No estamos solos. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 29-33

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 29-33

Le dicen sus discípulos: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús:
«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».

No estamos solos.

El Señor se iba y les estaba preparando, pero no dejaba a sus discípulos solos, además de recordarles que sólo en Dios se alcanza la Paz, les enviará el Espíritu Santo.
¿Qué nos pide a nosotros? Que permanezcamos en Él. El Señor está CON nosotros y, si somos capaces de conocerle mejor, lo encontraremos EN nosotros.
Sabemos que el mundo nos arrastra y nos puede llevar a la perdición, algunos lo hemos experimentado, pero también, por la Gracia de Dios, hemos descubierto que, viviendo unidos a Cristo, siendo fieles y luchando cada día, podemos permanecer en Él. No estamos solos, el Señor siempre está con nosotros y, lo mejor de todo, es que el Señor ya ha vencido; que nos encuentre luchando en el bando correcto, junto a Él.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Mar: No puedo más, a veces siento que, entre el trabajo, los niños, la familia, fin de curso… ¡no me quedan fuerzas!
Javi: Cariño, ¡cuenta conmigo, no estás sola!
Mar: Gracias Juan, me olvido que estás a mi lado y pretendo hacerlo todo yo, con mis fuerzas y, es entonces, cuando me vengo abajo…
Javi: ¿Qué te parece si a partir de ahora vamos a encontrar la paz para nuestra alma cada día?
Mar: ¿Me vas a apuntar a un centro de masajes?
Javi: ¡Haremos algo mejor! Vamos a ir al Santísimo juntos, para experimentrar que Él está siempre entre nosotros y que sólo con Él podremos con todo.

Madre,

Te pedimos que nos enseñes a vivir en Ti, para así estar en el Señor.

Testigos de la Resurrección. Comentario para Matrimonios: Lc 24, 46-53

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Evangelio del día

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 24, 46-53

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Así estaba escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas. Mirad, y voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto. Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de postrarse ante Él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.

 

Testigos de la Resurrección

Cristo se despidió de su vida terrena bendiciéndonos, ascendiendo al Cielo y prometiéndonos la venida del ES. Esto es lo que hace que, a pesar de que Cristo se marchaba, sus discípulos, volvían con gran gozo.

Este es el gozo al que estamos llamados todos los esposos. Nuestra vida y nuestro matrimonio no puede ser un camino triste. Aunque haya dificultades, aunque haya cruz, Cristo está siempre entre nosotros y nuestro “casi nada” está en hacerLe presente, dejándonos hacer a través de la oración diaria , y El nos dará su “casi todo “, esto es, una alegría inmensa que brota del corazón de quien/quienes reconocen esa llamada a un amor eterno de comunión con El y con su esposo/a

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Luisa: ¿qué cambio más increíble hemos tenido, verdad? ¿Te acuerdas la tristeza que había siempre en nuestra casa?

Jose: cómo no me voy a acordar. Ahora, cada vez que veo un matrimonio que está en crisis me da más pena, no por lo mal que lo están pasando, sino por lo que se están perdiendo y que empezamos a vivir nosotros ahora

Luisa: bueno, bueno. Que a nosotros nos costó mucho entenderlo y empezar de verdad a construir nuestro matrimonio

Jose: si, desde luego Pero todo empezó a cambiar cuando comenzamos a hacer oración. Muy poco a poco el Señor se fue colando en nuestras vidas y en nuestro matrimonio.

Luisa: desde luego. Pero no hay que bajar la guardia ¿verdad? Hoy todavía no hemos hecho nuestra oración conyugal, así que, aprovechando que ya estamos tan elevados vamos a comenzar

Jose: desde luego, no se te escapa una. Menos mal que te tengo. Tú sí que estás elevada.

 

Madre,

Ayúdanos a contemplar los bienes celestiales que el Señor nos promete, y a volvernos testimonios de su presencia en nuestro Sacramento. Gracias Madre.

Las dos claves. Comentario para Matrimonios: Lucas 1, 39-56

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia – como lo había prometido a nuestros padres – en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

 

Las dos claves.

Este Evangelio muestra el Corazón de María. Un Corazón que sabe de haber vivido la humillación, y sabe lo mucho que le agrada a Dios, porque es un medio de reparar tanta soberbia como hay en el mundo. Ella, en el Magníficat, remarca la humildad. Dios derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. En esto resume Ella la acción del brazo de Dios. En esto resume Ella cuál debe ser nuestra actitud. Humildad y misericordia. Ambas las repite dos veces. Humildad y misericordia. Quedémonos con éstas dos.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Fernando: ¿Tú crees que algún día llegaremos a ser perfectos y no cometer ningún fallo? Así podríamos ir al Cielo directos. ¡Cuánto lo deseo!
Ana: Yo creo que el Cielo no está a nuestro alcance. Si algún día te ves a ti mismo perfecto, mal asunto. Ese es el error de la soberbia, que queremos aparentar más de lo que somos. En cambio, el único camino al Cielo es el de nuestra humildad y la misericordia de Dios. En la humildad está la base para llegar a la perfección, que es la caridad. Cuanto más humildes somos, más nos dejamos hacer por el Espíritu Santo y es Él quien hace a los santos.
Fernando: De ahí lo de “Él hace proezas con Su brazo, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”.

Madre,

Cuánto nos enseñas con el Magníficat que nos pusiste en una ocasión como tarea. Estamos felices en este día en que recordamos tu visita a Isabel. ¡Te queremos y te admiramos!

Gracia para sobrellevarlas. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 20-23a

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 20-23a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.

La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.

También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».

 

Gracia para sobrellevarlas.

Señor, te he visto venir en esa segunda y definitiva venida. Entonces se alegrará nuestro corazón y nadie nos quitará la alegría. Pero ¿Hace falta que llegue ese momento para que nadie pueda quitarme la alegría? Si fuera así, sería porque tendría dudas de que vendrás en el final de los tiempos. Si estoy seguro ¿para qué necesito que llegue esa hora? Ya estoy alegre, Señor y nadie me podrá quitar mi alegría.

 

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Marta: ¿Por qué dependes tanto de mí para estar alegre? Si estoy bien, fenomenal, pero si no, te vienes abajo y no ayudas nada.

Pedro: Te diría que, si tú estás bien, yo estoy bien, pero la verdad es que, en el fondo, si tú no estás bien, me fastidia no estar bien yo. Así que, sí. Te doy la razón. Debería estar mirando hacia lo que estamos llamados a ser, no hacia lo que somos en este momento.

Marta: Me ayudaría bastante, la verdad. Pero entiendo que no te lo pongo nada fácil muchas veces.

Pedro: Estando el amor de Cristo entre nosotros, tengo la gracia para poder sobrellevar esas situaciones. Confío en que Él me ayude la próxima vez. Dejaré de pensar en mí y me centraré en Su amor que es más fuerte que la muerte.

Marta: Gracias, esposo. Dios te bendiga.

 

Madre,

Tenemos fe suficiente para estar siempre alegres. Que las pruebas no nos quiten la alegría. Alabado sea el Señor que ha resucitado.

Aunque no entendamos. Comentario para Matrimonios: Juan 16, 16-20

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 16-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver».
Comentaron entonces algunos discípulos:
«¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?».
Y se preguntaban:
«¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice».
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:
«¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».

Aunque no entendamos.

La verdad es que, había frases de Jesús que dejaban a los discípulos sumidos en el misterio. Pero es que luego, la explicación tampoco es que aclarase mucho la cuestión.
En cambio, estamos seguros de que cuando ocurrió lo de Su muerte y Su Resurrección, entendieron por fin lo que les decía Jesús.
En el camino del Señor hay muchos momentos de estos, en los que no entendemos nada, ni falta que hace, ya entenderemos después. No pasa nada. No hay fe sin misterio, y nosotros caminamos iluminados por la fe.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Laura: Nosotros hubo momentos en que no entendimos qué ocurría en nuestro matrimonio y eso nos llevó a ponerlo en duda.
Sergio: Cuando uno no entiende es cuando se pone a prueba la fe.
Laura: También es verdad que no éramos conscientes de que el matrimonio es una vocación.
Sergio: Ni tampoco que es un don de Dios de unas dimensiones inabarcables.
Laura: Ahora que lo conocemos, aunque vivamos momentos de misterio, lo vivimos con fe en el Amor de Cristo que está entre nosotros.

Madre,

Que en nuestros momentos de no entender haya fe para que nuestra tristeza se convierta en alegría. Se alegra nuestro espíritu en Dios nuestro salvador. Alabado sea por siempre.