EVANGELIO
Todo el que pide recibe
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los profetas».
Palabra del Señor.
Por lo que vendrá.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Dice el Papa Francisco que la misericordia de Dios no es grande solamente por lo que nos perdona, sino también por el tamaño de Su generosidad.
En cierto modo, Jesús quiere hacernos caer en la cuenta de que no hay nadie más generoso que Dios. Podemos pensar en el mejor de los amigos, en el mejor de los padres, y siempre el Padre será infinitamente más generoso. ¿Por qué no contar más con Él?
Puede que no pidamos porque en el fondo pensemos que no lo necesitamos, o que nos las arreglaremos mejor por otros medios, y esto es por falta de humildad, sencillamente. Si fuésemos capaces de entender el gran abismo que nos separa de Dios, entenderíamos el gran abismo que hay entre nuestra generosidad y la Suya, entre nuestra capacidad y la Suya. Calculemos este abismo para comprender mejor ante Quién estamos.
En el matrimonio, debemos seguir también las 3 pautas que nos marca hoy Cristo: 1º Pedir, que es orar por nuestro matrimonio ¿Lo hago todos los días? 2º Buscar la verdad del matrimonio, descubrirla de la mano del magisterio de la Iglesia ¿Me estoy formando sobre este misterio de Dios? Y 3º Llamar, es una llamada a la acción, a tomar medidas, a esforzarme por vivir esa verdad con mi esposo ¿Me estoy esforzando?.
Seguro que el Señor escuchará nuestra oración, nos revelará la verdad de Su voluntad para nosotros y nos abrirá las puertas de Su reino.
Madre,
He visto la generosidad del Padre en la Creación, en la dignidad que nos ha querido dar, en tantos dones…, pero entregar a Su Hijo por mí, eso ha sido tanto… ha sido amarnos a cada uno hasta el extremo. No puedo dejar de confiar en Él. No me olvidaré de confiar siempre primero en Él, mucho antes que en mí o en cualquier otro. A Él gloria y alabanza por los siglos. Padre, gracias también por todo lo que vendrá. Amén.