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Sólo con tu permiso. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 9, 38-40

EVANGELIO
El que no está contra nosotros está a favor nuestro

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 38-40
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: -«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros». Jesús respondió: -«No se lo impidáis, porque quien hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».

Palabra del Señor.

Nota: Retiro para matrimonios y familias: “La Verdad del Matrimonio y la Alegría del Amor”. Un tiempo de tranquilidad, de alegría y de profundidad, de luz conyugal, para avivar la gracia de nuestro sacramento. Un nuevo impulso para la familia. Días 18 y 19 de junio. Para más información pincha en el siguiente enlace:

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Sólo con tu permiso.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

El que expulsa el mal en Su nombre no puede estar contra Él. Son muchos, los que dentro de la Iglesia están trabajando para el Señor. Cada uno con su carisma, con su estilo, con su forma de entender la fe. Unos más tradicionales, otros más innovadores… y tendemos a meternos unos con otros. No, ese no es el camino. Dios es muy grande y tiene muchos matices como para que intentemos abarcarlos todos. Los que trabajamos para Él somos hermanos. A veces pretendemos que los demás hagan lo que hago yo. Es lo que se llama “orgullo espiritual”, que utiliza el Demonio para desviarnos del camino. Por ejemplo: Cuanto más rezo, peor veo a los que no rezan. Mal asunto. Lo que tenemos, es que intentar hacernos cada vez más amigos del Señor y tener sus mismos sentimientos.

Mi esposo también, en su diversidad, ve la vida de otra manera, reza de otra manera (si es que reza), se entrega como sabe y puede. Tiene su propio ritmo y Dios decide cuándo llamarle. Tenemos que invitarnos el uno al otro, animarnos, apoyarnos, pero no ir el uno contra el otro por causa del Señor, porque entonces sí que dejamos de actuar en Su nombre. Enfadarnos por causa de nuestra fe ¿No es un poco barbaridad?. No hagamos nuestra propia “guerra santa” en casa.

Amoris Laetitia 133. El amor de amistad unifica todos los aspectos de la vida matrimonial, y ayuda a los miembros de la familia a seguir adelante en todas las etapas. Por eso, los gestos que expresan ese amor deben ser constantemente cultivados, sin mezquindad, llenos de palabras generosas. En la familia «es necesario usar tres palabras. Quisiera repetirlo. Tres palabras: permiso, gracias, perdón. ¡Tres palabras clave!»[132]. «Cuando en una familia no se es entrometido y se pide “permiso”… en esa familia hay paz y hay alegría».

Si queremos ayudar a nuestro esposo ¿Qué tal pedirle permiso antes de invadir su intimidad o coartar su libertad? Hagámoslo en el nombre del Señor. Igual se acaba produciendo un milagro inesperado.

Señor, veo que sufres por los que sufren, yo soy tus pies, tus manos, tu boca… aquí en la tierra. Quiero ayudar en tu nombre. Para mí será todo un honor. Bendito seas por siempre.

Con la fuerza de la fe. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 9, 14-29

EVANGELIO
Creo, Señor, pero ayuda mi falta de fe

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó: -«¿De qué discutís?». Uno de la gente le contestó: -«Maestro, te he traído a mí hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces». Él, tomando la palabra, les dice: -« ¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: -« ¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto? ». Contestó él: -«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos». Jesús replicó: -«¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: -«Creo, pero ayuda mi falta de fe». Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: -«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él». Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: -«¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?» Él les respondió: -«Esta especie sólo puede salir con oración».

Palabra del Señor.

Con la fuerza de la fe.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

El Diablo nos odia. Le gustaría acabar con nosotros. Vemos cómo echaba al niño al fuego y al agua para acabar con él. Y por otro lado, vemos el dolor que experimenta Jesús diciendo “¿Hasta cuándo estaré con vosotros?” Porque no acabamos de convertirnos. Quiere ayudarnos y no acabamos de querer. Nos falta fe. Nos falta confiar más en Él que en nuestras fuerzas.

Muchas veces, cuando animamos a los esposos a que no se corrijan entre sí, pues normalmente no se hace con ternura y el “roto” es peor, no pueden contenerse y dicen “Pero habrá que decirle que cambie ¿no?”. Es verdad que no somos perfectos y que tenemos que cambiar muchas cosas para ir creciendo y mejorar. Pero eso no se consigue con nuestras fuerzas. Todos tenemos la experiencia de corregir a nuestro esposo mil veces y no ha surtido ningún efecto.

Sin embargo ¿Cuántas veces nos hemos propuesto ayudarle con oración y ayuno?. Hagámoslo, y a lo mejor el Señor nos demuestra también a nosotros que ese tipo de “demonios” solo salen con oración. El otro día nos enviaba una amiga un estudio americano que demuestra los beneficios de la oración en las familias que la practican. Beneficios en cuanto a su carácter, su paz, su unidad… Son estudios científicos.

Amoris Laetitia:
29. La familia está llamada a compartir la oración cotidiana, la lectura de la Palabra de Dios y la comunión eucarística para hacer crecer el amor y convertirse cada vez más en templo donde habita el Espíritu.
318. La oración en familia es un medio privilegiado para expresar y fortalecer esta fe pascual

Necesitamos tener más contacto con el Señor. Necesitamos rezar juntos para experimentar el crecimiento mutuo y para vivir un matrimonio como Dios lo pensó.

Oramos con un fragmento de la oración que propone el Papa Francisco a las familias:
Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas.

Operación “docilidad”. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 20 ,19-23

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan 20 ,19-23

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

Palabra del Señor.

Nota: Retiro para matrimonios y familias: “La Verdad del Matrimonio y la Alegría del Amor”. Organiza ProyectoAmorConyugal en colaboración con la Delegación de Pastoral Familiar Diocesana de Málaga. Días 18 y 19 de junio. Para más información pincha en el siguiente enlace:

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Operación “docilidad”.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Hoy celebramos el día de Pentecostés. El día solemne del Espíritu Santo, el gran artífice de nuestro matrimonio.
El Espíritu Santo es persona, y es el amor entre el Padre y el Hijo. Y Dios, en su enorme generosidad, ha querido compartir con nosotros Su amor. Nosotros también estamos llamados a amarnos con el amor del Espíritu Santo que es Dios en nosotros.

Para ello, necesitamos de un camino de crecimiento, que si bien empieza casi desde cero (Amoris Laetitia 135.) “No hacen bien algunas fantasías sobre un amor idílico y perfecto, privado así de todo estímulo para crecer”, gracias al Espíritu Santo, está llamado a crecer constantemente y sin límite: 134 “…«La caridad, en razón de su naturaleza, no tiene límite de aumento, ya que es una participación de la infinita caridad, que es el Espíritu Santo […] Tampoco por parte del sujeto se le puede prefijar un límite, porque al crecer la caridad, sobrecrece también la capacidad para un aumento superior»”.

El que construye es el Espíritu y tenemos que colaborar con Él. Para ello, tenemos que ser dóciles. 134 “…El amor que no crece comienza a correr riesgos, y sólo podemos crecer respondiendo a la gracia divina con más actos de amor, con actos de cariño más frecuentes, más intensos, más generosos, más tiernos, más alegres”.

Así que, manos a la obra, esposos. Operación “docilidad”.

Espíritu Santo que habitas en nosotros. Eres un don tan grande y hermoso. Hoy queremos recibirte de nuevo, más fielmente, más conscientemente. Te acogemos y nos dejamos inundar por ti. Somos esposos dóciles a tu gracia. Reblandece nuestros corazones orgullosos, empápanos de tu misericordia y envíanos a las familias a cumplir Tu misión trasformadora. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oramos hoy también con un fragmento de la secuencia: Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y … Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.

5 Ideas para ser más uno. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 17, 20-26

EVANGELIO
Que sean completamente uno

Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 20-26
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró, Jesús diciendo: – «No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí. Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».

Palabra del Señor.

5 Ideas para ser más uno.

Aquel día, el Señor rezaba por ti y por mí, y nuestros esposos respectivos, para que seamos uno como ellos y con ellos. Jesús quiere que Su amor perfecto con el Padre, sea el fundamento de nuestra vida y que todo el mundo lo experimente. Que nuestro amor esté en Ellos. Y además, la transmisión de ese amor sea posible entre nosotros.

Pero dice algo que es clave: “Para que sean uno EN nosotros”. Porque mi esposo y yo, por nuestra cuenta no podemos llegar a ser uno. Podremos tener una convivencia razonable, pero para ser uno, es necesaria la intervención de Dios. ¿Y qué medios tenemos para ese crecimiento en el amor? Damos 4 ideas de Amoris Laetitia:

38. “Por eso, se aprecia que la Iglesia ofrezca espacios de acompañamiento y asesoramiento sobre cuestiones relacionadas con el crecimiento del amor, la superación de los conflictos o la educación de los hijos”.

38. “Muchos estiman la fuerza de la gracia que experimentan en la Reconciliación sacramental y en la Eucaristía, que les permite sobrellevar los desafíos del matrimonio y la familia”.

74. “La unión sexual, vivida de modo humano y santificada por el sacramento, es a su vez camino de crecimiento en la vida de la gracia para los esposos. Es el «misterio nupcial»”

89. “Porque no podremos alentar un camino de fidelidad y de entrega recíproca si no estimulamos el crecimiento, la consolidación y la profundización del amor conyugal y familiar. En efecto, la gracia del sacramento del matrimonio está destinada ante todo «a perfeccionar el amor de los cónyuges»”

227. «crear espacios semanales de oración familiar, porque «la familia que reza unida permanece unida»»

Con el acompañamiento y asesoramiento de la Iglesia; con los Sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía; con el acto conyugal (santificado por el sacramento) que genera amor entre los esposos; a través de la gracia recibida en el Sacramento del Matrimonio, y que crece cada vez que yo me entrego a ti o te acojo a ti tal como eres; y con la oración juntos. 5 ideas para ser cada vez más uno, en Dios.

Madre:
Concédenos que seamos uno como Ellos son totalmente uno. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Ser parte del sueño de Dios. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 17, 11b-19

EVANGELIO
Que sean uno, como nosotros

Lectura del santo Evangelio según san Juan 17, 11b-19
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: – «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad».

Palabra del Señor.

Nota: Retiro para matrimonios y familias: “La Verdad del Matrimonio y la Alegría del Amor”. Organiza ProyectoAmorConyugal en colaboración con la Delegación de Pastoral Familiar Diocesana de Málaga. Días 18 y 19 de junio. Para más información pincha en el siguiente enlace:

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Ser parte del sueño de Dios.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Contemplamos hoy la bellísima oración de Cristo justo antes de su Pasión. Podríamos decir que eran sus últimos deseos. Los más importantes. ¿Y qué le pide al Padre? Que nos guarde en Su nombre para que seamos uno como ellos son uno. ¿No es esto vivir fielmente el Sacramento del Matrimonio?.

Vamos a hablar de este “ser uno”. Recurrimos una vez más al Papa Francisco en Amoris Laetitia:
319. En el matrimonio se vive también el sentido de pertenecer por completo sólo a una persona. Los esposos asumen el desafío y el anhelo de envejecer y desgastarse juntos y así reflejan la fidelidad de Dios. Esta firme decisión, que marca un estilo de vida, es una «exigencia interior del pacto de amor conyugal»[380], porque «quien no se decide a querer para siempre, es difícil que pueda amar de veras un solo día». Pero esto no tendría sentido espiritual si se tratara sólo de una ley vivida con resignación. Es una pertenencia del corazón, allí donde sólo Dios ve (cf. Mt 5,28). Cada mañana, al levantarse, se vuelve a tomar ante Dios esta decisión de fidelidad, pase lo que pase a lo largo de la jornada. Y cada uno, cuando va a dormir, espera levantarse para continuar esta aventura, confiando en la ayuda del Señor. Así, cada cónyuge es para el otro signo e instrumento de la cercanía del Señor, que no nos deja solos: «Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).

Hermosa manera del Papa de expresar este “ser uno”. Y siempre en el nombre de Dios:

321. El amor de Dios se expresa «a través de las palabras vivas y concretas con que el hombre y la mujer se declaran su amor conyugal». Así, los dos son entre sí reflejos del amor divino que consuela con la palabra, la mirada, la ayuda, la caricia, el abrazo. Por eso, «querer formar una familia es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con él, es animarse a construir con él, es animarse a jugarse con él esta historia de construir un mundo donde nadie se sienta solo».

Madre:
Esto te pedimos en el nombre del Señor, que seamos uno como Ellos son uno. Que formemos parte de ese sueño de Dios. Alabado sea por compartirlo con nosotros.