EVANGELIO
Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 19-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los roen, ni ladrones que abran boquetes y roban. Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Si, pues, la luz que hay en ti está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!».
Palabra del Señor.
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Mapa del tesoro.
En el interior de la persona reside lo más grande que hay en ella. Lo invisible determina al hombre más que lo visible, dice San Juan Pablo, y es verdad. Dios, el alma, el amor, el bien y el mal… Es en el corazón donde el hombre elige quién es y si se adecúa a la grandeza que Dios le ha dado.
Es importante atesorar en el corazón buenos deseos, buenos sentimientos, tomar buenas decisiones, realizar buenas acciones y transmitir el amor de Dios. Donde está tu tesoro allí estará tu corazón. Mi tesoro está en Dios y en su voluntad. Lo que Él tiene pensado para mí, supera en mucho mi imaginación. Lo que me ha dado, supera en mucho cualquier otro tesoro terrenal: Mi esposo, nuestro matrimonio, nuestros hijos, nuestra misión…
Aterrizado a la vida matrimonial:
Laura: Juan, ¿Qué haces ahí postrado?
Juan: Estoy dando gracias a Dios. Me tiene abrumado con lo que nos está dando a través de las catequesis de San Juan Pablo sobre el amor humano. ¿Sabes qué?
Laura: ¿Qué?
Juan: Creo que Dios nos ha entregado el mapa del tesoro. Sólo hay que seguirlo, señal tras señal, cada huella… Lo tenemos que invertir todo en este viaje, pero el premio, es el tesoro que Dios escondió para nosotros.
Laura: Solo el amor nos une con el cielo y cada deseo de amarnos sube como incienso directo al Padre donde lo convierte en eternidad y solo el amor es lámpara que alumbra al mundo.
Juan: Jo, Laura, me dejas alucinado…
Madre,
Todos los talentos que Dios nos ha dado, tienen una única misión: Hacernos uno como Vosotros sois uno. Al atardecer se nos examinará del amor, que es lo único que nos podemos llevar, lo único que se puede atesorar en el cielo. Ayúdanos a llegar llenos de tesoros. Por Jesucristo Tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.
Tenía una cuñada que de nacimiento fue deficiente, estaba llena de amor, una bondad infinita, al fallecer en el sepelio el sacerdote dijo, ¡¡estos son los tesoros de Dios!! Que cierto. Hoy ya jubilado me doy cuenta que me sobra todo. Cuanto tiempo empleado en conseguir cosas, para que, ni mis hijos las valoran. Debemos corregir esta forma de pensar, si estamos aún a tiempo de ver cuales son los verdaderos tesoros. Gracias.