Cuentas cutres. Comentario para Matrimonios: Juan 2,13-22

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según San Juan 2,13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Cuentas cutres.

Somos templos del Espíritu Santo, pero constantemente permitimos la entrada de “mercaderes interiores”: pensamientos, afectos, deseos… que convierten el alma en un bazar donde todo se negocia. Incluso el matrimonio puede vivirse así: “yo te doy si tú me das; y así ajustamos cuentas”.
Pero las cuentas de Dios no siguen esa lógica: por una sola oveja perdida, deja a las noventa y nueve. Al primero y al último que llegan a trabajar, les paga lo mismo. Alimenta a más de cinco mil con cinco panes y dos peces.
Su amor por la santidad del templo —que somos nosotros— lo consume. Y mientras permanezcamos atrapados en nuestras cuentas, Dios sufre, porque desea restaurar lo que se ha desordenado en nosotros… y cuenta con nosotros.
¿Y nosotros? Seguimos a lo nuestro, contando y cuadrando.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

(Laura y Andrés, matrimonio que vuelve en coche tras asistir a la misa dominical)
Laura: ¿Sabes qué? Tengo que pedirte perdón.
Andrés: ¿Y eso?
Laura: A veces siento que siempre estoy dando y no recibo nada a cambio. Espero tu atención, tus detalles, tu tiempo…
Andrés: ¿Nada? Pero trabajo todo el día para que no falte nada en casa.
Laura: Déjame terminar, Andrés. Hoy, en la segunda lectura, he oído que “nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo”. Y la pregunta que me hacía era: ¿cómo puedo poner a Cristo como cimiento? Y en la Eucaristía me lo ha dejado muy claro: todo lo hace Él. ¿Y cómo lo va a hacer, si la que no para de hacer soy yo y no Le dejo ningún espacio?
Andrés: No sabía que te sentías así. Yo también me siento agotado. A veces pienso: “¿Y yo, cuándo? Nadie ve lo que yo hago.”
Laura: Cariño, creo que necesitamos parar y descubrir quiénes somos conociéndolo a Él. Te quiero un montón, pero en el momento en que dejamos de fijarnos en Él, empezamos a fijarnos en nosotros… y, lo que es peor, en lo que tú haces o dejas de hacer.
Andrés: Pues qué quieres que te diga… Me duele que no veas lo que yo hago.
Laura: Perdóname, Andrés, por no verlo. Lo siento.
(Más tarde Laura en oración personal)
Laura: Gracias, Señor, por mostrarme mi verdad y por poner en mi corazón la alegría de descubrir Tu plan. Te ofrezco mi dolor por la incomprensión de Andrés, para que, a través de Tu sacrificio, conviertas mis lágrimas en el alimento de mi alma. Que mi corazón sea Tu morada, donde mis sentidos, mis sentimientos y mi entendimiento sean los Tuyos, para hacer únicamente la voluntad de nuestro Padre. Amén.

Madre,

Enséñanos a confiar en el plan de tu Hijo. Sea por siempre bendito y alabado, que con Su Sangre nos redimió.

Entrenarse en la fidelidad. Comentario para matrimonios: Lc 16,9-15

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16,9-15

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:
«Ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
Los fariseos, que eran amigos del dinero, estaban escuchando todo esto y se burlaban de él.
Y les dijo:
«Vosotros os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios».

Entrenarse en la fidelidad.

En este Evangelio Jesús nos advierte que, si no eres fiel en lo poco, tampoco en lo mucho serás fiel. Y la fidelidad es algo absolutamente esencial en el matrimonio. Cuando nos casamos, la fórmula más habitual quizás sea “Yo te acojo como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida”. Nos prometemos fidelidad en lo bueno y en lo malo. Y la fidelidad es signo de nuestro amor y respeto, a imagen de la alianza de Dios con nosotros. Dios es fiel, Él cumple Sus promesas, y se ha comprometido con nuestro matrimonio en una alianza de amor para hacerlo posible. ¡Qué importante es que vivamos entre los esposos la fidelidad que nos prometimos, empezando por los pequeños detalles del día a día! Fidelidad que no lo es sólo respecto de la entrega de nuestros cuerpos, sino que se muestra también en los detalles más pequeños: volviendo pronto a casa después del trabajo para ayudar con los hijos o en las tareas de la casa, en vez de quedarse tomando una cervecita; fidelidad en nuestro rato de oración juntos, perseverando en ese tiempo que nos dedicamos el uno al otro y a nuestro matrimonio… Tenemos la oportunidad de entrenarnos en lo poco, en lo sencillo, para poder luego ser fuertes y fieles cuando de verdad la tentación sea grande, porque si vamos relajándonos, al llegar la prueba no podremos superarla.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Vicente: Carmen, no entiendo nada de lo de ganarse amigos con el dinero de la iniquidad.
Carmen: A mí me parece que quiere decir que no hay que apegarse a los bienes materiales, sino utilizarlos para ganar tesoros en el cielo.
Vicente: Pero habla de iniquidad, de hacer algo mal a conciencia. Eso sería como ganar dinero engañando, y yo gano nuestro dinero honradamente.
Carmen: Pero ganamos más dinero que el que realmente necesitamos ¿no?
Vicente: Sí, es verdad, pero eso es gracias al esfuerzo de muchos años.
Carmen: ¿Estás seguro que es sólo por eso, Vicente? ¿No crees que Dios te ha dado unos dones y te ha ofrecido unas oportunidades que otros no tienen?
Vicente: ¿Y? No caigo en lo que quieres decir.
Carmen: Pues que todo lo que tenemos, todo, proviene de Dios. Y que somos muy afortunados por todos los bienes materiales que el Señor nos ha permitido tener, en realidad más de los que necesitamos, mientras que otros no tienen ni lo imprescindible. ¿Qué crees que espera Dios de nosotros?
Vicente: Si, es verdad, Dios nos ha dado más de lo que realmente necesitamos. Supongo que espera que lo usemos para ayudar a quienes no tienen tanto.
Carmen: Eso es. Si nos apegamos a los bienes terrenales, serviremos al dinero, y no a Dios. Pero si utilizamos esos bienes generosamente en beneficio de otros, y lo hacemos por amor, serviremos a Dios, y ganaremos tesoros en el cielo,
Vicente: Gracias, Carmen, por iluminarme. No sé qué haría sin ti. Te quiero.

Madre,

enséñanos a ser siempre fieles a nuestro esposo, a nuestro sacramento y a Dios, y a hacer siempre Su voluntad, como hiciste Tú. ¡Bendita y gloriosa seas, Madre! ¡Alabado sea por siempre el Señor!

¿Somos astutos? Comentario para matrimonios san Lucas 16, 1-8

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16,1-8

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”. El administrador se puso a decir para sí: “¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?”. Este respondió: “Cien barriles de aceite». Él le dijo: «Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. Luego dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?”. Él dijo: “Cien fanegas de trigo”. Le dice: “Toma tu recibo y escribe ochenta”. Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz».

¿Somos astutos?

El Señor, con esta parábola, nos enseña que tenemos que utilizar todos nuestros dones y bienes con astucia, para colaborar con Él en la construcción de su Reino. ¿Significa que tenemos que obrar mal y engañar? Por supuesto que no, tenemos que dar testimonio de la belleza y la bondad de nuestro sacramento aprovechando todas las «armas» que tenemos a nuestra disposición. Que soy amable, pues utilizaré astutamente mi amabilidad para el bien. Que soy inteligente y trabajador, pues pondré esa inteligencia al servicio del Señor. Que soy muy buen organizador, pues me ofreceré para ayudar en lo que haga falta para mayor Gloria de Dios.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Pepe: Buenos días Milagros ¿qué tal has pasado la noche? Me he dado cuenta que llevas mucho rato despierta.
Milagros: Buenos días, siento mucho haberte molestado. Es que me he despertado muy temprano y no podía dejar de pensar en lo que nos dijeron en la Jornada de Inicio de Curso de ayer. Creo que nos nutrimos y formamos de las magníficas catequesis de San Juan Pablo II en nuestro grupo de matrimonios de Proyecto y colaboramos en los retiros, pero creo que es hora de dar un paso más.
Pepe: Yo también lo pensé, la verdad que fue una Jornada de inicio de curso preciosa, pero nos dieron mucho en lo que pensar
Milagros: Pepe ¿estamos siendo muy egoístas al no ponernos al servicio de este Proyecto de la Virgen?
Pepe: Hombre… egoístas tampoco nos llamaría, pero sí que necesitamos poner todos los dones que el Señor nos ha dado para que este tesoro llegue a muchos matrimonios.
Milagros: Pues, si te parece bien, podemos llamar a nuestros pastorcitos para que nos hablen un poquito más de todas las áreas donde podemos colaborar y ver en cual de ellas podríamos ser de utilidad.
Pepe: Me parece fenomenal y tú me pareces más preciosa cada día. ¡Anda, dame un beso y vamos a ofrecer el día al Señor!

Madre,

Tú pusiste todos tus talentos al servicio de Tu Hijo, ayúdanos a no caer en la tentación de la pereza , que sepamos discernir nuestros dones y ponerlos al servicio del Reino de Dios. Amén. ¡Bendito y alabado seas por siempre!

RETIRO MATRIMONIOS BURDEOS(FRANCIA) 19 – 21 DICIEMBRE 2025

RETIRO MATRIMONIOS BURDEOS(FRANCIA) 19 – 21 DICIEMBRE 2025

Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Diócesis de Bordeaux os invita a participar en un retiro para Matrimonios, con el objetivo de adentrarnos juntos en la Verdad del Matrimonio (según San Juan Pablo II) y experimentar la Alegría del Amor (según el Papa Francisco).

¿A quién va dirigido este retiro? A todos los esposos unidos por el Sacramento del Matrimonio o aquellos que en el momento de la inscripción no tienen impedimento alguno para contraer el Sacramento del Matrimonio, y que quieran vivir una EXPERIENCIA de AMOR juntos, estén en crisis o no. A todos los que quieran fortalecer y reavivar su Sacramento del Matrimonio.

FECHAS: Será desde el viernes 19 de diciembre a las 16:30 h hasta el domingo 21 de diciembre a las 17:30 h.

LUGAR: Le Solitude – Martillac, Gironde
33650 Martillac – FRANCIA

PRECIO: (Incluye alojamiento, pensión completa y gastos diversos)

  • Adultos: 365 euros  por matrimonio.

Suplemento económico para ayuda a otras familias: Podéis aportar una cantidad adicional, a voluntad, que es muy importante para ayudar a otros matrimonios con dificultades económicas que quieren hacer el retiro.

Subvenciones: Si alguna familia no puede asistir por problemas económicos que nos lo comente, por favor.

INSCRIPCIÓN: Para realizar la inscripción, pincha aquí. A partir del martes 11 de noviembre a las 20:00 h

¿Cuándo? Lo antes posible. Se suele llenar en pocos minutos.

Nos pondremos en contacto con vosotros para confirmaros la reserva de plaza y daros las instrucciones para realizar el pago o indicaros si estáis en lista de espera. En caso de que no hubiese plazas disponibles.

Para consultar cualquier duda o ponerte en contacto con nosotros, escríbenos a luxemburgo@proyectoamorconyugal.es

Sobre Proyecto Amor Conyugal: https://proyectoamorconyugal.es/acerca-de está compuesto por matrimonios católicos que profundizamos en nuestra vocación conyugal y que ayudamos a otros a convertir su matrimonio en algo GRANDE.

Alegría de la conversión. Comentario para Matrimonios: Lucas 15, 1-10

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola: «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

Alegría de la conversión.

Nos alegra tener la seguridad de cuánto nos ama Dios. Podemos caernos y perdernos infinitas veces y Él siempre nos va a estar esperando con los brazos abiertos deseando lo mejor para nosotros. Tenemos que estar abiertos siempre a la conversión. El Señor nos pone los medios a través de los sacramentos. Es una pasada la fiesta que hay en el cielo cada vez que alguien abraza la fe convirtiéndose, lo mismo pasa cada vez que salimos del confesionario con el alma limpia con la gracia recuperada al habernos reconocido pecadores y, arrepentidos, hemos pedido perdón recuperando la amistad perdida con Dios por el pecado. Los matrimonios a través de nuestro sacramento tenemos la gracia para convertirnos en todo momento, cada vez que acogemos a nuestro esposo en cualquier situación, pidiendo perdón y perdonando, aceptando todo lo que es y el don que es para mí, en definitiva, haciendo sacrificios de entrega y renuncia entre los esposos preparando nuestras almas para el encuentro con Dios.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Luis: Mercedes ¿te has dado cuenta de la fuerza de nuestro sacramento? A través de nuestra entrega vemos cómo mejoramos y como mejoran los de nuestro alrededor.
Mercedes: Si, es una pasada. Me gusta imaginarme la fiesta que habrá en el cielo cada vez que, con la gracia recibida, el Señor a través de nosotros va cambiando el mundo.
Luis: y ya ni te cuento como será cada vez que algún matrimonio descubre la grandeza de su vocación y cambia su vida por completo.
Mercedes: Gracias a Dios cada vez son más numerosos esos matrimonios, que confiando en lo recibido y siendo muy conscientes de lo que tenemos, vamos participando sin saberlo del cielo en la tierra.

Madre,

Somos débiles y nos caemos con facilidad, muéstranos la gracia de convertirnos sin cansarnos y disfrutar juntos la fiesta del cielo en la tierra. Bendito sea el Señor por su amor infinito que infinito que siempre nos rescata