14ª Estación: Jesús es colocado en el sepulcro
V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Padrenuestro y un Avemaría.
Nicodemo y José de Arimatea, discípulos ocultos de Jesús, piden su cuerpo a Pilato para darle sepultura. Lo desclavan piadosamente, lo envuelven en un sudario y lo colocan en un sepulcro nuevo, que está en un huerto cercano.
Del Evangelio según San Marcos 15, 42-47:
Y llegada ya la tarde, puesto que era la Parasceve, que es el día anterior al sábado, vino José de Arimatea, miembro ilustre del Consejo, que también él esperaba el Reino de Dios y, con audacia, llegó hasta Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto y, llamando al centurión, le preguntó si efectivamente había muerto. Cerciorado por el centurión, entregó el cuerpo a José. Entonces éste, habiendo comprado una sábana, lo bajó y lo envolvió en ella, lo depositó en un sepulcro que estaba excavado en una roca e hizo arrimar una piedra a la entrada del sepulcro. María Magdalena y María la de José observaban donde era colocado (cf. Mt 27,57-66; Lc 23,50-56; Jn 19,38- 42).
Comentario
La Virgen ha abrazado y besado el destrozado cadáver de Jesús y derramado sus lágrimas sobre él.
Es momento de silencio interior, de escucha, de reparar el daño que te he causado y el que te ha causado mi esposo/a e hijos.
Los que le aman cogen el cadáver y le dan sepultura. Aparentemente, todo ha terminado, los enemigos creen haber triunfado y que Jesús será olvidado, pero los designios de Dios son muy diferentes, ahora es cuando va a empezar el reinado de Jesús ¿Os dais cuenta esposos cómo es ahora, después de abrazar la cruz por amor al otro, por amor a Dios, cuando empieza el reinado de Cristo en vuestro matrimonio? Nuestro amor no queda defraudado, porque Jesús es Dios y ha vencido al mal. Jesús hace posible el amor del principio por su redención y va transformando nuestro amor de esposos en Caridad Conyugal, donde lo mejor del amor conyugal está por venir. Cristo acaba como empieza su misión: Convirtiendo el agua en vino y el mejor vino, para el final.
El Señor resucita glorioso y triunfa para siempre en el cielo, sentándose a la derecha del Padre ¡Aleluya!
Oración
Señor, la piedra fría del sepulcro recibe tu cuerpo. Es como un eco de nuestras frialdades. Tú, Señor, has muerto por nosotros, y no podemos quedarnos parados sin hacer nada. No podemos desperdiciar la gracia tan enorme que has derramado sobre nosotros. Haznos descubrir, el plan precioso que tienes para nuestro matrimonio, la maravilla que es seguir tu camino desde nuestra vocación. Es hora de tomar decisiones, de empeñarnos en ser santos, y que algún día lleguemos a estar juntos, contigo, siendo uno para toda la eternidad.
V/ Señor, pequé.
R/ Señor, ten piedad de mí y de mi familia.