EVANGELIO
Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».
Palabra del Señor.
Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.
La alegría de Dios en nosotros.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
¿Cómo permanecer en Tu amor Señor? Hoy nos lo dices: Guardando tus mandamientos. No son leyes sin más, son la clave de cómo amar de verdad para entrar en el Corazón de Dios y no salir para siempre, siempre. Veámoslas:
1. Amaras a Dios sobre todas la cosas: Pedro y María, tienen claro que sólo así, se llenan de Su amor, se quieren más el uno al otro y se quieren más a sí mismos. Por eso no dejan ni un solo día la oración. ¡Nada nos separara del amor de Dios!
2º Respetar el nombre de Dios y respetar también todas las personas y cosas de Dios. Pedro y María tienen un sacramento, son esposos en Cristo, y respetan por encima de todo a Cristo en su relación. Imagínate cómo se tratan…
¿Juramentos en nombre de Dios? no tenemos esa autoridad. Pedro y María saben que todo depende de Él, y le tienen un respeto enorme. ¡Solo Dios es Dios!.
3º Si amas a Dios deseas estar con Él y dedicarle el domingo y los días de fiesta de la Iglesia. Pedro y María no permiten que esos días haya una prioridad mayor que esa. Acuden a la iglesia deseosos encontrarse con Él, escuchar Su palabra en familia, con calma, alabarle, agradecerle. Descubren cómo Él los mantiene unidos.
4º Ama a tus padres, porque representan la Paternidad de Dios en la tierra y si no actuaron así, tienes que respetarlos igualmente, porque Dios quiso que te dieran la vida y te transmitieran Su imagen. Pedro y María honran a sus padres a pesar de los errores que cometieron con ellos, porque mucho más recibieron de ellos, tanto que nunca podrán devolvérselo.
5º Nadie tiene derecho, a quitar la vida a otro, ni a sí mismo. Pedro y María reconocen que su vida no les pertenece, porque ellos no se la han dado a sí mismos. Sólo Dios es el dueño de sus vidas. Tampoco critican a nadie, porque es una manera de robarle la dignidad que Dios le dio.
6º El mandamiento contra la pureza tiene más importancia de lo que parece, porque lo que hago con mi cuerpo, lo hago con toda mi persona, y afecta a todo mi ser. El cuerpo tiene un valor enorme, y es la capacidad de expresar a la persona. Cristo entrega Su cuerpo para salvarnos ¡Qué valor tan grande tiene! Que con él redime a la humanidad. ¿Qué hago yo con el mío?. Pedro y María tratan su cuerpo y el del otro con muchísima delicadeza. Es el que les permite entregarse, quererse… Es templo de Espíritu.
7º Ser justos con los bienes de Dios. No coger lo que no me corresponde. Pedro y María, son justos y generosos con los bienes que reciben de Dios, son para utilizarlos en Su nombre.
8º Decir siempre la verdad y esforzarnos por vivir en la Verdad. Pedro y María no quieren vivir mentiras, quieren vivir siempre de cara a la verdad, por dura que ésta parezca. Es mejor afrontarla y vivir una vida verdadera que vivir una vida falsa.
9º Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. El mal se cuela por los pensamientos y nos lleva a la acción. Pedro y María apartan inmediatamente los pensamientos que no son conformes a la palabra de Dios y así evitan muchas veces caer en la tentación.
10º Cuidado con lo que deseamos. Cada cosa que Dios nos da, tiene destinada una tarea para construir su Reino. Pedro y María no desean ya nada pensando en su propio beneficio, sino pensando en que el Reino de Dios llegue a este mundo para mayor gloria Suya.
En definitiva, todo se resume en Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Es como aquella frase de “Ama y haz lo que quieras”, porque no te vas a equivocar.
Y si alguna vez nos salimos de esta ley del amor, volvemos a ella pidiendo perdón a Dios en la confesión y a la persona que hemos herido, con la ilusión de la oportunidad que Dios nos da de empezar de nuevo.
La alegría de Dios está en Pedro y María, porque luchan por hacer todo esto ¿Qué más se puede pedir?.
Madre de los esposos: Ruega por nosotros.