Archivo por meses: noviembre 2014

Lo teníamos que hacer. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 17, 7-10

EVANGELIO
Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 7-10
En aquel tiempo, dijo el Señor:
-«Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice:
«En seguida, ven y ponte a la mesa»?
¿No le diréis:
«Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú»?
¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros:
Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid:
«Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer. » »

Palabra del Señor.

Lo teníamos que hacer.

Hoy Cristo nos habla del siervo vanidoso y el siervo humilde.

El vanidoso se atribuye éxitos a sí mismo, que le corresponden a Dios. Todo lo hemos recibido del Padre, el dador de todo. Sin Dios no podemos hacer nada. Por tanto, la gloria es de Dios, y nosotros nos limitamos a comunicarla.

El esposo orgulloso, vive creyendo no necesitar a Dios Todopoderoso, y desprecia lo que le diferencia de su esposo/a o lo que le pueda sugerir. Es una especie de desprecio a Dios y a quien Dios ha puesto a mi lado para mi purificación y crecimiento. Considerado como una autosuficiencia por la que se prescinde de Dios y de su ayuda, es un pecado mortal. Mediante él la criatura se niega a permanecer dentro de su órbita esencial; le da la espalda a Dios, no por debilidad o ignorancia, sino únicamente porque en su auto-exaltación no está dispuesto a someterse.

Al apreciarse demasiado uno mismo indebidamente y sin justificación suficiente, carece de ninguna disposición para despojarse ante el Creador para ser trasformado, para desnudar su corazón ante el esposo: estaban desnudos y no sentían vergüenza. Para someterse por amor a su esposo.

Ya sea porque se considera como la fuente de las ventajas que puede percibir en sí mismo, o porque, si bien reconoce que Dios se les ha otorgado, considera que esto ha sido en respuesta a sus propios méritos, o porque se atribuye dones que no tiene; o por último, porque aun cuando estos son reales él cree irracionalmente estar por encima de su esposo/a y no le necesita para nada. Todo lo que hace busca el reconocimiento y la exaltación

El orgullo impide que aceptemos a Cristo como Salvador personal en nuestro matrimonio.

Mí esposo es la persona que Dios ha elegido para llegar a Él, para hacerme Santo/a, mi esposo es ministro de la gracia de Dios. Si no me lo creo impido a Cristo realizar su obra en nosotros, en hacernos uno con Él.

En cambio el siervo humilde está agradecido por todo, sabe bien quien es su amo, le conoce bien y se fía de El, se deja trasformar por Él.

No actúa por paga, sino porque ha descubierto a quien sirve y que merece todo cuidado y todo es poco y al final de su trabajo sabe que ha hecho lo que debía: entregarse por su amado porque ama sin mirar si el otro ama o no, pues confía en Dios y su obra de salvación, y no se resiste.

En todo ve a Dios y se alegra su espíritu en Dios, su salvador, proclama las grandezas que Dios hace, por eso quiere agradarle sin importarle el peso de la Cruz, necesaria para la salvación.

El siervo fiel, sabe reconocer a ese Padre que es todo amor, de quién viene la gloria y poder.

Oramos por los frutos del sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

__

La familia, es la solución para el mundo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 17, 1-6

EVANGELIO
Si siete veces en un día vuelve a decirte: «Lo siento», lo perdonarás

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
-«Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca!
Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.
Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «Lo siento», lo perdonarás.»
Los apóstoles le pidieron al Señor:
-«Auméntanos la fe.»
El Señor contestó:
-«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar.» Y os obedecería.»

Palabra del Señor.

La familia, es la solución para el mundo.

Nuestro hogar es una escuela de amor y Tú Señor, nos has encomendado la responsabilidad de enseñar a nuestros hijos, no con palabras sino con obras: “mirad cómo se aman”.

Es inevitable que sucedan escándalos, Pero ¡ay de aquel que los provoca!
Escandalizar a los pequeños, significa desde nuestra vocación conyugal: No ser fieles a nuestra llamada al Amor, no amar y no dejarnos amar, no enseñar a nuestros hijos a amar como Cristo. Que no vean en nosotros el espíritu de servicio, de sacrificio, la entrega, el perdón, la reconciliación… Un amor gratuito que no busca otro interés que el de agradar a Dios construyendo una comunión. Escandalizarles por ser con nuestro ejemplo, motivo para que nuestros hijos pierdan la fe en Dios y no conozcan al verdadero Amor, pues amar a alguien es decirle: tu no morirás.

Algunos matrimonios dejan de Amarse como Cristo porque viven una cruz. A veces se considera la cruz motivo de escándalo para los hijos, cuando la cruz es el camino hacia el verdadero amor redentor de Cristo, el perdón, la Vida y el poder de Dios.

Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdria que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojarme al mar. Hay que ser muy exigente en el combate contra el escándalo: el pecado, que nos aleja del amor de Dios.

¡No Señor!, no queremos ser tus verdugos despreciando o juzgando… a nuestro esposo/a, lo que hago con él/ella, a Ti te lo hago. Queremos como Tú, pedirte perdón por él/ella, porque no sabe lo que hace, pedirte el don perfecto para él/ella. Queremos como María a los pies de la Cruz, permanecer para acoger Tu gracia para el/ella.

Pero somos pecadores y es inevitable que pequemos. Gracias por un esposo que puede acoger mi pecado y expiar por él, gracias por el perdón y la corrección fraterna, algo a lo que Dios nos invita pero que exige mucho amor. San Ambrosio da una clave al respecto: “El que teme se reprime, pero no se enmienda.” Hay muchos tipos de miedo, y muchas veces nos provocamos miedo entre los esposos. ¿Cómo le digo esto ahora? O este tema mejor no tocarlo!! O llego media hora tarde, verás cuando llegue… Hay muchas situaciones en las que, tristemente nos provocamos pequeños miedos mutuamente. ¿Cuál es el factor común en todos los casos?, que la corrección fraterna no es tal. En todos los casos corregimos en nuestro nombre, y no en nombre de Dios, corregimos por nuestros propios intereses y no buscando el bien y salvación del otro.

Valoremos a nuestro esposo en lo que realmente vale, y estaremos preparados para la corrección fraterna. Hijo/a de Dios, templo del Espíritu, creado/a por Dios “para” mí. Creado/a para vivir junto a Dios y ser heredero/a del Reino de Dios, para toda la eternidad. Antes de corregirle, ¿no debería besarle los pies y desde ahí corregirle?

Todas estas actitudes se viven en el matrimonio como semilla de la familia. La fe va unida al amor (la caridad), saber que estás Señor y que lo puedes todo, es la esperanza de nuestro matrimonio y nuestra familia. Aumenta nuestra fe, porque sólo desde la familia, podremos recuperar tu gloria en el mundo.

Oramos por los frutos del sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

__

Un templo sagrado en casa. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 2, 13-22

EVANGELIO
Hablaba del templo de su cuerpo

Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-22
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
-«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
-«¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó:
-«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron:
-«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Palabra del Señor.

Un templo sagrado en casa.

¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?

Sí, lo sabemos. Sabemos que nuestro esposo es templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en él/ella.
Todo un Dios, para amarme a través de un cuerpo que me expresa y se entrega con su manos, su mirada… y espera ser amado por mí.

Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros. Si destruyo a mi esposo, a mí me destruyo.

Señor, coge un látigo y echa de mi corazón todo orgullo, todo lo que hace que no trate a mi esposo como lo que es, SAGRADO, templo en el que resides. Haz conmigo lo que tengas que hacer para que lo comprenda. Que el celo de tu casa, me devore. Que defienda el respeto al templo que es mi esposo/a con la misma severidad que lo hiciste Tú.

Quiero quitar de mi corazón todo lo que convierte a mi esposo/a en un mercado: Un amor que pide una paga a cambio, no es amor, es mercadeo.

Sé que Tú puedes levantar un templo en tres días. Lo hiciste con Tu cuerpo después de morir en la Cruz. Sigue ayudándonos a levantar el nuestro, que muchas veces no le damos el valor y el respeto que merece. No participamos de Tu mirada de Salvador. Sigue trabajándonos, Señor, ya construimos sobre roca, pero ayúdanos a ser dóciles y perseverar hasta el final.

Alabado seas por morir en la Cruz por nosotros, por redimir nuestro matrimonio y por nuestra familia, por enviarnos el Espíritu Santo que nos une en uno sólo.

En Ti confiamos.

Oramos por los frutos del sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

__

Con los pies en la Tierra y el corazón en el Cielo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 16, 9-15

EVANGELIO
Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras?

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 9-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
-«Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.»
Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo:
-«Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.»

Palabra del Señor.

Con los pies en la Tierra y el corazón en el Cielo.

Nuestra fe no se vive en un plano espiritual, sino que se vive en la carne, en lo terrenal.

Para los hombres, siempre ha habido dos dioses: El Príncipe de este mundo (dinero, poder, …), que es siempre injusto; y Dios que es siempre amor y justicia.

Hoy Jesús nos dice que es imposible servir a los dos. Es más, nos dice que amará y se dedicará a uno y “aborrecerá” o no hará caso del otro. Cuando buscamos más dinero, poder, imagen… es más, cuando no los aborrecemos o no hacemos caso a todo esto, es a Dios a quien damos la espalda y por tanto, a nuestro esposo. Sin embargo, cuando descubrimos el Amor con que Dios nos amó primero, estimamos basura el dinero, el poder, la imagen… Tenemos en el centro de nuestro corazón A Dios y es Él, quien nos va haciendo generosos en nuestro matrimonio.

Todo lo que hay en este mundo, tiene una misión de amor que nos lleva a Dios. Por eso, el que es fiel en lo pequeño de este mundo, lo será también en lo grande a lo que Dios le ha destinado.

Desde nuestra llamada al amor en nuestra vocación conyugal, Dios quiere que seamos esposos generosos el uno con el otro. Entender que nada de lo que tenemos es nuestro, sino que somos meros administradores de los dones de Dios. Prescindir de lo que podríamos considerar “propio” para dárselo al otro, quizás del tiempo (ese rato televisión, whatsapp…), para estar con el esposo y escucharle, mirarle como le ve Dios. ¿Acaso somos creadores del tiempo? ¿Somos dueños del tiempo? O todo lo hemos recibido: “Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿Lo vuestro quién os lo dará?”.

El esposo que vive con arrogancia hacia su esposa y viceversa, tienen que saber que Dios la detesta.

El esposo que es capaz de ganarse al cónyuge, porque se va desprendiendo de las cosas terrenales que le atan, para atender a su esposo (genérico), sin lamentarse, sin comparar…, el que se ha ganado al esposo con los bienes de este mundo, en la carne… ese será recibido en las moradas eternas. Ese ayudará a su esposo/a a que también sea recibido/a en las moradas eternas, para vivir juntos siendo uno para toda la eternidad.

Oramos por los frutos del sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

(Disculpad al publicidad que pueda venir aquí abajo. Al ser un blog gratuito, incluyen la publicidad que desean y no tenemos control sobre ella).
__

Prácticas para el amor. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 16, 1-8

EVANGELIO
Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
«¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.»
El administrador se puso a echar sus cálculos:
«¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa.»
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:
«¿Cuánto debes a mi amo?»
Éste respondió:
«Cien barriles de aceite.»
El le dijo:
«Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta.»
Luego dijo a otro:
«Y tú, ¿cuánto debes?»
Él contestó:
«Cien fanegas de trigo.»
Le dijo:
«Aquí está tu recibo, escribe ochenta.»
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.»

Palabra del Señor.

Prácticas para el amor.

Jesús nos invita a ser sagaces, es decir, a encontrar un medio para alcanzar el objetivo de la construcción del Reino de Dios, edificando una comunión en nuestro matrimonio y en nuestra familia. Jesús no felicita por la injusticia, sino por la astucia previsora.

Esto de la corrupción no es nuevo, pues el interés y la astucia por ganar y tener más, reside en el corazón del hombre.

La mejor forma de “blanquear” ante Dios nuestras ganancias injustas, esos dones inmerecidos que no hemos sabido administrar, es gestionarlos desde nuestra vocación. ¿Acaso pensamos que podemos engañar a Dios con nuestras apariencias o con la mediocridad de nuestra fe? Si no somos buenos cristianos con nuestro esposo (genérico) y ante nuestros hijos ¿Con quién lo vamos a ser?.

Hablar de astucia, es también hablar de interés. ¿Estamos interesados realmente en el Reino de Dios y su justicia? ¿Estoy realmente interesado/a en edificar una comunión de amor con mi esposo/a? ¿Es lo que más me ilusiona en la vida?.

Seamos honestos, la falta de tiempo no es excusa. Al menos nadie ha muerto por no tener tiempo, por ejemplo, para comer…

Que levante la mano quien diseña y realiza prácticas creativas que construyan comunión y estimulan el crecimiento en virtudes de nuestra familia, para comunicar así la Gloria que ha recibido de Dios.

Nos dice san Agustín: “Tu anhelo continuo es tu voz continua. Si dejas de amar callará tu voz, callará tu deseo”.

Quizás hoy, ante el Señor, tendremos que plantearnos cuál ha de ser nuestra astucia como hijos de la luz.

Oramos por los frutos del sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

(Disculpad al publicidad que pueda venir aquí abajo. Al ser un blog gratuito, incluyen la publicidad que desean y no tenemos control sobre ella).
__