Desencadenando amores. Comentario para Matrimonios: Lucas 11, 42-46

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EVANGELIO

¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley!
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 42-46

En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!
Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello.
¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y los saludos en las plazas!
¡Ay de vosotros, que sois como tumbas no señaladas, que la gente pisa sin saberlo!». Le replicó un maestro de la Ley:
«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros». Jesús replicó:
«¡Ay de vosotros también, maestros de la ley, que cargáis a los hombres cargas insoportables, mientras vosotros no tocáis las cargas ni con uno de vuestros dedos!»

Palabra del Señor.

Desencadenando amores.

Ojo con la ley y las cargas. Primero para nosotros mismos, y segundo para cargarlas sobre nuestros esposos e hijos.
Nuestra fe está basada en el amor y todo en ella se realiza movidos por el amor. ¿Qué me lleva a rezar? Primero el Amor de Cristo, por el que me tengo que descubrir tremendamente amado, y segundo el amor que nace en respuesta. El Amor con mayúsculas llama al amor con minúsculas.
Es entonces cuando descubro que Él me llama a entregarme a mi esposo, es entonces cuando descubro el valor de mi esposo para el Señor, es entonces cuando descubro el valor de mi esposo para mí, es entonces cuando mi esposo descubre el valor que tengo para él o ella y es entonces cuando me experimento amado por mi esposo.
Todo parte del Amor de Dios, que desencadena nuestros amores.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Mariano: ¿Cuándo te convertiste al matrimonio cristiano?
Mónica: Primero me casé porque me sentía atraída y querida por ti a la manera mundana. Me gustaba que me agasajaras, que se te callera la baba por mí. Era un amor concupiscente total.
Mariano: Y luego llegó el trabajo, las dificultades de la convivencia, las discusiones por causa de la familia política… Y se te vino todo a abajo. ¿No? Y por fin, tu conversión al matrimonio cristiano.
Mónica: Exacto. Lo primero fue descubrir el Amor de Dios. Saberme amada por Él. Y Él me hizo descubrir que tú eres mi misión, tú verdadera belleza y el valor que realmente tienes, y que te amo no sólo por lo que eres ahora, sino por lo que estás llamando a ser. Y que ese camino lo tenía que recorrer contigo a base de amarte y entregarme por ti. Te amo y quiero verte santo ¿Sabes?
Mariano: Lo sé. Yo también. Te amo y quiero verte santa.

Madre,

Que nuestra entrega sea siempre por amor buscando el bien de mi esposo o esposa. Alabado sea el Señor que tanto nos Ama.

La marca de la sabiduría. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 25-30

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EVANGELIO

Soy manso y humilde de corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

La marca de la sabiduría.

Es el Padre quien esconde al corazón orgulloso Su sabiduría y se la revela al humilde. Es el manso y humilde de corazón el que puede descansar en el Corazón de Cristo. Puede que ante el mundo aparente ser un pobre tonto, pero la realidad es que seré rico y lleno de sabiduría. Una sabiduría de la que nada sabe el hombre mundano. Hay dos virtudes que disponen mi corazón para adentrarme y permanecer en el Corazón de Jesús. M&H: Esta es la marca de la sabiduría. A ver si la ponemos de moda en Proyecto Amor Conyugal.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Catalina se queja porque siempre tiene que tirar de todo en casa. Las tareas del hogar, los niños, la fe… Pero un día en la oración, el Señor le mostró Su Corazón manso y humilde: Cómo se adaptaba a las torpezas de los discípulos, se adecuaba a su ritmo. Algunos eran pescadores… Pero Él se entregaba a ellos con cariño y con paciencia. Era Dios, y su vida tan sencilla la ofrecía por nuestra salvación.
Entonces cambió la actitud de Catalina, tenía que hacer como su Maestro y adaptarse al ritmo de su esposo. Hacía las cosas con sencillez, y le pedía perdón al Señor cuando tendía a mirarse a sí misma, cosa que su Maestro nunca hacía. Poco a poco, aprendió el valor de la mansedumbre que la elevaba mucho más que todos los libros de fe que solía devorarse con deseos de santidad. Así fue como Catalina creció en sabiduría porque Dios se la transmitió.

Madre,

Bendice mi alma al Señor, todo mi ser bendice Su santo nombre. Te doy gracias por todos tus beneficios, Dios mío, porque eres compasivo y misericordioso. Nunca acusas ni guardas rencor. Gracias Señor por Tu ternura, por enamorarte de mi barro. Gracias por Tu alianza con mi esposo y conmigo. Amén.

RETIRO MATRIMONIOS BARCELONA 13 – 15 DICIEMBRE 2024

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La “celda espiritual”. Comentario para Matrimonios: Lucas 11, 29-32

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EVANGELIO

A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

Palabra del Señor.


La “celda espiritual”.

¿Puede haber algo de perverso en mi corazón? Lo cierto es que puede que esté proyectando mi mal sobre mi esposo, contribuyendo así a la corrupción de su corazón. Cuando le juzgo, cuando estoy pendiente de la obra del diablo en él/ella y no de la de Dios, y le recrimino proyectando ese mal sobre él/ella, ¿no estaré teniendo un corazón perverso? Como Jonás, cuando mi esposo me ofende, no pido misericordia para él/ella, sino que pido un castigo ¡Para que aprenda! ¡Para que descubra el daño que me hace y se arrepienta de una vez! A Dios en cambio, le basta cualquier gesto de arrepentimiento para volcar sobre él/ella, toda Su misericordia.
La Virgen de Fátima decía: “Huid de lo malo, porque esa es la obra de satanás. Mirad todo lo bello y lo bueno, porque esa es la obra de Dios.” Muchas veces nos hemos planteado que nos gustaría vivir una especie de “clausura espiritual” en la que, aunque anduviésemos por el mundo, estuviésemos contemplando a Dios en todo momento. Las Hermanas de Belén, tienen un hábito con capucha y dicen que es para llevar la celda consigo. La celda es ese lugar donde están con el Señor, y llevando la capucha, permanecen con Él aunque estén fuera de su celda.
Pues bien, hoy llego a la conclusión de que de las muchas ventanas que tiene mi “celda espiritual”, debo abrir al mundo sólo una, y es la ventana por la que mira Dios, desde dentro de mí, a todo y a todos. Así, mirando el mundo y a mi esposo desde Su mirada, permaneceré unido a Él en todo momento y brotará de mí esa misericordia que me falta con mi esposo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Carmen: Perdona esposo por no ver todo lo bueno y bello que hay en ti, por matar mi fe en que Dios está en ti. Veo mal en ti y dejo de creer en ti y en las gracias que Dios me quiere dar a través de ti. Mi corazón es malvado porque se fija y guarda lo malo que veo en ti. Tus ofensas las guardo en mis recuerdos y las rememoro sintiéndote indigno de mí y de mi amor. Me instalo en mi tristeza para hacerme protagonista de nuestra historia apartando a Dios y Su misericordia. Y así, proyecto mi mal sobre ti hundiéndote y desanimándote. Señor dame un corazón humilde como el tuyo, que cuando ves una pizca de bien en un corazón, lo engrandeces para darle vida, porque Tú, ante todo, olvidas el pecado y salvas al pecador. Ayúdame a ver todo lo bello y bueno que hay en mi esposo. Sólo eso.

Madre,

Concédeme vivir contigo en mi celda espiritual, para que esté siempre contigo y con Dios, allá donde esté. Abrázame fuerte y no dejes que me aparte de tu lado. Amén.

¿Esposo cristiano?, una cosa te falta. Comentario para Matrimonios: Marcos 10, 17-30

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EVANGELIO

Vende lo que tienes y sígueme.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!»
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Peros Jesús añadió:
«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando. y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».
Pedro se puso a decirle:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más – casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones – y en la edad futura, vida eterna».

Palabra del Señor.

¿Esposo cristiano?, una cosa te falta.

Nos llama la atención la autenticidad. Alguien auténtico, nos cautiva. Un amor auténtico es lo que deseamos. La autenticidad exige la totalidad, y el amor entre esposos requiere la entrega en totalidad. No se puede amar al 90% o si no, el esposo buscará desesperadamente ese 10% que le falta.
El joven rico, no era un auténtico cristiano, una cosa le faltaba, renunciar a sus riquezas. ¿Qué me impide ser un esposo cristiano auténtico? ¿Qué me impide entregarme totalmente en mi matrimonio? Siempre resonarán en nuestros oídos esas palabras del Señor: “una cosa te falta”. ¿Será mi orgullo? Seguramente, puesto que el orgullo es la fuente de los demás males del matrimonio. No me entrego porque quiero salvaguardar algo de mí, como si me perteneciera.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ramón: ¿Te atreves a rezar conmigo sobre qué nos impide entregarnos totalmente el uno al otro?
Laura: Vale. Creo que no tenemos suficiente fe.
Ramón: Pero también, concretando, que llego tarde de trabajar y cuando llego, estás ya demasiado cansada para rezar juntos.
Laura: A ver que piense… Muchas veces te juzgo porque creo que no me comprendes.
Ramón: O yo, que te veo demasiado dependiente de tu madre.
Laura: También muchas veces siento que no eres capaz de olvidar lo malo que te hice.
Ramón: Y yo no soporto que no me cuentes las cosas.
Laura: También siento que eres muy violento y me dices cosas muy duras.
Ramón: En fin. Que no somos capaces de amar en cada una de esas situaciones, porque “una cosa nos falta” para ser esposos cristianos.
Laura: Sí, esposos que aman como Cristo en Su Pasión a pesar de que Su Esposa no tenía fe, no le trató bien, no le reconoció Su entrega… Pues nosotros lo mismo.

Madre,

Nuestro “yo” sigue reclamando, sigue centrado en sí mismo, sigue siendo incapaz de entregarse totalmente en lo malo, sigue “midiendo” el amor del otro. No acabamos de enterarnos que el matrimonio es una vocación en respuesta al inmenso Amor de Dios. Enséñanos a amar, Madre. Amén