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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 8,23-27
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole:
«¡Señor, sálvanos, que perecemos!».
Él les dice:
«¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?».
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados:
«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».
Rescata-dos.
Señor, hoy nos dices que guardamos un trozo de nuestro corazón para nosotros, y que no te lo entregamos como hijos tuyos porque nos falta fe ante las dificultades.
Nos dices que descansemos en Tu plan, que cuando vienen las dificultades entre nosotros, Tú te haces más fuerte y poderoso si acudimos a la Gracia en la oración y en los sacramentos, especialmente en nuestro sacramento del matrimonio.
En las dificultades, si nos comportamos como hijos tuyos y acudimos a ti, Tú demuestras Tu poder, y nos rescatas de la tormenta elevando nuestro sacramento con toda Tu Gracia y con todo Tu Poder.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Carmen, al llegar a casa para comer: Hola cariño ¿Qué tal la mañana?
Elías: Mal. Además no quiero ni hablar.
Carmen: Bueno, ¿que culpa tengo yo de que te vaya mal? ¡Anda y que te den! ¡Que bastante tengo yo con lo mío!
Elías tras hacer oración por la tarde, con la Gracia de Dios y de su sacramento, decide acudir a Carmen: Cariño, perdóname, porque hoy en la comida ha salido mi amor propio ante las dificultades que estoy pasando en mi trabajo, y en lugar de acudir al Señor para pedir ayuda, te he soltado una coz.
Carmen: Tranquilo Elías, yo tampoco te he ayudado, y en lugar de acogerte y comprenderte, también te hice daño.
Elías: ¿Te parece si ahora en la oración le pedimos al Señor que nos ayude a confiar más en sus planes?
Carmen: ¡Me parece una súper idea! Y mañana se lo ofrecemos al Señor en misa.
Los dos juntos: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo…
Madre,
Que como Tú digamos Sí al Plan de Dios. Enséñanos a decir: «Hágase en nosotros según tu palabra». Alabado sea el Señor.
Si Señor Hágase en mi matrimonio siempre tú palabra y voluntad