Hace falta una roca en la que asegurar mi vida y mi matrimonio, y esa roca es Cristo y Su Amor (el Espíritu Santo). Aunque caiga la lluvia, se desborden los ríos, soplen los vientos, no se hundirá.
EVANGELIO
La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Aquel día muchos dirán:
«Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?».
Entonces yo les declararé:
“Nunca os he conocido. Alejaos de mí, los que obráis la iniquidad»
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa ; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas.
Palabra del Señor.
Nota: Próximas misiones:
- Retiro en Córdoba: Fechas 29 y 30 de junio y 1 de julio. Rezad por los frutos.
- Retiro en Madrid: 7, 8 y 9 de septiembre
- Retiro en Madrid: 14, 15 y 16 de septiembre
Seguros “La roca”.
Lo que asegura un edificio son los cimientos, un árbol su raíz, ¿y mi vida? ¿Y mi matrimonio? Tiene que haber algo que me haga estar seguro pase lo que pase, aunque vengan la lluvia, los ríos y los vientos. Los seguros de vida y planes de pensiones no son la respuesta a mi sed de sentirme seguro. Mi matrimonio tampoco puede apoyarse en un “nos queremos” y ya está. Luego viene el día a día, los “me da la sensación que no me quiere”, los “no me valora” y poco a poco se lleva por delante nuestro matrimonio. Hace falta una roca en la que asegurar mi vida y mi matrimonio, y esa roca es Cristo y Su Amor (el Espíritu Santo). Son los únicos que nos pueden a garantizar la paz, la alegría, la fidelidad… con autoridad.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Matrimonio Tutor: Vuestro matrimonio no va bien, porque no tenéis la base bien cimentada, y todo lo que habéis construido encima se va ladeando hasta que algún día se derrumbe completamente.
Jaime: Nos queríamos, hicimos los cursillos prematrimoniales, íbamos a Misa los domingos…
Matrimonio Tutor: ¿Os casasteis sabiendo que dejabais todo atrás para entregaros al otro? Igual que los misioneros, se van de su país, dejan todas su pertenencias, todas sus comodidades, sus caprichos… ¿Ibais con esa conciencia?
Maite: La verdad es que no. Pensábamos que seríamos felices juntos, que nos sentiríamos queridos el uno por el otro…
Matrimonio Tutor: Leed bien el Evangelio y aplicadlo a vuestro matrimonio. Esa parábola que dice: El grano de trigo que cae en tierra y muere, ese da mucho fruto. O ese otro que dice: El que pierda su vida por mí, la ganará. El matrimonio es así de exigente, y así de hermoso, cuando empiezas a ver los frutos.
Madre,
Cristo es nuestra Roca, en Él nos apoyamos, en Él ponemos todas nuestras seguridades. Sólo Él puede prometerme la vida, aquí y en el cielo. Alabado sea el Señor, que es la Roca que nos salva.