hombres no están abiertos a escucharle. Y lo que Cristo viene a proponernos es el nuevo pacto. Todo amor tiene que estar basado en un pacto, en una alianza y Jesucristo es la nueva alianza de Dios con nosotros. Es por ello que dice “quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre”. ¿Dónde guardamos su Palabra? No es llevar el Evangelio en el bolsillo, no la mesita de noche… Es en esa relación íntima con el esposo y con Dios, donde se nos revela el espíritu de Su Palabra.

Dice San Juan Pablo en una de las catequesis de enero de 1980 que en el principio, el hombre acoge a la mujer, tal como Dios la ha querido por sí misma, y de igual manera, la mujer al hombre. Somos el uno para el otro “elegidos por el Amor eterno”. ¿Qué más necesitamos saber?. Dice también JPII ‘La «afirmación de la persona» no es otra cosa que la acogida del don, la cual, mediante la reciprocidad, crea la comunión de las personas’.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente, reza el Salmo. El Señor es fiel a su alianza, y nuestro matrimonio es fiel a esa alianza con Dios. Por eso es indisoluble. La alianza de amor de Dios consiste en unir su destino al nuestro haciéndose hombre para toda la eternidad y desposándose con nosotros. La nuestra es seguir a ese Hombre perfecto que es Cristo. Seguir al Esposo. Esa es la grandeza de la alianza conyugal, que es mucho más que un anillo.

Seamos fieles a esa alianza indisoluble que bebe de la Alianza eterna de Dios con nosotros. Acojámonos mutuamente como don de Dios, y no moriremos jamás.

Tal como pide el Papa que hagamos a diario, oramos por el sínodo de la familia:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/

El Sí que hace posible nuestro sí. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 1, 26-38

EVANGELIO
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
-«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. »
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
-«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel:
-«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó:
-«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó:
-«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra. »
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor.

El Sí que hace posible nuestro sí.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

María, aquella humilde virgen desposada con José, en aquel humilde lugar de Nazaret del que nadie esperaba nada, con su Sí, cambia el mundo por obra de Dios.
Al recibir el anuncio, no entendería nada, puesto que su opción por la virginidad (muy extraña en aquella época) parecía ser una dificultad para cumplir la voluntad de Dios que el ángel le estaba transmitiendo, y sin embargo, resulta ser el medio adecuado según el plan de Dios, para ser Madre de su Hijo. Ella, inspirada por el Espíritu Santo, había decidido entregar su cuerpo a Dios, y Dios, efectivamente lo tenía reservado para Él. Pero en su fe plena, tiene la determinación de que se hiciera en ella según la palabra de Dios.

San Juan Pablo, recuerda las últimas palabras de un cardenal polaco predecesor: “La victoria, si llega, llegará por medio de María” (Cardenal August Hlond). San Juan Pablo se reconoce testigo de esta verdad, tanto en la Iglesia de Polonia como durante su pontificado, en la Iglesia Universal. Contra todo pronóstico, la Iglesia se pudo abrir camino tanto en Polonia como en el resto de países del este. ¡¡Es la fuerza de María, que cambia el mundo!!.

Su Sí, también cambia el nuestro y lo hace posible, porque gracias a su Sí, vino el Redentor de nuestro matrimonio, el Esposo. Ella también ha arrancado Proyecto Amor Conyugal, para hacer nuestro sí posible, para ir transformando nuestro amor en el Amor de Dios. Algunos hemos podido vivir la tentación de intentar llegar a Dios sin contar con nuestros esposos. Ella fue milagrosamente Madre desde su vocación virginal, y desea mostrarnos el camino para entregarnos a DIos, desde nuestra vocación conyugal.

La victoria del verdadero amor en el matrimonio, llegará por medio de María. Esposos, no dejemos de rezar el rosario.

Oramos por los frutos del sínodo de la familia:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/