EVANGELIO
El que recibe a quien yo envíe me recibe a mí
Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 16-20
Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo:
– «En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: «El que compartía mi pan me ha traicionado.» Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.
En verdad, en verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».
Palabra del Señor.
Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.
Quedan pocas habitaciones. Para más información pincha aquí:
https://proyectoamorconyugal.es/retiro-matrimonios-proyecto-amor-conyugal-madrid-16-17-18-junio-2017/
El esposo que Dios me ha enviado.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)
Jesús establece una nueva manera de relacionarse entre los cristianos. Ser servidor de todos. Él nos enseña actuando como esclavo de sus discípulos siendo Dios “yo soy”. Obviamente, este modelo de relación afecta a la familia como comunidad cristiana y célula básica de la sociedad, impactando en su línea de flotación: “dichosos vosotros si lo ponéis en práctica”. Pero ¿Hasta qué punto tiene uno que ponerse al servicio del esposo?
Una historia:
Susana: (Pensando) Estoy cansada de ser yo siempre la que lo hace todo. Rafa (el marido) tiene una cara que se la pisa y en cuanto puede, se escaquea. Mírale ahí, sentado en el ordenador… Y encima se queja cuando las cosas no están como a él le gustan. El otro día, presumiendo de cocinitas con los amigos… Sólo porque hace la paella los domingos. Y el resto de los días ¿Quién cocina? Pero claro, eso no lo dice… ¡Pero bueno! ¿Qué estoy haciendo dejándome llevar por estos pensamientos? Quejándome de mi esposo ¿Acaso eso es amor? Las tentaciones de dejar de servirle por su pecado ¿Acaso eso es amor? Y qué pasa ¿Qué servir es indigno? ¡No! Al contrario. Quiero llegar a ser como Cristo y servir sin quejarme, alabando a Dios. Quiero recibir al esposo que Dios me ha enviado, como si fuera el Señor en persona.
Rafa (Pensando): Qué maravilla de esposa tengo. No para de trabajar y siempre con una sonrisa a pesar del cansancio. Pobre… Dejaré por hoy de gestionar la renovación del seguro de su coche por internet, y me pondré con lo que ella está haciendo para que descanse.
En este caso, Rafa estaba también trabajando, aunque Susana no lo sabía. Pero Jesús nos propone servir incluso al que sabemos que nos va a traicionar. Esto, que no es fácil, es ser cristiano.
Madre,
Me cuesta entender la lógica el Evangelio y a veces sus propuestas son demasiado exigentes para mí. Ahora comprendo un poco mejor cuánto nos ama Dios. Alabado sea mi Señor, que es capaz de servirme aunque sepa que le voy a traicionar. ¡Gloria a Dios!.