EVANGELIO
A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía:
«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?».
Y tenía ganas de verlo.
Palabra del Señor.
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¿Verdad relativa?
Cuando todo se considera relativo y depende de cómo cada uno quiera verlo, el desastre está garantizado porque no hay una misma verdad a la que aferrarnos, o que podamos tomar como referencia.
Amor, libertad, confianza, felicidad… Si no hay un modelo único verdadero, todo esto puede ser una sensación personal. Recuerdo que un matrimonio en crisis hablaba con nosotros y ella nos decía: A mí, que él se acueste con otras me da igual. Lo que no soporto es que me mire el móvil. Es de locos ¿no? Necesitamos conocer al que es la Verdad, y todo se ordenará con respecto a Él. Él ha venido al mundo a mostrarnos quién es Dios, porque lo necesitamos, porque necesitamos tener una referencia verdadera para ser coherentes con respecto a ella, porque necesitamos saber qué nos construye o nos hace bien a corto o medio plazo según como estamos hechos.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Claudia: Jaime, no me quieres porque te digo una y otra vez que dejes descorridas las cortinas de la ducha y no me haces caso. Te digo que no te dejes la toalla de baño hecha un gurruño y como si nada. No me tienes en cuenta para nada. No te importo en absoluto.
Jaime (Esposo de Claudia): Querida Claudia. Te pido perdón, de verdad. Sé que me lo has dicho muchas veces, pero en el momento estoy pensando en mil cosas y se me olvida. De verdad que no lo hago con mala intención. Quiero quererte mejor, pero para mí es importante que sepas que te quiero a pesar de mis despistes. Mira ¿Qué dice Jesús que es el mayor amor?
Claudia: Dice que no hay mayor amor que el que da la vida por sus amigos.
Jaime: Genial, Claudia. Pues yo te he entregado mi vida. Me he entregado a ti, existo para ti, aunque cometa torpezas. Pero estoy muy pendiente de ti en mil cosas al día, porque eres mi prioridad. ¿Te recuerdo alguna de hoy mismo?
Claudia: No hace falta. Tienes razón. Sé que me amas. Era una sensación, y ya nos han enseñado que las sensaciones y las emociones nos engañan muchas veces. Perdona.
Madre,
Nosotros sabemos que el Señor es el Hijo de Dios, y que sólo Él tiene palabras de Vida eterna. Envíanos Su Espíritu Santo, para conocerle mejor, para seguirle y amarle en mi esposo/a y en mis hijos, como Tú Amas.
Rectificar es de sat