EVANGELIO
Estad siempre despiertos, para escapar de todo lo que está por venir.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor.
Pequeñas chispas de luz.
El Señor da siempre en el clavo: Que no se os embote la mente con… los agobios de la vida. Embotar tiene que ver con perder capacidades: Capacidad de percepción, de los sentidos, limitar la voluntad… Si se va llenando de cosas el día, como en un bote, y llega un momento que no hay capacidad ni para pensar, ni para sentir, ni dominar la voluntad. Lo más importante se queda fuera una y otra vez.
Pues no nos rindamos. Volvamos a ponernos el propósito de priorizar lo importante, nuestra oración, dedicarnos tiempo el uno al otro… y mientras, todo es importante: Ese cruce de miradas, un guiño, una sonrisa, hacernos reír, perdonarnos pronto. Hay un montón de gestos que parecen pequeños, como pequeñas chispas de luz en la oscuridad, pero son muy importantes, nos hacen sentirnos importantes el uno para el otro.
Dios nos lo da todo, también el tiempo, con el propósito de que lo utilicemos para volver a Él.
El Señor nos anima a que estemos siempre despiertos y que pidamos fuerza.
Empezamos el adviento. Hoy, especialmente, hacemos en este rato de oración un hueco en nuestros quehaceres, para pedirle a nuestra Madre que interceda por nuestros matrimonios, para que el Señor nos envíe fuerzas para apartar todo esto que embota nuestra mente y nos mantengamos firmes como esposos, ante el Esposo. Algún día nos llegará la hora, y ese día encontraremos la plenitud de Su abrazo.