¿Te he hecho feliz hoy?. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 12, 24-26

EVANGELIO
A quien me sirva, el Padre lo premiará

Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 24-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.»

Palabra del Señor.

¿Te he hecho muy feliz hoy?.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Este Evangelio es un verdadero tratado sobre el matrimonio.

El hombre ha sido creado por amor y para amar. Amar es entregarse, y nuestra mayor entrega es en el matrimonio.
Es ahí donde como granos de trigo, tenemos que caer y morir. Dejar caer todo lo que somos como individuos y estar dispuestos a entregarlo todo por amor. Pero además es importante la actitud: Dice el Señor que quien siembra tacañamente, tacañamente cosecha.

Este es el principal problema de los matrimonios de hoy. Sembramos tacañamente. No nos damos mucho porque pensamos que el otro no se nos da mucho. ¿Qué recogemos? Un matrimonio “tacaño”, raquítico. Todo el problema viene de que no sembramos con generosidad. Si te has entregado y el otro no ha respondido, entrégate más, porque a lo mejor es que estás siendo “tacaño” en tu entrega.

Por ejemplo, hay esposos que se quejan de que siempre tienen que estar tirando de sus cónyuges en el tema de la fe. Esto acaba cansándoles y dejan de hacerlo. ¿El Señor se merece que tiremos la toalla? ¿No es este un servicio al Señor? Entonces qué más da si nuestro esposo no acaba de poner interés. Más ejemplos: ¿Buscas hacer feliz al otro por encima de ti mismo? ¿Lo haces con generosidad o mides si tu esposo lo está haciendo contigo?.

¿Se merece tu esposo que te entregues más? No nos toca a nosotros juzgar la medida de la entrega de cada uno. Sin embargo, hemos sido creados para darnos en servicio al Señor. Somos un don de Dios para nuestro esposo. Nuestra entrega al esposo es nuestro servicio al Señor. No olvidemos que el matrimonio es un servicio a la comunidad, a la Iglesia y a Dios mismo.

Por tanto, seamos GENEROSOS en hacer feliz y en todo lo que sea un bien para nuestro esposo. Pregúntale: ¿Te he hecho muy feliz hoy?. Derrochemos esfuerzos en esto y recibiremos 100 veces más. Garantizado!!

Tal como pide el Papa que hagamos a diario, oramos por el sínodo de la familia:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/

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