EVANGELIO
El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 26-16, 4a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».
Palabra del Señor.
Que quede constancia.
Señor, para dar testimonio de Ti necesariamente tengo que pasar por la cruz. Si todo me va bien, si no vivo persecuciones, si no me entrego en cuerpo y alma ¿Cómo voy a dar testimonio de Ti? Tengo que vivir situaciones que por mí mismo y con mis fuerzas fuera incapaz de vivir, para que quede constancia de que eres Tú quien actúa en mí. No tienen que ser cosas muy excepcionales. El propio matrimonio, vivirlo santamente, no es posible para mí. Así que, Señor, me pongo en tus manos para que hagas en mí lo que tengas que hacer.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Raquel y Luis han vivido un retiro de matrimonios del Proyecto y sus familiares, sus amigos y todos los de su alrededor, se sorprenden por el cambio que han dado. Nadie da crédito. Son testigos del amor de Dios. Marta y Marcos se convirtieron y van a la eucaristía diaria. Entre ellos hay una paz que antes no había. Son testigos del amor de Dios. Lucía y Camilo están aprendiendo sobre el matrimonio y ponen en práctica todo lo que aprenden. El Señor les está haciendo vivir experiencias nuevas sobre el amor verdadero y están muy entusiasmados con el plan que Dios tenía pensado para ellos. Todos los de su alrededor están muy impresionados con su matrimonio renovado. Alberto y Mónica viven la oración conyugal todos los días. Hay una unión y una complicidad entre ellos que se descubre sólo con ver cómo se miran. Son testigos del amor de Dios. Y así, muchos más…
Madre,
El Espíritu nos quiere hacer testigos del amor de Dios, como a muchos otros matrimonios, para que los que nos vean, crean que Él ha sido enviado. Gloria a Él por los siglos.