EVANGELIO
Andaban como ovejas sin pastor.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo:
«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco».
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.
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Con auténtico deseo.
Hermosa escena de los que corren buscando encontrarse con Jesús, ávidos de conocer la verdad en Él, mientras Jesús renuncia a su descanso por mostrársela. Parece la escena del chico enamorado que corre a recibir a su amada, porque está deseando conocer su interior, sus secretos. Está deseando que ella le abra su corazón.
En el amor sincero, tanto el que da como el que recibe se muestran un profundo interés. Sí, se desean realmente. Es necesario, porque hay mucha gente que desea tener fe, pero es un deseo de boquilla. ¿Estamos dispuestos a correr hasta adelantarnos a Jesús y esperar pacientemente hasta que Él llegue?.
Pues tanto en la fe (que es una relación de amor con Dios) como en nuestra relación de esposos, es necesario buscar, avanzar con interés. Mons. Munilla dice que la fe es como estar en un pasillo con sensores: A medida que avanzas se van encendiendo las luces que lo van iluminando. El amor entre esposos es igual, nosotros tenemos experiencia de ello y damos testimonio: A medida que voy conociendo más sobre este misterio de Dios que es el matrimonio y lo voy poniendo en práctica, se me abren nuevos horizontes cada vez más apasionantes y hermosos.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Rafa: Vengo muy cansado del trabajo, pero sé que cuando llegue a casa, no puedo relajarme. Tengo que hacer el último y mayor de los esfuerzos del día, para que mi esposa me perciba como el esposo que Dios ha pensado para ella. Es el momento más importante del día y tengo que estar atento a lo que ella necesite.
Susana: Mi esposo ha estado todo el día fuera. Seguro que viene cansado. Yo también lo estoy, pero sé que el Señor quiere que yo le agrade cuando llegue. Que se sienta en casa, por fin, que reciba mi cariño de esposa. Es el momento del amor, el momento de dar respuesta al Amor de Dios, tiene que ser el momento más agradable del día para mi esposo.
(Sólo por cambiar el descanso por el esfuerzo en agradarse, el encuentro de aquella tarde-noche entre Rafa y Susana fue maravilloso aquel día, y el siguiente, y el siguiente…)
Madre,
Que realmente luchemos con interés de enamorados por conocer el corazón de Tu Hijo, que nos pongamos nuestras mejores galas para el encuentro con Él. De igual manera te pido que, en Su nombre, corra en la búsqueda de mi esposo, me anticipe a sus gustos y necesidades, para que al vernos después de una larga travesía diaria, como Jesús, sepa renunciar a mi descanso y así encuentre mi esposo el consuelo en mi deseo de estar con él/ella y agradarle. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.